29-Ira

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Capítulo dedicado a Ameliafantasiamagic, por darme la idea principal para este capítulo. 💕💝⭐🌟❣️🌙💓✡️☄️💫💖💙
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JASPER

Estaba sentado en una silla en la oscuridad del calabozo. Tenía la cabeza apoyada en mi mano. Un joven estaba detrás de los barrotes de plata, sólo que la plata no le servía, sólo era para vampiros.

Yo observaba al joven atento, esperando algún movimiento, pero de momento, nada. Estaba tumbado en la tierra de la celda.

Tenía las mandíbulas apretadas. Estaba furioso. Intentaba contener las ganas de coger al joven y ahogarlo por lo que había hecho. Pero lo que me controlaba era saber que no era su culpa. Sentía mis ojos rojos arder de rabia.

Ya no llevaba el traje de policía. Lo había destrozado yo, borrando el pasado. Ahora llevaba una camiseta blanca y una cazadora negra. Vestía también unos vaqueros.

Miré a mi alrededor. No había nadie. El calabozo de los Cazadores de Sangre no se solía usar mucho, sólo para encerrar a algún humano que queríamos interrogar. O también para encerrar a algún vampiro enemigo. Pero el calabozo no se usaba desde mucho.

Retorcí mis manos nerviosamente. No sabía que decirle a él cuando despertara. Cerré los ojos intentando calmarme.

Sentí cómo los párpados de él se elevaban. Lo miré. Se sentó en el suelo. Miró a su alrededor, confundido. Se levantó. No podía ver nada, así que extendió los brazos para no tropezarse. Se topó con los barrotes. Los agarró.

-¿Dónde estoy?-susurró.

Yo me levanté de la silla.

-Ethan-le llamé.

Él movió la cabeza hacia mí. No me veía, pero sentía mi presencia.

-¿Jasper?-él reconoció mi voz-¿Dónde estoy?

-En una celda. Encerrado.

-¿Por qué?-preguntó confundido-¿Qué he hecho? ¿Tú también estás encerrado? ¿Qué has hecho?

-No. Yo no estoy encerrado-negué.

-¿Qué hago aquí? Dímelo, Jasper. Me estoy poniendo nervioso.

-¿Qué recuerdas?

-¿Qué? ¿Yo? No me acuerdo de nada-reconoció-¿Qué pasó?

-Recuerda.

-No recuerdo nada, Jasper.

Rodé los ojos.

-Estabas en el bosque-le ayudé.

-¿Qué haciendo? ¡Ah, sí! ¡Te estaba buscando! Porque... porque-Ethan cambió su tono. Frunció el ceño-¿Tú estabas de parte de las fugitivas?

-¿Por qué tuviste que decirle a la policía que las encontré?-respondí con una pregunta, alzando el tono.

-¡Era mi deber, Jasper! ¡Y el tuyo! Pero... ¡estabas de parte de ellas!-descubrió él.

-Sí-admití.

-¿Tú, tú me atacaste en el bosque?-sentí lágrimas saladas resbalarse.

-Sí-suspiré.

-¿Por qué lo hiciste? Me hiciste daño.

-No pretendía hacerte daño. Pero estaba muy cabreado-gruñí.

-¡¿Tú eres un imbécil?! ¡Eras de la policía! ¡Pero ahora eres un delincuente! ¡Cuando salga de aquí, te voy a denunciar!

Me acerqué a él y mostré mis ojos rojos. Él palideció.

-Ni se te ocurra elevarme la voz o será peor-amenacé-Y no saldrás de aquí para contarlo.

Él tragó saliva.

-Jasper. No sé qué eres, pero éramos amigos-susurró.

Yo suspiré.Me cogí de los pelos, estresado. Agarré los barrotes, pero aparté rápidamente las manos gritando de dolor. Ethan se asustó. Mis manos olían a chamusquina y estaban rojas. Me ardían horriblemente. Era un dolor insoportable. Pero al rato, mejoraron y el dolor se esfumó.

Analicé mentalmente la situación. Si lo liberaba, contaría que tenía los ojos rojos y colmillos. Eso era peligroso. También podía contar que yo había ayudado a unas fugitivas, pero a mí eso me daba igual.

No sabía qué hacer. Dicen que si convertías a un humano en vampiro, éste se nos volvía fiel. Pero entonces Ethan tenía que abandonarlo todo. Me daba pena. Aunque si lo liberaba, podría ponernos en peligro.

Lo miré. Él observaba en la oscuridad, esperando algo. Me acerqué a él.

-Ethan-le susurré.

Él me escuchó. Pero no dijo nada.

-Soy un vampiro-confesé.

-Los vampiros no existen-él se cruzó de brazos.

-Eso quieres creer. Pero me has visto colmillos y ojos rojos-Ethan tragó saliva-Hay muchas cosas que el ser humano todavía no ha descubierto.

-Ayudaste a las fugitivas. Ellas eran vampiras-no era una pregunta.

-Sí-asentí.

-¿Y qué vas a hacer conmigo?-él se estremeció. No quería saberlo.

-Tengo dos opciones. Haceros olvidar a todos de que existo o convertirte en vampiro.

-¡¿Qué?!-chilló él.

-No hay más opciones-me encogí de brazos.

-Pero...-gimió.

Pude leerle la mente.

-Lo perderías todo, sí. Pero así los vampiros estaríamos seguros. Tú decides el camino.

-¿Tú qué prefieres?-preguntó él indeciso.

-Por tu bien, prefiero que olvides. Aunque no me vuelvas a ver nunca.

-Pero... no volverte a ver también puede ser duro.

-Por supuesto. Pero la familia es principal. Además, también es duro ser un vampiro.

Ethan se lo pensó.

-Quiero convertirme-afirmó decidido.

-Pero, Ethan, ¿estás seguro? Perderías tu vida. Tu familia.

-Bueno, pero ya lo aproveché en su momento. Además, me gustaría ver qué más mundos hay escondidos. Si olvido, la oportunidad se irá a la basura.

-Bueno, está bien. Pero, pareces olvidar lo que he hecho.

-Porque defendías a los vampiros-se encogió de hombros.

-Bueno, de acuerdo.

Sinceramente, no sé qué pasaría a continuación. Tenía miedo. Nunca había convertido a nadie...

Saga Crónicas de Vampiros I: Sangre urbana (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora