¡Hay que aceptar la realidad!

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Onodera Ritsu:

Era ridículo, había terminado por hacer justo lo que todos pensaban ya;"Eres genial Onodera Ritsu"

Fui un idiota que llegó tan ebrio como para abrirle las piernas al prometido de mi hermana, y ese maldito... El también estaba algo ebrio, par de idiotas. Lo arruine, lo arruinamos, pero ya estaba listo para tomar las riendas de todo este asunto.

Ahí estábamos, en el aeropuerto, esperando el vuelo que me llevaría de vuelta a casa. Takano y yo esperábamos en silencio a mi hermana que había insistido en ir a despedirme a pesar de todos los ruegos que le hice con el clásico "no es necesario, no quiero molestarte" pero más bien era un claro "no quiero sentirme más culpable".

- ¡Ritsu! - voltee al lugar de donde venía esa voz, Ann y Kisa corrían hacia mi.

- Hola, mejor dicho adiós. - les dije con una sonrisa demasiado finjida.

- ¿Te vas? - pregunto Kisa triste. Solo asentí.

- Ya he pasado demasiado tiempo por acá, es mejor que vuelva a mis obligaciones de una vez. - sentía como Takano me miraba de reojo.

- Es muy repentino, ¿Pasó algo? - parecía que Ann podía leer mi mente, mis ojos, todo yo. Negue con la cabeza, para que solo mi cuerpo le mintiera.

- Nada, solo que ya es tiempo de volver al trabajo.

- Te voy a extrañar mucho, seguro Takano también lo hará. - me congelé momentáneamente al escuchar su nombre, y después solo asentí con otra falsa sonrisa.

- Espero verte pronto Ritchan. Sabes pronto me mudare con mi novio para el lugar donde vives, espero me despido un buen recorrido en recompensa de los míos- sonrió mientras me giñaba un ojo.

- Claro. - respondí más relajado.

La llamada de mi vuelo sonó por el altavoz, me despedí por última vez tomando mi equipaje y estaba listo para abandonar todo.

- Te ayudo. - Takano tomo una de mis maletas y comenzó a caminar.

- N-no hace falta. - comencé a seguirlo.

- Llevas demasiadas cosas, no podrás con todo.

- Claro que puedo. - dije en tono desafiante, él volvió su vista a mi y me sonrió. Mis mejillas se tiñeron de rojo y quise desaparecer del mundo en ese momento. "Vamos, solo por esta vez, solo por esta última vez..."

Caminamos nuevamente en silencio y nos detuvimos frente a la fila del equipaje.

- Bien creo que este es el adiós... - mensione con mi falsa sonrisa.

- No quiero que sea así... Onodera, lo de la otra noche---

- ¡No importa!... Ya no importa Takano, dijimos, que eso no había pasado, nunca pasó... - le sonreí mientras las ganas de llorar aparecían.

- ...Lo siento, no quería que todo esto pasará.

- Hey ¿De qué hablas? ¿Qué pasó?

Me miró con una expresión que no le había visto antes, una llena de tristeza y frustración.

- B-bien, es hora de irme, adiós. - tome mi maleta y corrí hacia el avión.

- ¡Oye, Onodera! - le escuché gritarme, mis lágrimas al fin habían salido y esperaba que con ellas calleran todos esos sentimientos que había formado en ese lugar.

•••

- Bienvenido a casa. - mi madre me abrazó mientras yo dejaba el equipaje en el piso.

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