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12 de Septiembre del 2018.

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10:55 p.m.

"Cada día estás más gorda."
"Necesitas estar a dieta."
"Horrorosa."
"Se más femenina."
"Eres una vaca."
"Fea."
"Estúpida."
"Muérete, es gratis."

Cada día, las palabras dichas en mi niñez se escuchaban más hacia mi, en personas que son importantes para mi.

Mis lágrimas empezaron a caer una por una de mi lagrimal.

No entendía el por que de ser tan despreciado intentando ser más humano.

Mis ojos no se coloreaban de color rojo al llorar, ni mis mejillas se tornaban de color carmín, pero mi nariz... Mi nariz me delataba debido al moqueo que empezaba a producirse en ella y el color rojo que tomaba.

Mis labios se hinchaban un poco debido a la saladez de mis lágrimas al parar en estos. Mis ojos se opacaban como si de un muerto se tratara, debido a que el brillo que lo representaba se caía.

Mi rostro dejó de ser feliz, de ser alegre. Odiaba eso, debido a que entonces tendría que usar la máscara que desde hacía pocos meses dejé de usar.

No podía competir contra esto.

No puedo competir contra nada.

Todo me dolía.

Todo me duele.

Quería morirme.

Quiero morirme.

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