SUMMER
Mi madre no me había hablado casi nada de tía Grace. Sólo que no tenía hijos y vivía la vida solitaria. La única vez que la vi fue el año pasado cuando tuvo que quedarse con nosotras unos días porque su anterior casa se había incendiado.
-Entonces, te hartaste de las leyes humanas y decidiste huir-le repitió Isabelle a mamá.
-Exacto.
Isabelle y yo observábamos cómo mi madre se salía de la carretera y entraba al bosque. Afortunadamente, el coche era un todoterreno. Mi madre condujo por la tierra durante un rato. Se metía más en el bosque, que se hacía más frondoso y oscuro.
Había conducido durante cuarenta y dos horas, pero mi madre no estaba cansada ya que tenía más edad y aguantaba más fácilmente el sueño. Además, había bebido muchas botellas de sangre, aguantando.
De repente, el coche paró. Miré más allá de la luna del coche. Una casa grande estaba frente a nosotras. Mi madre salió del coche.
-Vamos-nos indicó ella con la mano.
Isabelle y yo bajamos y cogí mis maletas. Tras cerrar el coche, mi madre cogió las maletas y las arrastró hacia la entrada de la casa. Tocó el timbre, pero no hubo respuesta. Ella levantó una ceja. Volvió a tocar el timbre. Nadie respondía.
-Parece que no está-murmuró mi madre.
Rebuscó en su bolso y sacó unas llaves plateadas. Metió una grande en la cerradura y la giró. La puerta se abrió con un chirrido.
-Vamos, entrad-nos indicó mi madre.
Las tres entramos en la casa. Isabelle y yo observamos el interior. Era acogedor. La casa era de madera. Tenía muebles de madera, también. Al entrar, una sala de estar nos recibía. En el centro había un sofá largo y al frente de éste, una televisión moderna. Al final había una cocina con una mesa y cuatro sillas. En una esquina había unas escaleras que daban al primer piso. Subimos las tres. Al lado de las escaleras había un baño sencillo con ducha, váter y lavabo. Arriba había dos habitaciones. Las dos eran iguales. Dos camas pequeñas en cada una con unas cómodas y armarios. Vimos también un baño similar al de abajo, sólo que éste tenía bañera.
Ambas seguimos observándolo todo con detenimiento mientras mi madre caminaba de un lado a otro pensativa.
-Summer. Isabelle-nos llamó.
Ambas la miramos y nos acercamos a ella.
-Voy de nuevo a Nueva York para comunicarle a mi jefa del trabajo que lo dejo. Así tendré un peso menos. Tardaré poco, ya que esta vez voy corriendo. Si viene tía Grace, decidle que he salido y que me llame. Mientras tanto, podéis elegir la habitación y tú, Summer, vas colocando tus cosas. Isabelle, tómate una ducha para limpiarte y Summer te dejará ropa hasta que compremos ropa para ti. Luego, quemad la ropa manchada para no dejar rastro.
Ambas asentimos.
-¿Dónde estamos?-pregunté.
-Estamos en Seattle-contestó mi madre.
Mi madre salió de la casa y nos quedamos solas.
Elegimos el cuarto más grande. Yo empecé a guardar toda mi ropa y objetos personales en un armario mientras Isabelle se metía en la ducha. Después, me metí en el baño para dejarle a ella unos shorts y una camiseta sencilla negra. En lugar de irme, me senté en el váter.
-¿Cuántos años tienes?-le pregunté mirando su silueta detrás de las opacas cortinas de la bañera.
-Yo tengo ocho años. Bueno, los aparento.
-Eres mayor que yo. Yo tengo siete.
-¿En serio?
-Sí.
-¿Como era la vida en la escuela humana?-me preguntó.
-Aburrida. Porque actúo muy bien, si no, notarían mi súper aburrimiento-respondí con una risa divertida-Decían cosas que ya sabía. No sé cómo entramos en ese mundo.
Hice una pausa mientras escuchaba las gotas de agua romperse contra la piel.
-¿Puedo hacerte una pregunta?-pregunté. Escuché detrás del ruido del agua a Isabelle asentir-¿Quién es tu padre?
Isabelle se quedó callada. La sentí tensa. Cerró el grifo y destapó el jabón.
-Si no quieres, no me lo digas, pero me gustaría saberlo.
-Aún no estoy preparada-suspiró ella.
-No te preocupes-dije decepcionada.
El ambiente empezó a sentirse limpio. El olor a sangre espesa fue sustituido por el delicioso aroma del jabón de flores.
-¿Te quedarás con nosotras?-pregunté de pronto.
-Quizás. Parecéis buena gente.
Yo me eché a reír.
-¡Pues claro que somos buena gente!
Isabelle se unió a mi carcajada.
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Saga Crónicas de Vampiros I: Sangre urbana (Sin Editar)
VampireJasper es un policía que resuelve el mayor de los misterios. La desaparición de una madre con su hija tras la rebelión contra la humanidad de la madre. Tendrá que encontrar y rescatar a las fugitivas para no poner en peligro a los vampiros. Esta sag...