Todo llega a su tiempo.

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La rutina termina por romper nuestro propio orden.

An Onodera:

— ¿Bueno...? — volvió a preguntar aquel hombre al no haber obtenido respuesta la primera vez.

— ¡¿Quien rayos eres tú?! ¡¿Que le has hecho a mi hermana?!¡Más vale que me digas quién eres antes de que llame a la policía!— contestó frenético el castaño a la otra línea.

— Haitani ¿Podrá devolverme mi teléfono?— dijo la chica mientras extendia su mano.

— jajajaja, claro, pero por favor dile a tu novio que no te he hecho nada.

— yo no tengo novio— Finalizó la chica para después retomar la llamada que Haitani había contestado— ¿Hola?

— ¡An! ¡¿Estás bien?! ¿Te duele algo? ¡¿Que fue lo que ese pervertido?!

Comencé a reír ante la histérica reacción de Ritsu — Tranquilisate estoy bien, quien contestó fue un compañero de trabajo — trate de calmarle, Ritsu siempre era así "sobreprotector" ni siquiera mi padre o mi madre actuaban de esa forma.

— ¿Y se puede saber porque ese chico tomo tu teléfono? — tenía un tono enojado, "es encerio Ritsu" pensé, pero al final se que solo se preocupa por mi, demasiado de hecho.

— Estaba ocupada y dejé mi celular sobre su escritorio accidentalmente—
¿Hasta cuándo me trataría como una niña?— no es necesario que armes tanto lío por todo— suspiré.

—Lo se, perdón pero, tú sabes lo mucho que me importa que estés bien.

— Lo se, tu también me importas mucho... Oye es demasiado temprano para que me estés llamado.

— De que hablas ya es de noche...

—Pero siempre terminas más tarde, así que supongo que te esforzarse de más ¿No?

— ...n-no

— ¡Ritsu! ¡Debes de tomarte en cuenta a ti mismo baka! No te esfuerces demasiado, me preocupa que algo te pueda pasar.

—Yo estaré bien no te preocupes.

— jm... — Haitani me llamo, yo aún no terminaba con mi trabajo, a diferencia de mi hermano— lo siento Ritsu ya me tengo que ir, todavía tengo trabajo.

—¿Aún?— dijo con un tono de preocupación.

— Mira quién lo dice— conteste sonriendo de forma sarcastica, el tenía mucho más trabajo que yo.

— Está bien, cuídate.

— Tu también— finalice la llamada y colgué. En serio tenía mucho que hacer aún.

— ¿Ya sé ha calmado tu novio?— pregunto ese pelirrojo que tenía como compañero de escritorio.

— Era mi hermano, ya le dije que no tengo novio.

— Ahora que lo dices, creo que me gritó preguntando por su hermana.

Reí — Debería de poner más atención Haitani.

— Talvez, como sea. ¿Dijiste que no tenías novio?

— Así es.

— ¿Como una chica tan linda puede mantenerse soltera?

—Yo tomo en serio todo lo que me rodea, no me interesa estar con un chico solo por sentirme sola, además, creo que las almas que están destinadas a estar juntas, hallarán la forma de encontrarse pase lo que pase.

—... ¿Les muchas novelas?— dijo aquel chico a forma de broma.

Reí un poco.
—Todo lo contrario, no me gusta mucho leer.

—¿Ver películas talvez?

— No en especial, aunque no me desagrada.

—Entonces, ¿Que te párese si te invito a ver una el fin de semana?

— ...Bueno...

—Creo que estará muy ocupada, recuerda que eres nueva y tienes mucho que aprender— interrumpió un hombre alto de cabello azabache, mi superior.

—Takano, eso no te importa— dijo con un claro enojo el de cabello rojizo.

— Me importa lo que aprendan mis subordinados— dijo y se dirigió a su escritorio.

—Tiene razón Takano, lo siento Haitani creo que será luego.

Dije y volví a mi trabajo, el tiempo pasó sin que me percatara de este, era tarde cuando al fin había logrado terminar con todo.
Tome mis cosas y salí de la oficina.

Masamune Takano:

Al fin había terminado, la chica nueva al parecer también, pero salió antes que yo de aquel lugar. Sin embargo ya estaba a su lado en el elevador del lugar.

— Buenas noches Takano— dijo con una sonrisa.

—Bunas noches— conteste con una sonrisa también.

Realmente no era una chica fea, era bastante bonita y en todo el día había estado sonriendo, no era como si me molestará que saliera con Haitani, aunque honestamente no le desearía eso ni a mí peor enemigo. Simplemente era nueva y quería que se concentrara en su trabajo.

— Lamento lo de hace rato... —hable al fin — no quería interponerme en tus planes, solo que creo que debes de consentrarte, es todo...

—No se preocupe, yo debería de agradecerle por la interrupción, Haitani me agrada pero, no es como si me gustara aceptar citas de chicos que he conocido hace unas horas.

Me sentí menos culpable— creo que eso es suerte para mí, creí que te enojarias por interponerme en tu cita.

— Para nada — finalizó con una sonrisa.

Otra personaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora