Saga Crónicas de Vampiros I: Sangre urbana (Sin Editar)

12-Segunda fase

Capítulo dedicado a kyylas, que me dio la idea para este capítulo.💜💞💖💝

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ISABELLE

No me acordé de nada. Lo primero que me dijeron cuando desperté fue que me había quedado dormida delirando. Estonces había superado la prueba.

No sabía que sentir, qué pensar. Me dijeron que había sido un monstruo sediento y que había perdido la cabeza. Me dijeron que mi mirada daba miedo.

No sabía cómo actuar. Ahora sabía qué nivel podía alcanzar.

-¿Estás lista?-me preguntó Julia.

-Sinceramente, no-suspiré.

-Puedes hacerlo-me animó Summer poniéndome una mano en el hombro.

Yo tragué saliva.

-No estoy lista-repetí.

-Claro que lo estás. Has superado la primera prueba-me dijo Grace.

-Bueno-me encogí de hombros-Está bien. Pero que quede claro una cosa. La primera prueba no sirvió de mucho.

-¿Por qué?-preguntó Grace.

-No hice nada más que vivir una pesadilla-me crucé de brazos, indignada.

-La prueba consiste en conocer tus impulsos y más adelante, controlar tu sed-me explicó Julia.

-Entiendo-dije elevando una ceja.

-La segunda prueba consiste en controlarte. El RFV consiste en primero, conocer y segundo, controlar-prosiguió Julia.

-De acuerdo. ¿Qué tengo que hacer?-pregunté.

-Controlar tus ganas de beber. Si lo consigues,  serás oficialmente una vampira adulta. Si no lo consigues, volverás a intentarlo hasta que te salga-me explicó Grace-Y recuerda. Puedes dominar tu sed.

-De acuerdo-suspiré.

-Bien. Empieza cuando quieras-dijo Julia.

Me volví y miré la silueta de la ciudad. Alcé la vista hacia el cielo oscuro. La luna llamaba la atención con su brillo plateado.

Suspiré y empecé a dar los primeros pasos de la segunda fase.
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Recorrí el bosque lentamente durante horas. No tenía sed. No sabía si eso era bueno o malo.

Paré mi caminar. En el aire se distinguía el débil aroma de la sangre humana. Mis ojos se volvieron rojizos. Caminé a paso rápido hacia el olor.

Encontré a una niña de seis años sentada en el suelo. Tenía heridas en la cara.

Sentí el aroma de la sangre recorrer cada espacio de mi cuerpo. Sentía mucho placer.

La niña puso expresión asustada. Me relajé y suspiré. Tenía los ojos rojos, pero en la noche no se me veían muy bien. Ella no se dio cuenta. Tuve una idea...

-No te asustes, te voy a ayudar-la calmé con una voz dulce.

Ayudé a la niña a levantarse.

-¿Qué haces sola en el bosque?-le pregunté.

-Mis compañeros del cole me convencieron a mí de escaparme de casa para jugar en el bosque, pero me dejaron aquí solita y se fueron-respondió.

-Te llevo a tu casa-me ofrecí apretando los puños. Sangre...

-Yo te guío-dijo ella agarrando mi mano.

Me condujo por el bosque arrastrándome.

-Mamá me dice que no vaya con extraños, pero es que siempre estoy sola porque mis compañeros se burlan de mí porque papá ha muerto y no me quieren. Podemos ser amigas. Tengo ganas de enseñarte mi cuarto y mis muñecas. Además, mamá y yo hemos hecho galletas, espero que te gusten. Seremos amigas para siempre... ¡Qué ganas de enseñarte mis dibujos y juguetes!

Yo no la escuchaba. Necesitaba sangre... Mis ojos se volvieron mucho más rojos. Mis colmillos se mostraron. Gruñí.

Ella se giró hacia mí.

-¿Qué ha sido eso? ¿Qué...?-ella desformó su rostro en una expresión de terror-Socorro-susurró.

Ella retrocedió. Yo me acerqué más a ella. Sentía la adrenalina en mi cuerpo. Sentía su corazón demasiado agitado.

La niña tropezó con una piedra y cayó de espaldas. Retrocedió sentada hasta apretarse contra un abeto.

-Por favor...-suplicó respirando agitadamente-No quiero morir. Tengo miedo... No...por favor...

Abrí mis colmillos y me agaché para estar a unos pocos centímetros de ella. Su respiración chocaba con mi cara.

-¿Cuáles son tus últimas palabras?-pregunté con una voz escalofriante, tétrica, totalmente ida.

-Dile a mi madre que la quiero...-sollozó débilmente.

Dile a mi madre que la quiero...