Temporalmente juntos

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Onodera Ritsu:

Okay, oficialmente mi suerte no podía ser peor. Colapse durante la tarde del día pasado, cuando desperté mi padre hablo conmigo acerca de un "periodo vacacional" para poder calmar mi supuesto "estés" ¡yo no estaba estresado!
De cualquier manera el insistió y hasta me amenazó con tripiclar mis trabajos, así que al final tuve que aceptar lo que él decía.

Me dio varias opciones, pero rechace todas. Solo quería ir a ver a An, además así podría recoger el libro que compre estando en su cuerpo, obviamente pagandole por este, además a An no le gusta la literatura. Y también... Podría ver cómo estaba Takano, por alguna razón quería verlo, no tenía planes de hablarle o decirle lo que había pasado, no significaría nada, ni hay porque  después de todo ya que el está con mi hermana, con la verdadera An Onodera de la que estaba enamorado, pero solo quería verlo.

•••

Si embargo, cuando llegue allá al siguiente día, me encontré con una mirada, con esos ojos felinos color avellana que tanto me... ¿Gustaban? Que tontería, solo lusia bien. Era alto, de cabello azabache, no había duda de que era el, mi mirada y la suya se encontraron cuando chocamos, fue extraño como si hubiera alguna extraña conección "¿Que está haciendo el aquí?" Pensé.

An se abalanzó sobre mi, y poco después me explico todo. Takano iba a pedir su mano...

"Genial, Takano es bueno... Takano será la persona ideal para mí hermanita... Takano..." Y por alguna razón, sentía que lo estaba perdiendo todo, vaya tontería.

Bien, un encuentro con Haitani, Takano diciendo que podía cuidar mejor a An de lo que yo lo hacía, eso me dolió. Un próximo matrimonio, porque pedir la mano de alguien es un contrato de matrimonio, y para colmo, para terminar de joderme la vida, iba a tener que estar durmiendo en el departamento de Takano por capricho de An Onodera.

•••

—¿Te ayudo con eso? — dijo Takano en el elevador del hotel refiriéndose a mi equipaje.

— No gracias. — respondí cortante.

— ¿Estás seguro?

— Si, gracias pero yo puedo solo. — afirme, el sonrió "¿De que te ríes idiota?" Quise decir pero An nos acompañaba, además no podía hacer eso, iba a espantar al prometido de mi hermana... Aunque de hecho la idea no sonaba del todo mal.

— ¿Es este piso verdad Takano? — pregunto An, "¿Desde cuándo ellos se ven aquí y... Exactamente para que?"
Era obvio, el solo preguntarme eso me hacía sentir estúpido.

Takano Masamune:

Entramos a mi departamento, la castaña nos acompaño un rato hasta que marcaron las 9:30, entonces su hermano y yo fuimos a acompañarla a tomar un taxi. Regresamos al departamento y me decidí a darle un recorrido a Ritsu por el lugar donde viviría por un tiempo.

— Oye... — empecé a hablar. — ¿Te gustaría recorrer el apartamento?

— Supongo que sí, aún no me has dicho ni dónde voy a dormir. — "en mi cama de preferencia"  pasó por mi mente "¡¿Que rayos?! ¿Porque pensé eso?"

— Bien pues acompáñame para decirte donde. — el solo se levantó del sofá y me siguió.

— Primero que nada es importante que sepas ubicar la cosina, después de todo estarás aquí solo la mayoría del tiempo, a menos claro que salgas.

— Mjm. — iba mirando alrededor, distraído de mi propia mirada sobre el.

— Bien aquí está la cosina. Y solo tengo comida real así que espero te acostumbres. — el castaño enrojesio.

— ¡¿Q-que quieres decir con eso?!

— ¿Estás aquí porque colapsaste no? Debió ser gracias a que no comías ni dormías lo suficiente.

— T-tu ni siquiera sabes si eso... — se veía muy lindo...

— ¿Ya sin argumentos? — Bromé.

— Cállate, mejor sigamos con el recorrido. — dijo al tiempo que me empujaba por la espalda saliendo de la cosina.

— Si si si, como usted diga pequeño príncipe mimado. — me miró con furia.

— ¿Como me dijiste?

— Solo camina, ya se está haciendo muy tarde y tengo que levantarme temprano mañana. — y fui yo quien lo saco de la habitación esta vez, jalandolo de la mano, tomar su mano se sentía agradable, cálido, como si se tratara de algo importante, algo que no quería perder y luego... Llegamos a la siguiente habitación donde me soltó y esa calidez desapareció.

— ¿Y aquí?

— Oh claro. El baño está dentro del cuarto, está es la puerta que da al cuarto, enfrente de ella hay un pasillo que lleva a la cosina al fondo y a la sala al inicio, en la sala hay varios libros y la otra puerta dentro del cuarto es la de mi oficina.

— mmm...

— Y hay otro cuarto aunque está lleno de cacharros, pero solo es cosa de limpiarlo, supongo que lo limparemos mañana y hoy tendrás que dormir conmigo...

— ...¿Qué?

— N-no, me refería a que dormirás en mi habitación, a eso me refería...

— Okay... ¿Pero y tú?

— Dormiré en la sala, tengo un sofá cama por si mi amigo viene a visitarme, así que dormiré ahí.

— ¿Pe-pero en ese caso no es mejor que yo duerma en la sala?

— Nop. Ahora desvistete y toma un baño en lo que yo hago la cena. — lo guíe hasta el baño.

— S-si... Pero, esto... ¿Podría hacerlo en privado Takano? — me dijo sonrojado. Yo estaba en el cuarto de baño por alguna razón, ahí parado como esperando ver algo.

— Claro, te dejare aquí una toalla y aquí pon tu ropa sucia ¿bien? — salí del cuarto con un ligero sonrojo.

"¿Que mierda me está pasando?"

A estas alturas las preguntas estúpidas ya no son contestadas.

•••

Había terminado de preparar algo para cenar, el chico se estaba tardando así que fui a revisar a la habitación. Abrí la puerta, el estaba sentado a la orilla de la cama con una toalla sobre la cabeza pero ya vestido "que mala suerte" dijo una pequeña vocesilla en mi cabeza. Tenía su mano sobre su frente.

— Oye... ¿Estás bien?

— ¿m? Oh, lo siento no te ví entrar.

— Eso no importa... ¿Como te sientes?

— Ah, perdón por causarte molestias, estoy bien solo me dolió un poco la cabeza. — sonrió, fue extraño tenía la sensación de que en realidad no sonreía sinceramente antes pero... La sonrisa de ese momento era diferente, real, linda, cálida, y de un momento a otro sin que yo mismo me diera cuenta, me encontraba besando su frente.

— ¡¿T-takano?! — me empujó. — ¡¿Que rayos fue eso idiota?!

— Eh... Quería medir tu témperatura... — le expliqué a él y también a mi mismo.

— Tienes formas extrañas de medir la temperatura.

— Oye la comida se está enfriando, será mejor que vallamos. — lo tome de la mano y fuimos hacia la cosina.

— ¡Idiota yo puedo caminar solo!

Otra personaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora