Capítulo 18

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Se despertó con los primeros rayos de sol. Steve no estaba al otro lado de la cama por lo que Rebecca supuso que estaría corriendo. Se desperezó antes de entrar al baño para ducharse y asearse. Una vez estuvo preparada bajó las escaleras. Preparó el desayuno con calma, al rato Crystal bajó. Había decidido ir a la escuela, como no quería que se gastasen más dinero del debido trató de encontrar un colegió público que la aceptase. Así había terminado en un colegio de Queens.

—Buenos días — la chica les había explicado su historia y, para poder vivir en Estados Unidos, consiguió sus papeles acreditando que su tutora legal era la superheroína.

—Buenos días — sonrió dejando la mochila del instituto en la entrada — acuérdate de que esta tarde tengo que ir a casa de uno de mis compañeros para hacer el trabajo de historia

—Está bien, pero ten cuidado e iremos a buscarte cuando salgamos de la base ¿sí? — la pequeña asintió. Le preparó la comida para el lunch dejándola junto a su mochila. En ese momento apareció Steve, quien dejó un tierno beso en sus labios antes de ir a la cocina. Se sentaron para ponerse a desayunar.

—He hablado con Stark, y aunque no vayas a ser parte de los Vengadores nos gustaría que fueses a entrenar de vez en cuando y te va a hacer un traje — la chica apenas era una adolescente para que estuviesen así. Sin embargo, era demasiado poderosa y ella misma había dicho que aquello sería temporal.

—Está bien, ¿cuántos días a la semana? — la pelinaranja se había teñido las partes negras. Por otro lado, disfrutaba de pasar tiempo con los superhéroes y le servía para estar con Wanda.

—Dos o tres — no era descabellado teniendo en cuenta su horario así que podían hacer aquello sin ningún problema.

—Vale — Crystal asintió. Una vez terminó de desayunar salió corriendo para lavarse la boca. Rebecca aprovechó aquello para perder el tiempo en mirar al rubio, le gustaba buscar los pequeños detalles que le hacían verse humano, aquellos errores que para ella eran perfectos. Una herida por haberse afeitado mal adornaba su pómulo derecho, unas finas ojeras rodeaban sus ojos y la mancha con forma de bigote creada por el café estaba allí. Por no olvidar la más importante e hipnótico para la chica, los destellos verdes en el infinito azul de sus ojos.

—¿Por qué me miras tanto? — preguntó el rubio al darse cuenta de la mirada de la chica. Lucía cómodo, solo estaba intrigado por la actitud de la chica. Ambos sabían que aceptar a la niña no humana había significado un cambio en sus vidas, ahora parecían una familia cosa que, de momento, no les disgustaba.

—No sé, hoy estás más guapo de lo habitual — se encogió de hombros, a lo que Steve alzó una ceja

—Es mentira, hoy tengo más ojeras que nunca — apuntó el rubio que se había llevado una sorpresa al ver que ni siquiera el suero escondía las horas que había estado en vela para cuidar los sueños de la chica y buscar información sobre el paradero de un criminal que antes había sido su compañero. Rumlow le había dejado una advertencia clara en una nota la anterior misión "ándate con ojo y cuídala si no quieres no volver a verla. Lo mío siempre vuelve a mi"

—Sonríes más para que no se note, y me gusta tu sonrisa — no respondió porque la preadolescente volvió a aparecer, Rebecca seguía siendo experta en calcular los tiempos para que todo acabase como a ella le gustaba.

—Es el primer día que duermes bien en toda la semana— respondió él ignorando la presencia de Crystal, necesitaba una encerrona de aquel estilo para que ella le respondiese realmente.

—No estoy segura de porqué es, según lo que leí en los libros de la Anciana...La gema está inquieta, supongo que alguien estará tratando de encontrarla y está cerca — se encogió de hombros sin saber que la gema que le otorgaba los poderes era robada en la otra punta del universo para ser vendida por una gran cantidad de dinero — Pero da igual, vamos — cogió las llaves del coche antes de girarse hacia el rubio — si quieres llegar al trabajo deberíamos movernos cariño.

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—Aquí están los tortolitos, llegáis cinco minutos tarde — se quejó la pelirroja que lideraba la mansión a falta de Steve

—Crystal tardó siete minutos más en prepararse, tuve que correr y saltarme un semáforo para llegar solo dos minutos tarde...¿Sabes la diferencia de tráfico neoyorquino por unos minutos? — respondió Rebecca (en parte mintiendo), aquello hizo a Romanoff sonreír lanzándole a la chica un dispositivo, Steve se acercó a la mesa directamente para ver que debían llevar a cabo.

—Hace nueve días hubo un ataque en un edificio relacionado con el FBI en Los Ángeles, cinco días después hubo otro ataque en Hong Kong a una sede de la ONU. Esta mañana hemos recibido las pruebas porque están relacionadas, modus operandi: entrar de manera sigilosa, las cámaras no se apagan por lo que saben dónde están los puntos ciegos. Después llegaban a las salas más importantes del edificio, hackeaban el ordenador de manera simple antes de matar a todo el que se interpusiese en su camino. CZ-75 B, balas del calibre 9 mm, dejan unos casquillos extraños, tienen un diseño parecido al de una calavera.

La cara de Rebecca fue palideciendo poco a poco, sentía opresión en el pecho sin dejar de pensar quien podía estar tras aquello. 

Resiliencia | Steve Rogers (LRDLE 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora