Capítulo 4.

5.2K 461 81
                                    

Harry se recriminaba a sí mismo que debería de haber adivinado de quién era el auto estacionado en la entrada de la casa.

Era un auto de alta gama, no sabía bien qué marca, pero brillaba bajo los rayos de sol con un gris espectacular. Todo parecía resplandecer de nuevo y podía imaginarse el olor a cuero nuevo de los asientos.

Al entrar a la casa pasó directo a la sala de estar. Una gran espalda vestida de un elegante traje gris oscuro y opaco estaba justo frente suyo; con la persona enfrentada cara a cara con una Elie risueña sentada sobre el apoya brazo del sofá más grande.

Veía la cabellera rapada y castaña, con esa forma especial que su viejo amigo Liam Payne tenía para pararse.

Podía oírlo hablar rápido y con esa voz de cantante que tenía, para luego reírse al final de cada frase.

Cuando eran chicos más de una vez habían cantado juntos porque Liam tenía un talento innato para la vocalización. Hasta él mismo había admitido varias veces que quizá tenía hasta mejor voz que Harry, pero el alma de "estrella" siempre había estado en alguna parte del rizado, en cambio Liam había sido siempre muy inteligente.

Él tenía el genio y supo utilizarlo muy bien estudiando ingeniería industrial.

Harry sabía que seguramente Liam se aproximaba a su nivel económico porque sabía bien cuánto un ingeniero ganaba por esos lados. El auto y el traje hecho a medida decían bastante.

Liam se dio vuelta en cuanto Elie le echó un vistazo al rizado que entraba a casa. Estaba bastante cambiado, sus facciones era más varoniles y adultas, el rapado también le hacía ver más serio pero cuando sonrió, Harry supo que ese Liam era el que solía conocer, con esa sonrisa de niño bueno y los ojitos achinados.

La relación entre ellos había terminado medianamente bien, es decir, Liam le dijo "Corre por tu sueño" y él lo hizo, se despidieron bien y listo.

Eran amigos, sí, pero no tan cercanos como para que a Liam le doliera demasiado la partida de él, no cuando era para 'cumplir su sueño'.

Después de todo, Liam igual iba a venía de Aveley en sus tiempos de estudiante. Obviamente en la ciudad no había la carrera de Ingeniería Industrial, así que Payne tuvo que empezar la carrera en una ciudad cercana con una universidad.

Sin embargo, él no había abandonado el pueblo del todo. Permanecía los días de cursada en un pequeño apartamento de la ciudad y los fines de semanas y días libre volvía a su casa paterna en Aveley.

Era un ir y venir, pero Liam siempre parecía feliz con eso.

Ahora, un hombre de veinticuatro años con una carrera adelantada bajo el brazo y un muy buen sueldo.

 —Harry Styles, tanto tiempo.

Harry se preguntaba cuál era el afán de recordarle que había pasado un largo tiempo, pero aun así no pensaba quejarse ni rechistar. Sí había pasado un largo tiempo y él mismo lo pensaba una y otra vez y nadie más que él tenía la culpa (o mérito) de eso.

—¿Cómo estás, Liam?

Dejó el tacho de pintura en el piso, cerca de la entrada luego se acercó lo suficiente para darle un amistoso pero corto abrazo al castaño, palmeando luego la espalda del chico.

—Yo bien pero se ve que tú mejor que nunca. —Liam comentó para luego darle un guiño.

El rizado no supo si era en serio o no, rió algo nervioso mientras le dirigía una mirada a Elie buscando explicación. La castaña lo miró sonriendo y le guiñó un ojo. Cuando vio nuevamente a Liam, éste lo miró de arriba abajo y, se supone que la vergüenza y timidez se va con el tiempo, más aun cuando se trata de un famoso, pero por cómo Liam lo miraba Harry no pudo evitar el sonrojo.

El documental de Harry Styles. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora