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Confesiones.

6:22 p.m.

30 de enero del 2018.

Vuelvo a sentirme impotente, impotente hacia la vida. Vuelvo a sentirme mal, a sentirme horrible y claramente, odiado.

Vuelvo a sentir todo lo que no sentí cuando lo veía.

Sentía vergüenza. ¿Y si no me quería? No habría nada que perder, pero en cambio; si que lo perdí.

Había roto unas esperanzas que hasta yo sentía. Lo quería, mucho; y lo dañé.

¿Porqué siempre me pasaba lo mismo?
Tan sólo quería protegerle de mí. De mis demonios, de mis pecados; de mi dolor.

Realmente si me enamoré de ti, dentro o fuera de lo que cabía, pero sentía miedo. Miedo de perderlo, por que si, soy un celoso de mierda.

Soy alguien inseguro, lleno de dolor, de odio y sobre todo de miedo.

Soy un celoso, y haría lo que fuera por tenerlo a mi lado...

Me he dado cuenta del daño que le he echo, y si sabéis ese dicho de: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes." Sinceramente, yo lo perdí hace tiempo, lo recuperé y lo volví a dejar ir.

Duele.

Me duele.

Me arde.

Y ahora lo sé, por que soy un imbécil que está siempre detrás de si mismo y no sabe cuidar nada.

Y lo siento.

Lo siento.

Demasiado.

Pero lo quiero, lo quiero demasiado.

Te quiero, y si ves esto, sólo quiero que lo sepas. No sé pedir perdón; pero si sé llorar.

Quiero que vuelvas por favor, vuelve.

¡VUELVE!

A veces uno no sabe como querer a alguien, hasta que se aleja y lo descubre.

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