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15 de Septiembre del 2018.

4:46 p.m.

Intranquilamente, volví a releer cierto texto escrito el 26 de Junio del 2018. Si, era lo que sentía, no me arrepentía de escribirlo pero; se me había olvidado pasarlo hacia el ordenador.

Releí una vez más aquel texto.

"Y es en estos momentos en los que me siento apartada.
Me miro y me repito mil veces que soy una gran persona, que valgo la pena, que estoy bien siendo como soy, que no necesito que nada me rodee.
Pero es que luego me fijo bien en lo que digo, me rehuso a creer que soy una gran mierda; pero es lo que soy.
No soy perfecta, nunca lo he sido; y nunca lo seré.
Suicidate.
Me repito una y otra vez.
Nadie te quiere.
Pienso cada vez más.
¡MUÉRETE!
Gritan mis ganas de vivir. Mis ganas de seguir en pie. Mis ganas de dar otro paso más.
De que vale seguir en pie. Nadie te quiere. Eres gorda. Fea. Asquerosa. LÁRGATE. PUTA. ZORRA.
Y más palabras hacen que mis sentidos dejen de tener sentido. Las palabras dañan, hacen daño.
Y sí, odio mi manera de pensar pero; ¿qué le voy a hacer?
A parte de sonreír no encuentro una manera de ocultar todo.
Mis miedos.
Mi dolor.
Mis sentimientos.
¿Es que nadie se hace a la idea de mi tortura? ¿Del peso que cargo día a día? ¿De mis lágrimas? ¿De mis cambios de ánimo?
No, nadie lo hace. ¿Por qué deberían hacerlo?
Estoy pidiendo ayuda, ayuda a gritos. Necesito que alguien lo entienda, pero no lo hacen.
¿Por qué deberían ayudarme?
Ni yo misma lo sé.
Sólo se que estas ganas de vivir se están alejando de la misma manera de la que llegaron. Con fuerzas, pero lentamente.
Necesito una salida.
Una pequeña luz que ilumine mi cielo oscuro.
Y ahora… hablemos del cariño.
Me estoy muriendo.
Cada día me pudro más que el anterior.
Intento aguantar mis ganas de llorar, de quitarme la vida y de seguir ocultando mi dolor.
Sólo necesito que alguien me escuche.
Me apoye.
Me entienda.
¿Nadie ve que me estoy autodestruyendo?
¿Nadie comprende este sentimiento?
Que mal… Hasta ahora me he sentido muerto.
Muerto y sin vida.
¿Por qué?
Ya no me acuerdo.
Veo una luz, que me llama; que me pide que vaya. Una luz que me está diciendo que deje este mundo.
Esta pesadilla.
Pero me destruyo.
Me destruyo y no vuelvo más…
Porque aún que no sea una hermosa salida, la sangre fluir en mis venas me hacen sentir mejor.
Me tranquiliza…"

Recordé poco a poco el suceso de ese día. Había utilizado la cuchilla nuevamente.

Me sentía inferior nuevamente. ¿Qué estaba pasando?

Mis labios empezaron a salarse debido al agua salada salida de mis ojos.

No volví a utilizar las cuchillas debido a que no me sentía tan mal pero, en Julio todo eso empeoró y hace dos semanas... Tan sólo tracé dos cortes. No eran profundos pero si lo suficiente como para dejar fluir la sangre en mi piel. Uno pequeño en mi muslo y otro algo más grande en mi vientre.

Me había desahogado.

Me había vuelto a meter en un lío.

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