11 de Julio del 2018.
2:14 p.m.
...
3:32 p.m.
Estaba sentada. Sentada en una silla de madera con decorado rústico y encerada. Dibujaba un pequeño garabato de una chica con orejas de gato en el pelo.
Repentinamente se me empezó a revolver el estómago y una fuerte punzada en el estómago. Empecé a sentir un dolor muy fuerte. Demasiado.
Corrí al baño de manera apresurada. Odiosamente empezó ha arderme la garganta y el dolor se hizo más fuerte en algún instante.
Y ahí estaba yo, devolviendo las lentejas que me habían dado para comer hacía unos... ¿10 o 20 minutos? Si, por ahí.
Era demasiado horrible.
Me saqué las gafas para poder vomitar bien y sin que se me resbalaran por la nariz; como la mayor parte del tiempo.
Recogí mejor mi melena y empecé a vomitar mucho más.Mi garganta cada vez ardía más.
Era horroroso.
Hasta que 5 minutos después, dejé de vomitar.
Ya ni siquiera recordaba estar en la casa de mi madrastra con mi hermanastra pequeña de 4 añitos.
Suspiré para finalmente tirar de la cisterna y levantarme. Me acerqué al laba manos y abrí el grifo, me lavé la cara y la boca. Para cuando me sequé, la niña se estaba quejando.
6:28 p.m.
Estaba tirada en la arena negra de la playa. Pensando en mis sentimientos. Pensando en él. Joder, siempre estaba en mi cabeza. No había día en concreto en el que él no se pasara por los recuerdos de mi cabeza. Y es que ya sabía lo que sentía. Se lo había dicho pero no me dijo nada.
Y es que, ¿Qué podría decirle a una niñata como yo? ¿Qué le daba igual? ¡Pero si eso yo ya se lo notaba!
Mi mirada, pasó de mi tía hacia el mar. Estaba revuelto, como mis pensamientos, como mis sentimientos.
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Un Diario Más
AcakUn Diario Más. Hay horas. Hay horas para él dolor. Hay horas para sentir. Hay horas para reír. Hay horas para llorar. Hay horas para todo. Sobre todo, hay horas para amar; horas para él amor.