¿Amigo?

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Para l@s que si quien a An-chan, el fic en si está consentrado en Takano y Ritsu, así que ella no saldra tanto, si va a estar presente pero no en todos los capítulos, bien gracias y espero les guste el cap :3


- – —↓⬇Capitulo↓— – -

Takano Masamune:

¿Acaso esa bella castaña estaba enojada?

Durante el resto del día no pude evitar mirarla de vez en cuando, talvez demasiado, pero desde que llegó Kisa se veía un poco estresada.

•••

Ya era tarde, la mayoría de los empleados ya se habían retirado, solo quedábamos ahí, Kisa, Onodera y yo.

El azabache de baja estatura se despidió de ambos y salió del departamento.

— Buen trabajo hoy — dije para llamar al atención de la chica.

— Gr-gracias igualmente — contestó rápido.

— ¿Te parece si te llevo a tu casa?

— ¿Eh?

— Hoy traje mi auto así que... Si quieres te podría llevar a casa.

Silencio por un minuto, un minuto que me pareció eterno, estaba nervioso sin razón, sentía que me rechazaría en cualquier momento.

— Bueno... Gracias — sonrió.

— Bi-bien vamos — ¿Que pasa? ¿Ahora era yo el que estaba tartamudeando?

Estábamos afuera del elevador, cuando un hombre alto de ojos azules se nos acercó, mi amigo Yokozawa.

— Buenas noches— dijo el oso gruñón, como lo apodaban.

— Buenas noches —Contesto la castaña.

— Ya es tarde, ¿aún tenías trabajo?— pregunté para llenar el espacio.

— Algo así... — dijo, ¿que clase de respuesta era esa?— ¿Y ustedes?

¿A que se refería? — Llevaré a Onodera a su casa — explique.

— Ya veo... — dijo por último.

El elevador al fin abrió las puertas y los tres subimos a este. Ví de reojo a la chica que se mostraba algo nerviosa, bueno en realidad no la culpo, el ambiente en ese angosto lugar, era bastante incómodo.

•••

Llegamos al estacionamiento, no fue difícil hallar el auto ya que era tarde y el lugar estaba casi vacío.

Le abrí la puerta del asiento del copiloto y ella subió. Luego di la vuelta y subí al auto.

•••

El ambiente en el lugar era pesado, incómodo y con un gran silencio.

— ¿Que opinas del trabajo? — pregunté al fin, solo para romper con ese torturador silencio.

— Eh... Bueno, es algo pesado supongo...

— ¿Y que hay de tus compañeros?

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