30 de Julio del 2018.
3:51 a.m.
Era una noche de insomnio. Mis ojos se cerraban con lentitud al sentir el peso de los párpados pero nunca llegaban al final del cierre.
Hacía calor; aún con la ventana abierta y el ventilador encendido.
Mis ojos se desviaron por un momento hacia mi teléfono, me había llegado una notificación nueva de Instagram. El usuario que me había hablado, era el de él. Me había contestado al mensaje anterior en un vídeo.
Mi nariz se empezó a poner de un tono rojizo junto a la parte de arriba de mis mejillas.
Adoraba escuchar su voz. Adoraba sus ojos, su sonrisa, su nariz; su todo. Lo adoraba en sí a el; pero aún sin saber como.
Recordé cuando empezó a gustarme de un día a otro. ¿O ya me gustaba desde antes? Ni idea, pero fue extraño.
Muy extraño.
Y tenía miedo. Miedo de fastidiarlo con él. Miedo a perderle...
8:52 p.m.
...

ESTÁS LEYENDO
Un Diario Más
RandomUn Diario Más. Hay horas. Hay horas para él dolor. Hay horas para sentir. Hay horas para reír. Hay horas para llorar. Hay horas para todo. Sobre todo, hay horas para amar; horas para él amor.