Capítulo 23: Fuego, reyes y venenos

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La siguiente habitación a la que pasamos estaba completamente oscura. Recuerdo el frío y el silencio que nos cubría a los cuatro mientras caminábamos lentamente, estando alertas por si algo aparecía.

- Eso fue... cansador - habló Harry todavía agitado.

Su voz retumbó por las paredes.

- Yo no estaría tan tranquilo ahora...

Me volteé para ver a lo que se refería Ron y me quedé inmóvil. Un enorme dragón estaba frente a nosotros con sus enormes colmillos. Mi corazón comenzó a latir aceleradamente y Hermione me tomó la mano con fuerza. Nos mantuvimos quietos en el lugar mientras que el dragón daba pasos alrededor de nosotros.

- ¿Qué hacemos ahora? - susurró Ron.

Me giré a mi mejor amiga, ella me miró con unos ojos llenos de miedo.

- Puedo intentar hacer algo - le dije.

Harry y Ron me observaron, incrédulos.

- Puedo... - eché un vistazo a los ojos del dragón, quien estaba mirándonos fijamente. - Puedo... Es decir que... Yo puedo.

Con todas mis fuerzas, aparté a Harry y Ron que estaban delante mío, solté la mano de Hermione y avancé hacia el dragón. El animal lanzó fuego hacia arriba para luego dirigirse a mí. Estiré mis manos y fuego salió de mis manos haciendo que el dragón retroceda. Mis amigos me sonrieron con alegría y les indiqué que se vayan a la puerta.

No lo pensé y me subí a la cola del dragón. Tirar fuego desde arriba era mucho más fácil. ¿Cómo abrimos la puerta?, me pregunté. Miré a Hermione que me apuntó hacia el cuello del dragón. ¿A qué se refería? Pero luego lo entendí. En su enorme cuello, tenía colagada una soga con una llave atada a ella. 

¡FUUUUUUU!

El dragón comenzó a tirar fuego y ahora, básicamente, era fuego contra fuego. No podíamos hacer nada. Me tiró directo a mí y yo a él. Comprendí que con una sola mano no podía así que estiré la otra y mi fuego avanzó más sobre él. Finalmente, el fuego llegó al dragón y este bajó su cabeza, rendido.

Mis amigos largaron un chillido cuando me encaminé hacia el dragón y extendí una mano hacia él para ganar confianza. Este gruñó al principio, pero luego dejó que colocara mi mano en su cabeza. Cautelosamente, tomé la llave y le sonreí.

Sin embargo, comencé a sentirme mareada y creí que perdería el equilibrio. Sentí unos brazos alrededor cuando mis ojos estaban cerrándose. 

- Estás bien - oí la voz de Harry, quien me ayudó a sostenerme y a caminar hacia la puerta.

Hermione suspiró y Ron estaba boquiabierto.

- Eso fue... ¡Asombroso! - exclamó el pelirrojo. 

- Gracias... por un momento, pensé que no lo iba a conseguir.

- Eres maravillosa - me regaló Harry una sonrisa.

- Tuviste control, Mack - me abrazó Hermione. - ¿Puedes continuar?

Asentí, notando que Harry sostenía mis manos.

- Pero, ¿qué fue eso y...? 

- Ron, una larga historia - lo interrumpió Hermione.

- Prometo darles una explicación - les dije a todos, pero miré a Harry. Asintió con calma.

- ¡Quería que sobrevivas hasta las vacaciones!

- ¡Ron!

Largué una carcajada.

- ¿Y eso tan específico por qué?

Mackenzie y la piedra filosofal | [MEH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora