Capítulo 19: Castigados por Malfoy

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Algo en la sonrisa burlona de Malfoy durante la semana siguiente ponía nerviosos a Harry, Ron y Hermione, pero no a mí. Más le valía callarse y dejar de meterse en nuestros asuntos. No me ponía nerviosa, pero me preocupaba más por Hagrid que por nosotros ya que pasábamos la mayor parte del tiempo libre en la oscura cabaña, tratando de hacerlo entrar en razón.

- Déjalo ir - lo instaba Harry. - Déjalo en libertad.

- No puedo - decía Hagrid. - Es demasiado pequeño. Se morirá.

Miramos el dragón. Había triplicado su tamaño en solo una semana. Ya le salía humo de las narices. Hagrid no cumplía con sus deberes de guardabosques porque el dragón ocupaba todo su tiempo. Había botellas vacías de brandy y plumas de pollo por todo el suelo.

- He decidido llamarlo Norberto - dijo Hagrid, mirando al dragón con ojos húmedos. - Ya me reconoce, miren. ¡Norberto! ¡Norberto! ¿Dónde está mamá?

- Ha perdido el juicio - me murmuró Ron.

- Déjalo, le gusta tenerlo como su crío.

- Hagrid, - dijo Harry en voz muy alta. - espera dos semanas y Norberto será tan  grande como tu casa. Malfoy se lo contará a Dumbledore en cualquier momento.

Hagrid se mordió el labio.

- Yo... yo sé que no puedo quedarme con él para siempre, pero no puedo echarlo,  no puedo.

Harry se volvió hacia Ron súbitamente.

- Charlie.

- Tú también estás mal de la cabeza - dijo Ron. - Yo soy Ron, ¿recuerdas?

- No... Charlie, tu hermano. En Rumania. Estudiando dragones. Podemos enviarle a Norberto. ¡Charlie lo cuidará y luego lo dejará vivir en libertad!

- ¡Genial! - dijo Ron. - ¿Qué piensas de eso, Hagrid?

Y al final, Hagrid aceptó que Ron enviara una lechuza para pedirle ayuda a Charlie.

La semana siguiente pareció alargarse. La noche del miércoles, Ron y yl salimos con la capa de invisibilidad a ayudar a Hagrid a alimentar a Norberto. Harry y Hermione se quedaban en la sala común y nos encontrábamos allí.

- Tratar con ratas muertas es más asqueroso que las vivas, y eso que las odio - dije, tirándome en el sofá junto a Harry.

- ¡Me ha mordido! - dijo Ron, enseñándoles a nuestros amigos la mano envuelta en un pañuelo ensangrentado. - No podré escribir en una semana.

- ¿La rata muerta? - se extrañó Harry.

- ¡No, el dragón!

Harry me miró, riéndose.

- Les aseguro que los dragones son los animales más horribles que conozco, pero para Hagrid es como si fuera un osito de peluche. Cuando me mordió, me hizo salir porque, según él, yo lo había asustado. Y cuando nos fuimos le estaba cantando una canción de cuna.

Hermione me miró para saber si era cierto lo que decía, y yo asentí.

Se oyó un golpe en la ventana oscura.

Mackenzie y la piedra filosofal | [MEH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora