Lovino es quien después de un sueño protagonizado por el español, despierta, nada realmente fuerte, lo típico en un sueño: Lovino avanzaba por las congeladas calles invernales de una ciudad que conocía, pero a la vez no tena idea de dónde estaba.
Un restaurante económico le brinda algo de calor mientas Lovino abraza a un poste de luz esperando que el semáforo indique que es prudente cruzar la calle, mientras espera nota que en aquel puesto de comida está su hermano, con sus dos amigos idiotas, un estadounidense más idiota y otros muchos de sus compañeros que ignora en su totalidad, pues sus ojos oliva están totalmente ocupados resiguiendo la figura de un castaño de piel tostada que posee un brillo sin igual.
El italiano traga saliva. Se pone nervioso, pero le sonríe. Antonio le sonríe también. Su hermano nota todo lo que está pasando, se levanta dejando su plato de carne molida en la mesa.
—¡Lovino! —exclama—. ¿Te quedas con Antonio? Gracias —resuelve sentándose de nuevo comenzando a degustar su platillo: papa molida.
Lovino entra en pánico, se paraliza mientras Antonio camina hacia él con un pronunciado movimiento de cadera y una sonrisa matadora.
No se mueve más que para temblar.
Antonio le deja unos segundos para que la admire, sin decir nada se acerca hasta los labios del menor para posar un beso sobre ellos. Una caricia cariñosa. No es profundo, es lento, medido y absolutamente sublime, Lovino no sabe por qué, pero siente que el beso significa algo, sonríe cuando Antonio le abrazo sin separarse de la unión de labios.
El español es quien se separa lentamente, le mira intensamente con los ojos puros de esmeralda, Lovino aun en su ensoñación entre abre los ojos encantado al instante por la mirada del ibérico.
—Siempre me has gustado con locura —susurra suavemente confirmando todas las sospechas del joven italiano, quien sonríe sinceramente antes de que las calles ya avenidas se convirtieran en polvo de sueños.
Todo despareció en una negra inmensidad, tan suave y abruptamente como un rayo mata.
El italiano abre con pesadez los ojos ahora en la realidad.
Lo primero que alcanza a ver es un español que retoza con una sonrisa. Se sonroja al instante. Tiembla un poco revisando que tenga la ropa puesta, la trae, vuelve a respirar preguntándose qué demonios hace Antonio en su cama ¿Es día de escuela? Lo es, mira el reloj y se da cuenta que es tardísimo, está a punto de levantarse y despertar al español con un golpe en el estómago, pero se detiene al pensar; "Ya es tarde, Antonio ya debería estar levantado, no lo está, está en mi cama, esto es un sueño". Porque solo en un sueño tendía a Antonio para él.
Con esa conclusión vuelve a acostarse.
Piensa que... hace unos instantes en su sueño Antonio se le había confesado, seguro era un sueño erótico de esos que tenía con frecuencia respecto al español.
Así que desinhibido al creerse en un sueño, se quita el pijama, riñéndose sí mismo por soñarse con pijama. Comienza a liberar al español de cualquier prenda inferior, se muerde el labio intentando verle a la cara lo más posible, pero es imposible, se le van los ojos.
Le desabotona la camisa con tranquilidad hasta que nota un pequeño crucifijo que le cuelga del cuello, nunca había sobrado a Antonio con crucifijo, la sangre da vueltas entre sus mejillas y entrepierna tan solo de pensar en el ibérico con nada más que un crucifijo puesto.
Trata de distraerse acariciando su pecho pensando que es sublime, se siente tan real, sus labios comienzan a recorrer el cuello del ibérico haciendo que este suelte un ligero jadeo entre sueños, Lovino piensa que es mejor que esté dormido en su sueño, eso lo hace menos vergonzoso, pero se riñe a sí mismo, de nuevo, por las fantasías somnofílicas.
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Reprobado (SpaMano)
FanfictionLovino está enamorado de su profesor sin embargo su orgullo le impide admitirlo. Descubre como alumno y profesor le dan un nuevo significado a "un amor imposible" Portada realizada por: https://twitter.com/GleysitaNadiez1?t=R0q-qnljGNL2tnDzt_JiBQ&s...