El documental de Harry Styles. [Larry Stylinson]

Capítulo 21.

Harry, como todo adulto, en un momento tuvo que aceptar su destino y responsabilidad y enfrentar a Zayn. 

No fue en la sala de estar con los demás cuchicheando a través de la puerta de la cocina, fue más tarde, cuando Louis se había ido y Niall con Elie ya estaban durmiendo. 

Zayn ya no lucía como si fuera a matarlo, sin embargo, su expresión no era una mejor; porque su semblante estaba tan triste, sus ojos cansados y no había visto una sonrisa suya en todo el día.

Una de las cosas por la que Harry admiraba a su mejor amigo el psicólogo era la capacidad que éste tenía para ocultar sus expresiones faciales y sentimientos. Era algo totalmente necesario en la psicología ya que no puedes simplemente hacer muecas de horror, disgusto o lo que sea ante lo que tu paciente te dice. Y Zayn amaba utilizar aquella habilidad con Harry, sólo para molestar. Tal como cuando Harry hacía un chiste malo y Zayn decidía en el momento que quería pelearlo un poco y, en vez de reírse, se ponía todo serio (aguantándose la risa de lo malo que era el chiste) y soltaba un seco "No". 

Pero ahora no estaba usando aquél, por decirlo, don; en cambio, estaba todo tristón y sin un mínimo atisbo de querer ocultar la decepción. Y eso no significaba otra cosa más que la situación superaba a Zayn y no lo dejaba ni fingir. 

Cerró la puerta de su habitación y entró despacio, mirando directo al pelinegro sentado en su cama. Era el momento y lo sabía, lo sentía, pero temía tanto.

—¿Café, té?—intentó por última vez evadir todo el asunto, pero Zayn había juntado sus cejas nuevamente y tensado su quijada. 

—Y una mierda, Harry. Sabes bien que tenemos que hablar.

Con los ojos aún medio rojos, Harry sentía que volvían a picar, pero se tragó el nudo en su garganta y le puso el pecho a la situación.

—Me conoces mejor que nadie, Zayn. Sabes bien lo confundido que me trae todo esto, sabes bien lo que siempre sentí por Louis y cómo me confundía pensar en él. ¿Cuál es la sorpresa?

—No hay ninguna sorpresa, Harry. El problema es que me decepcionaste una vez más, me decepcionaste y no sé qué pensar de tí. ¿Te das cuenta que estás jugando con Louis?

El rostro de Harry estaba rojo y sintió su mandíbula desencajarse al oir a su amigo. 

—Nunca, jamás haría eso con él, Zayn. Nunca lastimaría a Louis.

El moreno pasó una mano por su cara, exasperado. 

—Pero es justamente lo que estás haciendo, ¿por qué eres tan terco para siquiera ver a tu alrededor? Por un momento pensé que había vuelto el verdadero Harry para dejar a ese jodido Styles creyéndose el centro del mundo.

Harry dejó caer todo su peso en la cama, los roles se invirtieron y ahora él estaba sentado, con la cara entre sus manos y Zayn parado, mirándole fijo.

—No quiero ser eso que fui, no quiero ser esa mierda de nuevo. Y, realmente, no entiendo a qué viene todo eso. 

—Tiene mucho que ver, más que nada con Louis.

La expresión confundida y los ojos vidriosos. —¿Y si te explicas?

—Él te quiere demasiado, Harry. Quizá más que sólo querer y, siempre ha sido así. 

—No sabes nada, ¡lo conoces hace días!

Zayn tiró su peinado hacia atrás, signo de molestia.

—Y tu lo conoces hace años, muchísimos años y, sin embargo, nunca te diste cuenta de lo enamorado que estuvo siempre de tí. 

El silencio inundó la habitación, sólo un reloj oyéndose, Harry estático y las lágrimas comenzando a caer lentas por su rostro, haciendo su camino a través de sus mejillas y cayendo por el mentón.