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*10 años después*

Millie salió del trabajo una hora antes de lo previsto. Uno de los actores había enfermado, por lo que tuvieron que dejar las escenas que ambos compartían para grabarlas otro día.

No tardó mucho en llegar a casa y no se sorprendió al descubrir que Finn no había llegado todavía.

Dejó su bolso sobre el sofá del salón y no pudo evitar posar su mirada sobre la foto que tenía arriba de la chimenea. Su boda con Finn.

Oyó su móvil sonar desde la cocina, donde estaba preparando la comida. Le quería dar una sorpresa a Finn cocinando ella por primera vez en dos años.

Corrió mientras se limpiaba las manos al mandil hasta llegar al móvil. Sonrió cuando leyó el nombre de su mejor amiga en la pantalla.

—Hola Sads —saludó la chica mientras se dirigía de nuevo a la cocina. Oyó un suspiro de la pelirroja.

—Mills necesitamos tu ayuda. Dante no quiere quedarse con la niñera que hemos contratado y la cena con mi empresa es muy importante. Noah a intentado llamar a sus padres pero ambos están ocupados.

—No te preocupes, Finn y yo nos quedaremos con él sin ningún problema —Millie pudo sentir como Sadie sonreía al otro lado. Oyó unos pasos y supuso que iba hacia donde se encontraba su hijo.

—Dante, ¿sabes quién te va a cuidar mientras que papá y yo nos vamos a la cena?

—¿La tía Mills?

—Correcto —la morena oyó el grito de felicidad que soltó el niño y no pudo evitar sonreír. Como desearía ser madre.

Oyó unas llaves metiéndose en la cerradura de casa y se despidió de su amiga, prometiéndole que no le iba a dar galletas al pequeño, aunque ambas sabían que era mentira.

—Hola cariño —la morena rodeó el cuello de su marido y le besó con mucha dulzura, provocando una sonrisa en Finn.

—¿Cómo es que has llegado tan pronto?

—Iker se ha enfermado, por lo que las escenas que tenía que grabar las han aplazado —el azabache arrugó la nariz.

—¿No huele a quemado?

—¡Mierda! —Millie corrió hasta el horno donde había metido la lasaña, intentando no destrozarla, demasiado tarde, ya que estaba carbonizada.

—Anda trae, ya hago yo algo. Descansa un poco, se te ve muy cansada.

—La verdad es que no sé que me pasa pero últimamente me duelen mucho los pies. Voy a la habitación para cambiarme de ropa —besó a su marido y salió por la puerta, pero entonces recordó algo y volvió sobre sus pasos—. Amor, Sadie y Noah van a traer a Dante.

—Dios, amo a ese niño. Es tan parecido a Sadie —Millie arrugó la nariz mientras se le escapaba una sonrisa, lo que enterneció a Finn, quien no pudo evitar besar su nariz.

Ahora sí, Millie subió hasta la segunda planta, donde se encontraba su habitación.

Pasó por delante de una puerta y apartó la mirada, intentado no quedarse mucho rato mirando.

Llegó a su habitación y buscó ropa en el armario. Fue hasta el baño, donde se desvistió y se dio una ducha rápida, quitando todo el rastro de sudor que el verano provocaba en ella.

Cuando salió se secó y se vistió, abrió un cajón y vio una caja, la cual sacó. En ella tenía todas las cremas que usaba para mantener su piel perfecta. No pudo evitar posar la vista en otro cajón, el cual abrió y sacó una caja de ese.

Bad Game ||Fillie||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora