Onodera Ritsu:
Había dormido extrañamente bien, sentía una sensación extraña en mi cuerpo, era una agradable calidez acompañada de un extraño peso sobre mi pecho. Abrí mis ojos con pesadez, tratando de comprender a que se debía esa extraña sensación, cuando el sueño se separó de mi cuerpo mi mirada se cruzó con la de un sonriente azabache que me observaba.
— Hasta que despiertas dormilón. — Acerco su rostro al mío y plantó un beso en mi frente. Sentí el calor agruparse en mis mejillas.
— ¿Q-q...? ¡¿Que rayos estás haciendo aquí?! — Me aparte de él tan rápido como pude, me levanté de la cama y observé cómo el comenzaba a levantarse.
— Bueno estaba esperando a que te levantas para preguntarte qué querías desayunar.
— N-no era necesario hacer eso, lo que sea que prepares está bien, de hecho no tienes ni porque hacer eso.
— ¿Y dejar que nos intoxiques con tu maravillosa comida?
— ¡Oye! Eso no es---
— Está bien. — Volvió a acercarse, está vez dejando un beso sobre mi mejilla. — Yo quiero cosinar para ti.
Trague duro ante su comentario y lo empuje un poco desviando mi mirada, esperando que no notará mi sonrojo.
— D-deja de hacer eso por favor...
— ... — Sentía su mirada sobre mi.—¿Porque?
— ¿C-cómo que porqué? — sonreí de forma nerviosa tratando de aparentar seguridad.— Tus bromas, son extrañas, imagina lo que mi hermana pensaría si ves que haces algo como eso.
— Ritsu... — levantó mi rostro, obligándome a verlo.
Se estaba comenzando a acercar a mi rostro y yo no lo detenía, estaba parado ahí, consiente de lo que ese acercamiento significaba, del riesgo que traía a mi mundo esa acción.
Y finalmente no lo pude evitar. Los labios de Takano se deslizaban sobre los míos, eran suaves y cálidos, su beso provoca en mi interior un revuelo de emociones y sensaciones completamente únicas, nuevas, atemorizantes. No tardó mucho para que su lengua pidiera permiso a mis labios para adentrarse en mi cabidad, no hallé forma ni razón para negarme. El beso de volvió más profundo, el oxígeno comenzaba a faltarnos, Takano se alejó un poco para dejar que ambos tomarnos aire y continuo con sus acciones.
No supe cuando ni como, pero de pronto el beso se había movido de lugar y ahora nos besamos sobre el colchón, en una búsqueda desesperada por obtener más del otro. Takano comenzó a frotar su entrepierna con la mía, aquella peligrosa fricción hizo que volviera en mi, no quería que lo de esa noche se repitiese.
— Tak-takano basta. — comenzó a lamer mi cuello mientras yo trataba de empujarlo.
— Por favor detente... — Seguía con sus acciones como si estuviese bajo una maldición que le impedía escuchar lo que le decía.
— ¡Que pares! — Le empuje y solo entonces me miró a los ojos, con una mezcla de decepsion y tristeza en su mirada.
— ¿Porque...? — pregunto.
— ... Porque no es correcto. — desvié la mirada nuevamente. El tomo mi rostro con sus manos, me miró un momento y luego me abrazó.
— Lo siento...
Takano Masamune:
Me sentía frustrado, no sabía cómo acercarme de forma correcta a el, era claro que no podía llegar y fingir que nuestra relación seria la de simples amigos, mucho menos la del "prometido de su hermana" porque vamos, ya ni siquiera podría aparentar semejante cosa. ¡Yo lo quería a él! Pero el revelarselo implicaba tantas cosas, no sabía cómo podría reaccionar, ese chico era impredecible en situaciones donde desearía realmente tener por lo menos una idea de su reacción.
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Otra persona
FanfictionAn Onodera, es la hermana menor de Ritsu Onodera, ambos viven en ciudades distintas, Ritsu encargándose de la compañía de su padre y An en otra ciudad, trabajando en una editorial, una vida rutinaria para ambos, hasta que un día inexplicablemente te...