El documental de Harry Styles. [Larry Stylinson]

Capítulo 16.

—Así que, Louis. ¿Es verdad eso de que te gustan mucho los autos?

Sonrisa felina, colmillos reluciendo y sobresaltando entre su dentadura, escondiéndose en los labios curvados en esa sonrisa que pretendía ser inocente pero luciendo más maligna aún. James posó su mentón sobre un puño y esperó la respuesta observando la expresión confundida de Tomlinson.

—Neh. Es decir, algo sí, pero no es como si fuera fanático, no es algo relevante.— miró a la cámara, luego de vuelta a Turner. —En serio, ¿es necesario todo esto?

Uno del equipo de producción asintió.

—¿Fuiste el mejor amigo de Harry, no? Eres quien más lo conoce.

El castaño hizo una mueca en disconformidad. —Conocía, en realidad.

La cámara seguía grabando y James estaba obteniendo lo que quería. Un poco de sinceridad, nada plástico, nada actuado.

—Él ha cambiado, ¿verdad?

Tomlinson asintió, sus ojos fijos en sus dedos jugando con las llaves de su auto. 

—Solía ser un chico muy dulce, tan bondadoso y siempre pensando por el resto. Yo siempre lo retaba, le pedía por favor que deje de ser tan bueno con todos y se dejara algo de bondad para sí mismo. Ahora... él ahora parece otro. 

La cámara enfocó la expresión triste del chico. Turner adoptó un tono distinto a la siguiente pregunta:

—¿Extrañas a ese chico?

La mirada azul se cruzó con la de James, tantas emociones encerradas en ese océano. 

—Quizá siga allí, escondido dentro suyo y no sea necesario que le extrañe.

Los preparativos para una boda no surgían de un día para otro resueltos. Esto venía siendo planeado desde hacia tiempo y Louis era uno de los principales ayudantes en eso. 

Él se encargaría de la animación por la noche, las bebidas alcohólicas y la seguridad. 

Pero Elie tuvo otros planes dos días antes de la boda, planes malévolos según Louis, que lo involucraban a él, a Harry Styles y decorar y el organizar las mesas en el salón durante todo un día, solos.

Quiso negarse millones de veces, poniendo todas las contras que traería pasar el día completo con Harry y comentándole lo raro y mal que había acabado todo entre ellos.

"Todo", era en realidad, nada. Debía admitirlo, ellos no tenían nada. Solían ser mejores amigos que ahora eran sólo conocidos que habían empezado a sentir una fuerte atracción el uno por el otro y nada más. Y Louis quería en realidad creerse sus palabras. Obviando lo que la simple presencia de Harry le causaba, lo que los ojos verdes le hacían sentir, lo que aquella voz y cada palabra que el chico pronunciara, él amaría.

Conduciendo a la casa de Harry, Louis iba ideando e inventando insultos para largarle a Elie si algo pasaba mal aquella tarde. 

Estacionó en la casa y tocó la bocina dos veces justo a las 4 pm.

Eran ya las 4 y 30 pm y Harry aún no salía de la casa. Colocó la mano en la bocina y la apretó con fuerza, haciendo que el ruido despierte a, posiblemente, todo el pueblo.Cuando escuchó la puerta de la casa cerrarse violentamente, apartó la mano. Harry venía caminando por el sendero de piedras con el ceño fruncido y murmurando cosas, como cuando estaba enojado y Louis hasta quiso llorar de alegría por la vista.