25.

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Obito me había llevado a otra dimensión para encargarse de mí, en el momento en que puse un pie en aquella dimensión me apresuré a golpearlo para luego realizar el Raikiri, sin embargo, me detuve segundos antes de impactarlo en él.

Obito al ver que me había detenido soltó una risa para luego verme directamente a los ojos.

—Lo que pensaba, sigues dudando. Verte sentir compasión por el enemigo en pleno combate... —hablaba Obito con una sonrisa egocéntrica. —¿Tienes mala conciencia? ¿Es por no proteger a Rin? ¿Por no cumplir la promesa que me hiciste? ¿Te sientes culpable?

—Obito... ¿Por qué no lo dejas ya? —pregunté mirándolo de manera frustrada. —Tú antes soñabas con ser Hokage. Naruto piensa lo mismo...él dijo lo mismo que tú.

—Te contaré algo que quizá te agrade. —rió para luego ver en otra dirección. —Tu querida princesa se encuentra allá.

Cuando Obito pronunció aquellas palabras he mirado en la misma dirección notando que la princesa se encontraba en el suelo inconsciente. Rápidamente dejé a Obito para acercarme a ella, cerciorándome de que nada le hubiera pasado.

—¿Qué le has hecho? —pregunté sin mirar a Obito. Él soltó una severa risa que causaba que me irritara. —¿Por qué la secuestraste? ¿Qué quieres de ella?

—Creo habértelo dicho. Quiero que sufras. —respondió sin titubear. —Pero no te preocupes. No le hice nada, ella ha estado inconsciente desde el día que me la llevé. 

En ese momento sentí como ____ se movía y poco a poco comenzaba a abrir sus ojos. Al verme rápidamente se incorporó, ella me miró asustadiza para luego ver en dirección donde se encontraba Obito y su expresión cambió completamente.

Para ella debe de ser una gran sorpresa que su mejor amigo, al que creía muerto se encontrara ahí con vida y más que fue él quien la secuestró.

—Obito... —fue lo primero que mencionó ____ llamando la atención de Obito. El muchacho simplemente se le quedó viendo fijamente con una expresión sombría. —¿Por qué?

—Tiempo sin vernos, ____.

—Todo este tiempo eras tú... —la princesa se llevó las manos a su boca en forma de sorpresa. —Si estabas vivo...por qué no viniste con nosotros...

—No existe un nosotros, princesa. —Obito soltó una risa para luego verme a mí. —Todo se rompió aquel día.

—¿Qué hay de la promesa que me hiciste, Obito? —preguntó mi novia con un ligero tono de tristeza. —Has dicho que te convertirías en Hokage y me sacarías de mi clan...

—Las promesas no siempre pueden ser cumplidas. —respondió Obito con desdén sin dejar de mirarme. —¿Verdad, Kakashi?

—Detén esto, Obito. —pedí mirándolo directamente a los ojos. —Todavía tienes tiempo...regresa con nosotros.

—No existe un nosotros. —respondió de manera fría mientras fruncía el ceño. —Este mundo es falso...todos ustedes son simplemente falsos.

—¿Falsos?

—Pronto crearé un mundo donde están mis verdaderos amigos. En ese mundo la princesa será libre. —comentaba Obito con una gran sonrisa. —Ustedes pueden unirse.

—Regresa a la realidad, Obito. —hablé mientras me levantaba y dejaba a la princesa ahí sentada en el suelo. —Debes aceptar que este mundo no es falso...es la realidad.

—Supongo que no te haré cambiar de opinión. Deberé de encargarme de ti.

—Lo mismo digo.

Ambos corrimos a atacarnos, primero empezamos una pelea cuerpo a cuerpo y esta pelea me recordaba a las que teníamos en nuestras prácticas con nuestro sensei. Dónde yo siempre mantenía la ventaja, sin embargo, esta vez era Obito el que mantenía la ventaja.

—¡Deténganse, por favor!

Sin hacerle caso al grito desesperado de la princesa, ambos seguimos peleando sin detenernos. Con cada golpe, con cada roce, con cada jutsu que hacíamos, me recordaba a esos momentos en nuestra niñez.

Obito. Tu antigua voluntad todavía vive junto a mí, lo que puedo hacer ahora es defender a Naruto y proteger a la princesa, a la mujer que amo. Incluso si eso signifique acabar con tu vida.

Esto es lo único que se me ocurre en estos momentos para protegerlos...para proteger este mundo y a mis compañeros.

—Es hora de que sufras, Kakashi.

Ambos nos íbamos a atacar mutuamente, yo atravesé el cuerpo de Obito con un Kunai electrificado y esperé a que el dolor me invadiera por su ataque, sin embargo, aquel dolor nunca llegó. Me alejé rápidamente de Obito pudiendo ver como en su cuerpo había un agujero producto de mi ataque, él me miraba con una sonrisa satisfactoria y en el momento en que vi dónde estaba apuntando su mano me entró un terror.

Escuché un gimoteo de dolor de mi novia y al voltearme mi corazón se apretujó, ella había sido atravesada por el ataque de Obito. Me acerqué rápidamente a ella sosteniéndola en mis brazos, comencé a temblar al ver como ella se encontraba sufriendo.

—Kakashi... —mencionó mi nombre con agonía mientras acercaba su mano a mi rostro. —Kakashi...

—Te lo he dicho...era hora de que sufrieras. —habló Obito con algo de dolor. —Sufre como tu amada muere en manos de la persona que creías tu amigo.

Obito en ese mismo momento desapareció, yo simplemente me quedé intentando hacer algo con la hemorragia que estaba teniendo mi novia en ese momento. Yo no sabía qué hacer para detener la sangre, no tenía conocimientos médicos y tampoco podía volver a la otra dimensión para que ella pudiera ser revisada.

—Solo aguanta un poco más. —supliqué mientras mantenía mis manos en su pecho intentado hacer que la sangre se detuviera, pero esta no se detenía. —Por favor...no me dejes...

—Kakashi...—ella nuevamente volvió a pronunciar mi nombre con agonía. Sentí como mi corazón se rompía por estar perdiéndola frente a mis ojos. —Está bien...

—No te vayas. —supliqué sin poder contener las lágrimas. —Por favor...aguanta un poco.

Sabía perfectamente que ella no podría aguantar, ella tenía su cuerpo atravesado y no era algo de lo que se pudiera sobrevivir. Sin embargo, no quería aceptarlo, no quería aceptar el hecho de que estaba perdiendo a mi novia y por eso le suplicaba que aguantara.

—Te amo... —ella tosió sangre, pero eso no impidió que ella sonriera. —Siempre te amaré...no lo olvides...

Mi corazón se apretujaba al verla de esa manera, yo debía de protegerla, pero no he podido cumplirlo. Prometí que la protegería cueste lo que cueste, pero esa promesa no pudo ser cumplida y ahora ella estaba perdiendo su vida.

¿Por qué no pude ser yo?

Odiaba tener que estar sufriendo esto, odiaba estar perdiéndola. Lo que más temía se estaba haciendo realidad.

Mi princesa se estaba muriendo.

—Sin ti estoy perdido. —comencé a llorar por ella mientras acercaba mi rostro al de ella. —No me dejes...por favor. Mi mundo eres tú...

—Sin importar que suceda más adelante...termina esta guerra y salva a los demás. —ella sonrió débilmente mientras bajaba mi máscara dejando al descubierto mi rostro. —Yo siempre...estaré contigo...siempre.

—Te amo, ____. —musité muy cerca de ella notando como mis lágrimas comenzaban a mojar su dulce rostro. —Por favor...te amo tanto...no me dejes.

—Todo estará bien. —sonrió dulcemente para acariciar mi rostro ya descubierto. —Por favor...sé feliz.

Con la poca fuerza que le quedaba ella intentó depositar un beso en mis labios, pero sus fuerzas eran cada vez más nulas y es por eso que la he ayudado, la besé como nunca antes lo hubiera hecho, he podido sentir como sus labios se movían muy lentamente debido a su poca fuerza. En el momento en que nos hemos separado me sonrió con dulzura; acaricié su rostro con delicadeza sintiendo como su cuerpo cada vez se volvía más frío. Y entonces poco a poco ella dejó de respirar. En el momento en que su mano tocó el suelo anunciando que su vida ya había acabado, grité desesperadamente y abracé su cuerpo ya inerte.

La había perdido, la perdí para siempre y no pude hacer nada para evitarlo.

Mi novia, mi princesa, había fallecido.

PRINCESS BYAKUGAN; Hatake Kakashi. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora