Capítulo 20.

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—Un, dos, tres.

Pero Harry no hizo lo que debía porque estaba tan distraído. Cuando su entrenador vocal le miró luego de chasquear los dedos en frente de su cara, Harry le devolvió la mirada sonriendo y todo perdido. 

—¿Decías?

Absolutamente todos los que estaba allí presentes en la sala, bufaron. 

James, en cuanto Harry volvió a casa el día después de la boda, le exigió buscar un lugar que se asemejara a un estadio para así simular una prueba de sonido. La cuestión fue sólo ambientar el lugar como un escenario real. 

El gimnasio de la escuela con su escenrio amplio había sido el lugar que un asistente de Matt recomendó para ir. Harry podría haberlo pensado, claro, pero todos decidieron que era más que necesario no encargarle nada porque definitivamente estaba en una nube. 

Habían puesto una pantalla detrás, proyectando las habituales imágenes que pasaban en sus conciertos: partes de video clips suyos, algunas fotos íntimas no tan íntimas que él había dado a quien hizo el video para, según Matt, "que lo crean más humano y real" y luego fotografías al azar de conciertos x. 

Luego, un buen rato antes de que la grabación en verdad comience, llegó Bárbara con su pelo ondulado, un vestido cortísimo y el escote más marcado de lo necesario. 

—¿Qué mierda le pasó a tu precioso jopo, Styles?

Él sólo había sonreído como tonto y le había besado la mano a lo que ella actuó exageradamente como si fuese a desmayarse. Él no respondió porque, ni siquiera él sabía qué había pasado con su jopo y ¿qué mierda le importaba su peinado cuando estaba viviendo tantas cosas, digamoslo de una manera, fuera de su normalidad?

Él ni siquiera se dio cuenta que había vuelto al desprolijo peinado de hacía tantos años atrás, cuando no le importaba ni peinarse y sólo se tiraba los rizos para atrás cuando estaban muy largos, o cuando estaban moderadamente cortos, los tiraba hacia delante y luego de una sacudida con sus manos, los corría hacia un costado. 

Bárbara se llevó a Harry del brazo expresándole cuánto lo había extrañado y haciéndole pestañitas mientras caminaban por el pasillo que los llevaría a un salón de clases que usarían de camarín y  Harry no pensó en lo que hacían siempre antes de un concierto en los camarines, ni lo que solían hacer en su departamento luego de uno; Harry sólo siguió sonriendo e ignoró las directas propuestas de Bárbara. 

La cuestión fue otra cuando, una vez sentado en la silla, Bárbara tiró aún más abajo su vestido, soltó su cabello colocándolo hacia un lado y comenzó a maquillarlo. 

Ella no le dejaba nada a la imaginación tapándole la visión con su escote mientras le ponía algo de base. 

—Mmm, amo tu carita de ángel. 

Harry buscó la cara de Bárbara con la mirada y ésta le devolvió una mirada rápida, lamiéndose los labios. 

Y él esta vez no empezó con los coquetos comentarios como solía hacer. Diciéndole piropos demasiado subidos de tono, ni el acercarse más de lo necesario a ella. Él sólo miró a algún punto donde las tetas de Bárbara no se vean y comenzó a pensar, imaginar. 

Bárbara torpemente golpeó su pie contra la pata en la silla donde Harry estaba sentado y había empezado a gemir, pero esos gemidos estaban tan lejanos a ser de dolor y Harry conocía sus intensiones, no obstante, se paró y la ayudó a sentarse en el escritorio.

—Te quedas quieta y me sigues maquillando desde ahí.

Ella se abrazó al rizado y pegó su boca al oído del chico y gimió una vez más. 

El documental de Harry Styles. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora