Reprobado (SpaMano)

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El italiano se sobresaltó al oír tal propuesta chocando contra la puerta, obviamente esto generó un sonido que el director no ignoraría.

—¡Demonios!— exclamó Lovino en un tenue susurro al sentir el azote contra la puerta.

El director le indicó a Antonio, con su dedo sobre su boca, que guardase silencio, se levantó de su silla giratoria avanzando tratando de no hacer ruido hacia la puerta de su oficina, abrió la puerta dejando al descubierto un castaño bastante alterado.

—¿Lovi?—

—Ajá...Joven Vargas ¿Qué es lo que está...?—

Grovert no pudo terminar su pregunta porque el italiano a levantó velozmente echando a correr en ese instante sin decir o explicar nada.

Aquel hombre con tanto poder en la institución sintió como su sangre se comenzaba a volver un espeso líquido helado. Sentía miedo por aquello que pudo escuchar el estudiante pero pronto ese miedo de transformó en ira pura. Ya se las arreglaría si el italiano decidía abrir la boca.

Antonio por su parte estaba confuso ¿Qué hacia Lovino escuchando ese tipo de conversación? Pero sobretodo ¿Qué impresión le habría dado? No podía dejar que el menor se fuera con un mal entendido.

—Tendré que hablar con ese alumno después...No importa, ahora, Antonio sobre mi propuesta...—

—Lo siento, tío, responderé luego.—

Dicho esto el moreno salió corriendo tras Lovino.
Era algo un poco tonto ya que el italiano era bastante rápido, por ello comenzó a gritarle para que se detuviera, el estudiante ignoraba esos gritos, estaba en un mar de aflorantes sentimientos.

Algunos alumnos miraban con angustia tal escenario, no era normal que un profesor persiguiera a un estudiante y mucho menos que este ignorara las órdenes del docente.
Llegaron hasta donde el salón de música quedaba paralelo con el de arte. Aulas vacías la mayoría del tiempo por lo que no había alumnos ahí.

Lovino dejó de correr en seco para darse la vuelta y mirar a su profesor. Antonio detuvo su carrera al percatarse del frenon.

—¿Por qué me persigues, bastardo?—

Gritó enojado, apretando los dientes con la respiración agitada.

—Para explicaros, no quiero que os hagáis una idea equivocada, no deseo un malentendido...—

—No pasa nada.— Se cruzó de brazos.— No soy un soplón voy a mantener todo en secreto, puedes ir a besarte con tu novio cuanto quieras. No es que yo tenga que ver es eso.—

El tan sólo pensar en Antonio besando al director le enfadaba, más que eso, lo ponía triste, lleno de impotencia, le molestaba que Antonio hiciera ese tipo de cosas aunque no entendía porque, sólo no deseaba verlo con alguien más.

—Precisamente eso quiero evitar, Grovert no es mi novio ni mucho menos.—

El corazón de Lovino brinco acelerado bombeando sangre de más a sus mejillas. Esa frase lo aliviaba, creía en ella, después de todo escucho la pregunta y no la respuesta. Sin embargo el hecho que Antonio llamará por su nombre al director le sacaba de quicio.

"Maldita sea ¿Acaso los llama por su nombre a todos menos a mí? ¡Joder!" Pensaba mientras acortabala distancia entre sus cejas antes de gritarle al español.

—¡Ahórrate tus palabras, no me interesa con quien estás saliendo, no necesito que me aclares nada! ¡Sólo necesito que desaparezcas!—

En realidad si le importaba, desde el fondo agradecía que le hubiese seguido. Pronto sus ojos comenzaron a cristalizarse, odiaba ser así de cruel, la expresión de Antonio lo decía todo, le había dolido.
Deseaba pedir perdón más eso jamás salió de su boca.
Aquellas aulas desiertas daban un ambiente sombrío que comenzó de a poco a ahogar al italiano, sin decir nada sólo con su mala cara de explicación dejó aquel pasillo para por fin ir a su clase.