Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)

Capítulo 24

Buenas tardes, ¿qué tal?

Siento tardar tanto en actualizar, pero esta semana está siendo una locura por culpa de los exámenes de la universidad. Por suerte, estoy aquí un día más para que podáis seguir la historia de nuestros bebés :)

En la anterior versión del fic, este era un apartado en el que preguntaba qué os parecía el final del arco de Steve en el MCU. No voy a cambiar eso, así que: ¿Qué pensáis de su final?¿Os gustaría verlo en la historia o el Stecca//Rebeve es demasiado bonito para ser destruido?

Tras eso, os dejo con el capítulo y, os aviso, de que en poco llega uno de mis capítulos favoritos de toda la historia de Rebecca. Creo que os daréis cuenta cuando lleguéis a él. 

Sin más, mucho ánimo y besos

Anna

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—Está bien, tened cuidado. Natasha está al mando. Lo importante es que traigas a su familia sana y salva — todos asintieron antes de dirigirse hacia el quinjet. El aspecto demacrado de Rebecca hacía que ninguno quisiese hacer algo que pudiese agotarla. Crystal miraba un tanto enojada a sus responsables legales.

—No me mires con esa cara jovencita, vamos. Debo prepararte el picnic para la excursión de mañana — Steve miró a ambas irse con un sentimiento creciente en el pecho. Cuando conoció a Peggy y comenzó a luchar como Capitán América soñaba con retirarse a una casa de campo, formar una familia y ser feliz con ella. No se lo había vuelto a plantear hasta aquel momento. Tras la herida que había tenido le tocaba repasar todo lo que él creía adecuado en una misión. Por una vez sentía que de verdad tenía que esforzarse porque tenía una casa a la que volver. Una persona que le acompañaría siempre.

No evitó esos pensamientos mientras deambulaba hasta llegar a la habitación de Wanda (tras haber dejado la silla de ruedas), llevaba encerrada en su habitación las horas que llevaba despierta. Al llegar llamó a la puerta, diez segundos más tarde Visión atravesó la pared, dos segundos después era la pelirroja la que abría la puerta al rubio.

—Hola, ¿qué querías? — Las ojeras adornaban su rostro y sus ojos estaban turbados por lo que estuviese pasando por su cabeza.

—Ver si estás bien, ¿puedo pasar? — habló con calma, aunque la preocupación en su voz era palpable. Ella asintió apartándose de la puerta. Steve pasó de manera despreocupada antes de sentarse en la cama de la chica. La miró analizando sus movimientos nerviosos sin querer — Estamos preocupados... ¿Hay algo que necesites contar?

—Yo...Es complicado, muy complicado — se sentó junto a él antes de bufar tratando de ignorar la presencia del hombre. Estaba claro que hubiese visto lo que hubiese visto la había turbado.

—No quiero forzarte a hablar, pero no puedes esconderte en tu habitación. Es necesario que salgas al mundo ¿sí? — Ella se levantó de nuevo para deambular por la habitación sin un objetivo fijo. Miraba cada zona sin llegar a reposar la vista en ningún lugar ni sitio. Él la seguía con la mirada hasta ver como Wanda se apoyaba en la mesa al otro lado de la habitación.

—Cuando traté pelear contra ese hombre...Vi cosas, su pasado. No me gustó nada, no había nada como lo anterior — le costaba hablar porque aquello implicaba aceptar lo que había visto — probablemente es porque no conseguí ver los pensamientos del Varón von Strucker en ningún momento. Él...Había estado toda la vida en SHIELD, vivió para infiltrarse en ella. Su mente solo tiene tres objetivos claros aparte de tomar el control mundial — en ese momento se calló sin saber cómo continuar. Era muy difícil hablar de cosas que no entendías y ella no entendía nada. Para Steve aquello no significaba tanto. Probablemente, lo mal que lo estaba pasando la chica se debía a los ataques a sangre fría de la organización enemiga.