El documental de Harry Styles. [Larry Stylinson]

Capítulo 25.

—¿Por qué debería negarlo?

Matt niega lentamente con la cabeza, sin meterse demasiado en la charla aunque básicamente él arrastró a Harry allí. Éste está todo indignado y se puede ver la vena de su cuello palpitando por la bronca. 

—Porque está dando mala reputación, Styles. Además, ya sólo quedan días para el estreno del documental. ¿Quieres que nadie lo vea? ¿Eso quieres?

Harry se para de su lugar y peina su ahora largo cabello hacia atrás, desesperado y tratando de calmar los nervios. Le da la espalda a todo el equipo de managers y marketin. 

Sabe que ellos ya tienen todo decidido y que si a él le gusta o no aquella decisión, no es algo que impida el hecho de que todo se lleve a cabo. 

—¿Ese maldito documental que no me dejan ver?— ríe sin una pizca de gracia pero el cómo han estado prohibiéndole 'por pedido del mismo James Turner' que él ni se acerque a una copia del Documental hasta el estreno lo ha tenido perdiendo la paciencia cada segundo. 

En la misma reunión de edición él debería haber conseguido aunque sea un vistazo de segundos del documental, consiguiendo en realidad sólo una tonta excusa de que Turner quería editarlo bien él y, decía también, que quería sea un regalo para Harry. 

La discusión había sido complicada y Turner había establecido su punto con muy buenos argumentos que dejaron a Harry callado y asumiendo lo que debía hacer, no obstante, la curiosidad sobre el documental y la indignación por no dejarlo ver algo tan propio sigue estando ahí.

—James pidió que no lo veas. —Matt aclaró, como si Harry no supiese aquello. 

—¡Pero es sobre mi vida, tengo derecho a verlo!

Uno de los del equipo de managers elevó una ceja, molestándose con la actitud de Harry. No era como si esta fuese la primera vez que discutían lo mismo.

—Y lo verás. —habló el gran señor prácticamente riéndose de él.

—¡¿Cuándo?!

Él, literalmente estalló, gritando y poniendo su peor cara de fastidio. 

—En el estreno, Styles. Eso está claro.

Harry recuerda los argumentos que Turner dio y siente su sangre hervir porque es todo tan cierto e indiscutible. 

Cuando la idea de hacer una película, especie documental sobre su vida antes de la fama sale, todos en el equipo dieron la idea de contratar a James Turner por su respetada reputación. Harry, en ese momento, estaba en una nube y en realidad ni le importaba quién haría ese documental, más bien, sólo importaba cuánto dinero traería; y si lo hacía alguien que trajera mucho dinero, pues adelante.

Entonces él había firmado el contrato, -como así también lo firmó su manager y el equipo-, sin poner quejas ni oposición sobre las sugerencias y puntos que Turner estableció.

Y, vaya sorpresa, algo establecido en aquél papel era que si él no oponía a mostrar el resultado de su grabación hasta la fecha de estreno, se debería de respetar aquello sin mas. Y todo era responsabilidad, suya, es decir, Harry tenía que leer bien ese contrato, él debería haber dicho si estaba de acuerdo o no con aquello, pero la estupidez cega. 

Y, desde luego, nadie pudo objetar en contra de que la edición haya acabado y falten sólo tres días para el estreno y nadie más que James Turner y su equipo de edición lo hayan visto. 

Ellos habían buscado a Turner, ellos lo habían contratado y ellos ahora debían callar y esperar al estreno.

Y entonces también, aquél día, saltó el tema sobre negar el hecho de que él amaba a un hombre.