18 de Julio del 2018.
4:21 a.m.
Tenía sueño y claramente no quería dormir. Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a lo que pasó hacía una hora y treinta y nueve minutos. Ben, un amigo de hace tiempo; me había llamado por videollamada. No sabía como lo había conseguido pero me llamó. Aún que me quedé dormida en medio de esa llamada.
5:25 a.m.
Me estaba cagando en todo. Había un puto gallo que me había despertado. Joder, ¿Desde cuando hay gallos en él pueblo?
Esperando que se callara me fui a dormir.
12:22 a.m.
Mis lágrimas desbordaban de mis ojos nuevamente.
Necesitaba ayuda.
Y rápido.
Esos sentimientos volvieron a salir al verla a ella tan feliz. Sin preocuparse por mi. Sin hablarme, e incluso, ha llegado a ese punto en el que no me saluda. Sólo si se le viene en gana.
Que divertido es tener una mejor amiga que pasa de ti como la mierda. ¡Guau!. Se siente increíble.
Es que es tan doloroso. No sé como he llegado a esto. Se me han puesto los pelos de punta y lo único hecho ha sido publicar un mensaje en Tumblr.
"Si los amores son duros y las amistades no, ¿por qué coño parece que ella y yo estamos en una relación compitiendo?"
Mis ojos se aguaron en lágrimas saladas mientras mordisqueaba mis labios con mi pequeño rubor rojo debajo de mis ojos gracias al llanto.
Tan difícil que es esto...
ESTÁS LEYENDO
Un Diario Más
AléatoireUn Diario Más. Hay horas. Hay horas para él dolor. Hay horas para sentir. Hay horas para reír. Hay horas para llorar. Hay horas para todo. Sobre todo, hay horas para amar; horas para él amor.