Capítulo 15: El deseo más deseado

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...

Al abrir los ojos, me percaté del contacto de alguien cerca de mí. Debo admitir que al principio me asusté ya que no recordaba que no estaba en mi dormitorio, sola, sino en la sala común de Gryffindor. Y luego también recordé que ayer había venido Harry y le había pedido que se quedara. 

Yo estaba apoyada sobre su hombro. Los dos estábamos algo recostados, pero también sentados. Él también tenía su cabeza sobre la mía y no quise moverme para no despertarlo. Tragué saliva, algo nerviosa. Por alguna razón, mi corazón latía a toda velocidad. Nuestros cuerpos estaban pegados uno al lado del otro y uno de sus pies tocaba el mío. Sentía la respiración relajada de Harry cuando inflaba y desinflaba su pecho. Pero también notaba y hasta oía los latidos acelerados de su corazón. Me quedé un rato en silencio, solo mirando las llamas de la chimenea, y vi que nevaba a través de la ventana.

De pronto, su cabeza se despegó de la mía y yo me incorporé para mirarlo. Frotó sus ojos, intentando enfocar su vista hasta que tomó sus lentes. Al observarme, se sobresaltó un poco.

- Hola... - me saludó y yo apreté mis dientes para no sonreir.

- Hola... - respondí, largando un suspiro. 

- ¿Has dormido bien? - preguntó, interesado.

- Sí, sí - asentí y desvié la mirada ya que me sentía nerviosa. - Gracias por quedarte.

- No es nada.

Recuerdo cómo alcé la mirada y noté que todavía ninguno de los dos se había alejado. Por alguna razón, estaba aterrorizada y muy nerviosa. Me gustaría que Hermione estuviera aquí para ayudarme.

- ¿Te sentías mal ayer? 

- Solo algo agobiada - me encogí de hombros. - Pero no es nada.

Harry asintió, mas observaba mis manos. Sabía de mi mala costumbre de arrancarme la piel de alrededor de mis uñas. Sabía que lo hacía cuando me encontraba así. Me avergoncé en ese momento, no quería que pensara que era una persona tan débil como para no poder controlarse. 

Sin embargo, él dijo:

- Bueno... Pues, ya sabes que si necesitas ayuda, yo estoy aquí... Y Ron, y Hermione, y eso... 

Se acomodó los lentes y yo me di cuenta que su "tic" del que hablábamos el otro día era ese: acomodarse los lentes cuando estaba nervioso.

- Lo sé, gracias - no oculté mi sonrisa. Cambié de tema rotundamente: - Oye, ¿estabas teniendo una pesadilla?

Harry frunció el ceño.

- No creo, ¿por qué?

- Es que he notado que tus latidos iban muy rápidos.

Eso sonó aún más ridículo en voz alta que en mi mente. 

- Supongo que es porque te tengo a mi lado...

Abrí los ojos, alzando las cejas. De nuevo, ese nerviosismo. Y, antes de que alguno pudiera decir algo más, una voz nos sobresaltó a ambos.

- ¡Chicos! ¡Por fin despertaron! - Ronald Weasley nos interrumpió con un golpe de la puerta. Al vernos cómo estábamos cambió de expresión. - ¿Qué hacen?

Mackenzie y la piedra filosofal | [MEH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora