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Ya había pasado casi una semana desde su llegada a la ciudad.

Había vuelto a hablar normalmente con Jacob, pero seguía dolida por lo que el chico había hecho.

Su madre y ella ya habían pintado la habitación y ahora ella estaba terminando de hacer la cama mientras hablaba con Noah por FaceTime.

—Que capullo —volvió a repetir el chico después de que la chica le contase todo lo que le había dicho Jacob antes de perdonarlo del todo—. Sigo sin entender porqué lo perdonaste, Mills.

—Porque lo amo, creo que todos merecemos una segunda oportunidad. Estaba borracho, no sabía lo que hacía.

—Pero esas personas no cambian —Millie rodó los ojos y se tumbó en la cama con el ordenador a su lado.

Miró hacia la ventana donde vio a Sadie y a Finn en la habitación del la chica.

—Espera un segundo —la choca cogió su móvil y marcó el número de la pelirroja.

Vio cómo está se separaba de su novio y respondía la llamada con cara fastidiada.

—Sadie, las persianas —le avisó divertida la chica. Observó como Sadie iba hasta la ventana y la saludaba con la mano. Millie también la saludó.

—Gracias, me había olvidado completamente. Te dejo —colgó y bajó las persianas. Millie miró hacia la pantalla de su ordenador, donde Noah la veía interesado.

—Sadie y Finn otra vez, ¿verdad?

—Sí. Nunca había visto a dos adolescentes tan calenturientos. —Rió la chica.

Noah y ella se habían vuelto muy cercanos en una semana. Casi podía decir que era su mejor amigo.

Gaten y Caleb le caían genial, pero después estaban Sadie y Wulfhard. Sadie no le caía mal, pero no tenía la oportunidad de conocerla porque siempre estaba pegada a Finn.

Finn era otra cosa. El chico y ella se llevaban a matar. Cada vez que uno destacaba en algo el otro lo intentaba superar.

Hace menos de un día el chico le había gastado una “broma”. A Millie solo le pareció de principiante.

—Bueno Schnapp, no estamos hablando sobre Jacob ni sobre la vida sexual de Sadie y Finn. Estamos planeando mi venganza por su broma.

—Ni siquiera fue una broma, solo te quitó la ropa la salir de la ducha del gimnasio —Millie rió.

—El muy idiota no sabía que guardo ropa de emergencia por si pasa algo con la anterior en la taquilla. —Esta vez fue el turno de Noah de reír.

—Podemos... ¿Echarle pica pica en la ropa interior? —Preguntó el chico no muy seguro.

—Muy típico. Vamos piensa, Noah. Tiene que ser algo que lo deje en ridículo ante un grupo grande personas... —Millie pensó durante unos segundos, antes de chasquear sus dedos, asustando a Noah.

—No vuelvas a hacer eso.

—Sh. Tengo la idea perfecta —Le mandó callar la castaña—. El tiene una banda, ¿verdad?

—Sí, calpurnia. ¿A dónde quieres llegar a parar?

—Déjame terminar de hablar —le mandó callar por segunda vez la chica—. Van a actuar hoy por la noche y Finn es el cantante. Le pagaré a la persona que se encarga del micrófono para que distorsione la voz de Finn y parezca que canta mal.

—Eres una genio —Noah aplaudió. Millie dio unas reverencias aún tumbada en su cama, sonriendo.

—Nos vemos en el club en media hora, tenemos que empezar a prepararlo todo. —Apagó el ordenador y llamó a Caleb mientras salía de casa.

Bad Game ||Fillie||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora