11-Primera fase

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Summer

Observé preocupada cómo mi tía y mi madre metían en una jaula de plata el cuerpo inconsciente de un chico humano. Cerraban la puerta con candado de hierro con cuidado de no tocar la plata que eran los barrotes. Izzy estaba dentro.

-Bueno, mucha suerte-le dijo tía Grace.

-Gracias-respondió Isabelle-Pero será fácil.

-Nunca subestimes la prueba-le advirtió mamá.

Nos sentamos en un banco al frente de la jaula. El chico se despertó.

-¿Dónde estoy?-preguntó asustado-¡Socorro!

-Nadie te escuchará-dijo tía Grace desde fuera.

Él joven tocó las barras de plata. Miró hacia atrás. Vio a Isabelle. Sonrió.

-Qué buena estás-dijo pervertido.

-No estamos aquí para acostarnos-dijo Izzy.

-¿Qué hago aquí?-preguntó mirando el cuerpo de mi hermana. Rodé los ojos. Hombres...

-Cuando quieras, cariño-dijo mi madre.

-De acuerdo-suspiró Isabelle.

Se acercó al hombre, que estaba a punto de babear. Noté cómo mi hermana apretaba los colmillos. Sus ojos se volvieron rojizos. Era obvio que sentía su deliciosa sangre. Yo también la sentía. Pero me resistía. No podía alcanzarlo.

Él se asustó al ver su iris rojo.

-¿Qué pasa?-preguntó aterrorizado.

-Bienvenido al Ritual de Formación Vampírica-susurró Isabelle.

-No tengas piedad-le aconsejó tía Grace.

-No tendré piedad-repitió Izzy al ver que necesitaba esa sangre.

Acarició el cuello del chico, que estaba petrificado por el miedo.

-Qué cuello más apetitoso-susurró ella relamiéndose.

Arañó con sus uñas su cuello tan fuerte que hizo una pequeña herida que dejó paso para que una gota de sangre saliera. Los ojos de Izzy se volvieron totalmente rojos, no se le veía ni pupila, ni cristalino, ni retina, ni córnea. Todo era rojo.

El chico gritó por la escena. Isabelle abrió la boca mostrando unos enormes y afilados colmillos. Ella clavó sus colmillos en una vena del cuello y succionó toda la sangre en unos minutos. El joven soltaba alaridos de dolor y se retorcía bruscamente. Pero al rato se calló. Ya no tenía fuerzas para soltar nada de las cuerdas vocales.

Ella dejó caer el cuerpo sin vida. Todavía tenía los ojos rojos y los colmillos sacados. Su boca estaba manchada de sangre fresca y su ropa, también.

Mis ojos se volvieron rojos. Mis colmillos se agrandaron. Me levanté, pero mi madre me agarró por el brazo con fuerza. Me arrastró y me obligó a sentarme. Los ojos de tía y mamá también estaban rojos, pero menos que yo.

Me obligué a ver la sanguinaria escena. Temblaba intentando contenerme. Necesitaba esa sangre.

Mi hermana gemía con placer. Se relamía. Nos miró. Miró los barrotes.

-Necesito salir-siseó.

Tocó los barrotes, pero los apartó rápidamente junto con un alarido de dolor. Olía a chamusquina. Sus manos estaban quemadas, pero volvieron a la normalidad.

Se dejó caer de rodillas.

-Necesito sangre-siseó de nuevo. Su dulce voz había sido sustituida por una voz más escalofriante, de chica loca.

Lamió todo lo que había sido manchado con sangre. Su ropa, el suelo, la ropa del chico, la pared donde el chico había sido apoyado, sus manos, sus zapatos... Todo.

Arañó la pared y se golpeó la cabeza muchas veces, pero suavemente. Volvió a intentar tocar los barrotes, pero volvió a soltar un grito tétrico y
volvió a oler a quemado.

-¡Necesito sangre!-gritó.

Golpeó la pared con todas sus fuerzas, pero la pared era de piedra.

Nos miró. Me estremecí. Tenía una expresión ida, loca, aterradora, tétrica, escalofriante.

-Dejadme salir-sonrió tétricamente.

-No-negó mamá.

Izzy ensombreció el rostro y frunció el ceño. Gritó furiosa. Realmente parecía perder la cabeza.

-No te preocupes. Sólo la primera vez es así-me relajó tía Grace al ver mi expresión de terror.

Isabelle empezó a sollozar y se tumbó en el suelo y arañó el suelo. Se arrastró al chico y lo miró. Volvió a morderlo por si se había dejado sangre, pero estaba vacío. Gruñó decepcionada.

-¿Cuándo cesará?-pregunté.

-Dentro de un rato. Esa es la prueba. Soportar esos momentos de tortura-me contestó mamá.

-Necesito sangre-siseó Isabelle.

Tragué saliva. Era aterradora la escena. No me extraña que los vampiros seamos considerados personajes de terror.

En esos momentos, mostrábamos el monstruo que llevábamos dentro. Y puede ser un monstruo muy aterrador y escalofriante...

Saga Crónicas de Vampiros I: Sangre urbana (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora