2-La rebelión e Isabelle

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JULIA

Cerré la tienda con llave. Entré en el coche y me dirigí hacia el colegio de Summer. Justo cuando iba a salir del coche, alguien me llamó.

-¿Diga?-pregunté.

-Buenas tardes, Julia-respondió la tutora de mi hija al otro lado. Yo suspiré-Me gustaría hablar con usted de un tema importante. Cuando vaya a recoger a su hija, no olvide pasar por mi despacho.

-De acuerdo.

Y colgué. Aparte de profesora y tutora, la mujer era la directora del centro.

Salí del coche llevando el bolso conmigo. Me encontré con mi hija de camino al despacho.

-Suerte, mamá-me dijo.

-Gracias cariño.

-¿Puedo escuchar la conversación en la sala de espera?-preguntó ella fingiendo no saber la respuesta. Era obvio que lo escucharía sin esfuerzo.

Yo rodé los ojos.

-Lo harás de todas formas-le sonreí.

Cuando llegamos, Summer se sentó en una silla. Yo toqué la puerta y entré. La directora me miró. Yo cerré la puerta. La directora era una mujer mayor.

-Buenas tardes-saludó ella.

-Hola-respondí cortante.

La mujer frunció el ceño.

-¿Dónde están tus modales?

-Se me han debido de quedar en mi casa-me encogí de hombros sentándome en la silla al frente del escritorio.

La directora inspiró y expiró manteniendo la calma. Decidió no seguir.

Yo estaba también tratando de mantener la calma. Ya era suficiente que tuviera que seguir las estúpidas leyes humanas para que una estúpida humana me hablara de esa forma, como si ella fuese superior a mí. Eso me desquiciaba, y no sólo a mí, también al resto de vampiros que vivían en la estúpida Tierra.

-Bueno. Te he llamado para hablar sobre su hija-explicó ella-No me parece bien que, con solo siete años, entre sola al aula como una adolescente normal. Debería acompañarla hasta la entrada del centro y esperar con ella hasta que suene el timbre.

-Yo pienso que yo, con mi hija, puedo hacer lo que quiera-la desafié.

-¿Sabe usted que puedo denunciarla por hablarle de esa forma a una autoridad mayor que usted y por no cuidar de su hija como se debe?

Yo solté una risita irónica. La humana, una autoridad mayor que yo. ¡Ja! Y un colmillo. Puede que estando yo camuflada, sí. Pero si mostrara mi verdadera naturaleza, la mujer ya se habría callado. Aunque no podía hacerlo. Mi hija y yo estaríamos en peligro. Qué impotencia me daba no poder hacer nada.

-Sí. Por supuesto que lo sé-respondí.

-¿Y por qué ese comportamiento?-preguntó la mujer cruzándose de brazos y subiendo una ceja.

-Bueno. He tenido un día de perros-mentí fingiendo tristeza.

-Ya veo. Pero, ¿por qué deja a Summer entrar sola al colegio?

-Ella sabe cuidarse sola.

-Yo no lo creo. Tiene tan solo siete años.

Se escuchó fuera una carcajada. Yo sonreí recordando a mi hija.

-¿Qué ha sido eso?-preguntó la directora asustada. Se había levantado de la silla bruscamente.

-Mi hija está fuera en la sala de espera. Se habrá reído al recordar algún chiste que le habrán dicho sus compañeros en clase-contesté encogiéndome de hombros.

Saga Crónicas de Vampiros I: Sangre urbana (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora