El desayuno se ha terminado, Lovino bosteza con algo de fatiga, puesto que ha estado haciendo mucho y está acostumbrado a ser un holgazán, lo sorprendente es que está de buen humor a pesar de no haber tomado la siesta ayer.
Para Antonio no es un misterio de dónde surge si buen humor.
—¿Listo, Lovi? —cuestiona el español.
—¿Listo para qué? —con una ceja levantada, sentándose de nuevo en la cama, quizá con la intención de dormir de nuevo.
—Caminaremos —explica echando al hombro su mochila—. Iremos al río.
Lovino expresa asco, pero termina por levantarse después de peticiones insistentes del Español
El día era maravilloso, aquellos que van a pasear por Italia sabrán del calor agradable, que hace que valores esas brisas de aire fresco.
—¿Sabes llegar? —pregunta Lovino luego de seis minutos de caminata.
—Sí, estudié como llegar por Google maps —muy confiado.
Lovino frunce el ceño, suspira, trata de aprender su entorno para regresar por si algo pasa.
Los pájaros del lugar cantan con dulzura, el italiano se ríe de las payasadas que va cantando el español. Pisando con cuidado para no dañar su calzado, ni amedrentar contra ningún animal del bosque.
El sonido del agua se hace más claro a cada paso que dan, hasta que un cuerpo de agua aparece en su camino.
—¡Te dije que sabía llegar! —recalca un muy emocionado Antonio quien casi de inmediato se quita la playera y baja al suelo su mochila.
El italiano se acerca con timidez a la corriente, la tienta con la mano la temperatura del agua.
—Está fría —susurra, sentándose en la orilla.
Antonio se quita el pantalón, dejando a la vista su traje de baño, nada ostentoso, unas bermudas de tonos rojizos.
Sin ningún reparo se arroja al agua provocando que un chorrito de lo que salpica caiga en Lovino.
—¡Hijo de puta! —grita al sentirse húmedo.
—Ups —hace por no reírse al ver el cabello del italiano mojado—. No te enfades, Lovi, ven para acá, el agua está maravillosa —exclama sumergiéndose en el agua.
—¡No! —se rehúsa—. Está helada y tú estás demente.
El ibérico nada hasta la orilla donde se encuentra su pareja, sentándose muy pegado a él. Lovino le mira con desprecio.
—Me tocas y te arranco las bolas —amenaza señalándole con un dedo.
—Mmm, ayer rogabas por un "abrazo" —se burla, peinándose para atrás gracias al agua.
Lovino se levanta para darle una buena patada.
Como un masoquista, Antonio se ríe ante el dolor, alejándose a medida que se adentra en las aguas.
—¿No sabes nadar? —inquiere nadando de espaldas.
—Claro que sé y mejor que tú —reta.
—No se ve —exclama desde la seguridad que le brindan unos metros de agua entre él y el italiano.
Mismo que le mira con expresión retadora, retirando sus pantalones, exponiendo la ropa interior que le ha prestado Antonio. No pasa mucho para que su camisa termine sobre la mochila.
Antonio le recorre con la mirada.
Lovino está más concentrado en calcular la trayectoria de su clavado.

ESTÁS LEYENDO
Reprobado (SpaMano)
Fiksi PenggemarLovino está enamorado de su profesor sin embargo su orgullo le impide admitirlo. Descubre como alumno y profesor le dan un nuevo significado a "un amor imposible" Portada realizada por: https://twitter.com/GleysitaNadiez1?t=R0q-qnljGNL2tnDzt_JiBQ&s...