—Ni la fama borra viejas costumbres.— El susurro provocó más de lo que Harry pensaba debería sentir. Un retortijón en su estómago, una presión en el pecho y la sensación de su caja torácica cerrarse entorno a sus órganos vitales.
Las manos del mayor se aventuraron en las caderas del rizado, haciéndolo sentirse extraño y, como si todo esto fuese algo que lo marcaría. Las manos subieron ahora palpando su cintura, ganando el dueño de ellas una verde y clara mirada. La conexión del verde y el azul no se rompió y fue explosiva para Harry. Esos ojos azules fueron fuego en el rizado, quemando y derritiendo cada pequeño pensamiento coherente, dejándolo sólo con ideas de Louis tocando más que sólo su cintura, más abajo...
Había algo, algo magnético en la mirada azul que no le permitía correr sus ojos, salirse del agarre de Louis. Eran como esposas atadas a su mirada, atándolo con la azul, sin permitirle hacer cualquier cosa. Un chaleco de fuerza cerrándose entorno a su mente, a todo su cuerpo, manteniendo al rizado quieto y a merced del ojiazul.
Intentó mirando hacia otro lado, dirigiendo sus ojos a las manos del mayor, pero al ver esas manos introducirse en los bolsillos de su campera, tembló sin previo aviso, ni siquiera a conciencia. Un temblor en todo su cuerpo, un temblor involuntario y repentino.
Con un rayo de conciencia iluminándolo se puso firme y se irguió en toda su altura, quedando varios centímetros por encima del castaño, éste sacó las bolsas de condimentos del escondite y Harry se atrevió a mirarle desafiante haciendo que Louis se aleje.
No podía, no quería sentir todo eso nuevamente.
Había habido algo más que amistoso, más que una simple confusión, fue una atracción, esa que él pensaba sólo sucedía con bellas mujeres y todo estaba muy confuso en él allí mismo.
No había ni un rastro de sonrisas en su rostro, pura seriedad ante el lío que su cabeza era ahora.
Louis comenzó a pegar la lengua al paladar y luego soltarla con intensidad, con los labios curvados hacia afuera. El sonido que el movimiento provocaba podría haber sido muy molesto en otro momento, en otra persona, pero Harry se encontraba como poseído mirando la curva de los labios rosados de Louis, la forma en que la lengua apenas se veía entre los dientes y cómo negaba lentamente con los ojos brillando en picardía.
Sin palabras, tomó fuerza de voluntad y se alejó dos pasos del castaño. Tragó saliva duramente y se obligó a retomar la compostura.
Las pocas personas que quedaban allí pasaron al lado de ellos instantes antes, sólo quedaban las cajeras cambiándose en los baños dispuestas a irse. Se agachó un poco y dejó lentamente la bolsa de compras en el piso, todo para su único objetivo del momento: cruzarse de brazos.
—¿Debería aplicarte los mismos castigos que el viejo Steve o qué, Styles?
El viejo Steve había tomado su primer caso de rebeldía (la primera vez que robó condimentos) como un descuido de parte de Harry, dejándolo ir al rato. Luego los dos segundos casos seguidos (segundo robo y la vez que quemó la ropa que tenía colgada fuera la profesora más odiosa que el rizado tenía) fueron reprendidos de manera distinta; pasó más de cuatro horas detenido. Eran cosas tontas pero el policía había pedido permiso a su padre para "hacerle aprender una lección" y al parecer la manera que Steve había encontrado para aquello era tener encerrado en el calabozo al chico por varias horas seguidas. Sin embargo, Harry siguió con las tonterías.
Tuvo dos encuentros más con Steve que lo llevaron a trabajo comunitario. A él y a Louis, porque había pinchado la rueda del director de la escuela justo cuando pasaba por fuera de la casa de éste junto a Tomlinson.
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El documental de Harry Styles. [Larry Stylinson]
FanficEl famoso Harry Styles estará liado en su propia red de mentiras al firmar el contrato de su propia película. Él deberá reencontrarse con viejas amistades, enemistades y amores. Entre ellos, Louis Tomlinson, su ex-mejor amigo; que esconde y también...