YO SOY CLOE

Un sí quiero equivale a un sí puedo II:

Después de decirle eso me levanté para irme a otro sitio, pero me arrepentí de hacerlo porque lo que vieron mis ojos no se lo deseo a nadie.

Christoffer con Nina casi teniendo sexo delante de todos, menudo imbécil.

Nina me miró y sonrió, se notaba a leguas que lo estaba haciendo a posta para joderme pero lo que no sabía es que me daba igual hoy no pensaba amargarme por nadie.

Me acabé mi tercera, cuarta no sé ya había perdido la cuenta de cuantas copas llevaba. Salí a la pista de baile y empecé a bailar.

Estuve así un buen rato cuando alguien me tocó el hombro para llamar mi atención, me giré y era un chico guapísimo.

-¿Bailarías conmigo?- preguntó cerca de mi oído.

-¿Qué gano yo a cambio?-dije atrevida, el alcohol estaba actuando por mi.

-A mi- dijo ese chicos con ojos verdes, pelo castaño despeinado y muy atractivo mirándome seductor.

-Que gran premio...- dije irónica.- Creo que paso.- contesté girándome para retomar mi baile.

-Venga preciosa, sólo un baile no te pasará nada.- dijo insistente.

-De acuerdo.- contesté mientras empezábamos a bailar muy sexy los dos.

-Soy Marcos.-dijo presentándose para que le dijera mi nombre.

-Cloe.- dije sin dejar de bailar.

-Un nombre precioso.-dijo sonriendo, tenía esa sonrisa que se contagiaba a los demás, así que acabé sonriendo con él.

[...]

Estuvimos bailando un buen rato, ya no sabía que hora era la verdad pero me lo estaba pasando bien.

-¿Me encantaría besarte?- dijo Marcos mirándome a los ojos.

-Nadie te lo impide.- dije con una sonrisa y el se acercó a mis labios para dejar un cálido y sensual beso.

Después de ese beso hubieron muchos más no puedo engañaros y me estaba gustando, no conocía de nada a este chico pero me estaba haciendo olvidar estos últimos días.

-Ven.- me cogió de la mano para llevarme a un sitio fuera de la pista.

Este chico besaba muy bien, me colocó contra una pared y fue dejando besos por todo mi cuello.

Poco a poco fue quitando botones de mi vestido pero no dejaba que nadie me viera, sólo él.

-No me gustaría quedarme desnuda aquí delante de todos.- dije riendo mientras él continuaba besándome.

-No te preocupes, vamos a otro sitio.- me puso los botones que me había quitado y me llevó a una especie de escaleras, para luego subirlas.

-¿Dónde me llevas?-dije un poco ya piripi pero consciente.

-A un sitio más privado.-dijo guiándome.-Aquí entra.- abrió una puerta para luego dejarme pasar y la cerró tras nosotros.

-Eres preciosa.-volvió a repetir.

-No seas pelota.-dije riendo mientras me sentaba en una especie de silla, este lugar tenía demasiadas modernidades.

-Soy realista.-dijo acercándose a mi para luego cogerme en brazos y continuar besándome hasta caer encima de una especie de sillón.

Volvió a soltar los botones que había puesto antes e introdujo su mano haciendo contacto con mi vientre haciendo que mi piel se pusiera de gallina.