Woah!

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-Vamos Derek, todos estaremos este fin de semana, Cora quiere presentarnos a su novio y a los amigos del chico, según lo que sé es bastante bueno- Laura trataba de convencer a su hermano menor para que volviera a su hogar durante el fin de semana.

-Está bien, de todas formas, los exámenes ya terminaron y me darán las notas la semana que viene, pero aviso que volveré el domingo por la tarde, no volverás a convencerme para perderme dos días de clases como la última vez- advirtió el moreno a su hermana quien reía divertida y feliz por haber logrado convencer a su hermano.

-No te preocupes, me portaré bien, lo prometo- Derek solo tarareo, para nada convencido- oh, casi lo olvido, Isaac todavía no sabe nada de nosotros, Cora le dijo a mamá que se lo confesaría en cuatro meses, al parecer ella quiere esperar a que cumplan un año.

-Bueno, no diré nada que no deba decir y me controlaré- su voz sonaba tensa, él sabía que le costaría mucho controlarse, Cora era la menor de los hermanos Hale y desde siempre él había sido quien la había cuidado.

- ¡Perfecto! Ahora te dejo para que hagas lo que tengas que hacer, yo debo irme con el tío Peter a comprar las cosas que necesitaremos para el almuerzo y la cena del viernes- se despidieron y cortaron la llamada.

Derek se tiró al sofá en la sala del departamento que compartía con su mejor amigo, Boyd, aunque también podría decirse que Erika también era su compañera de piso, desde que la rubia había comenzado a salir con su mejor amigo que había comenzado a pasar todo el día en el lugar.

***

El lobo se encontraba camino hacia Beacon Hills. Su Camaro negro resaltaba en la ruta semi vacía. La gente, los fines de semana, aprovechaba para irse de vacaciones lejos, solo él podía ir a un pueblo que no tenía nada de divertido.

Boyd y Erika iban hablando sobre los exámenes que habían tenido el día anterior, ellos compartían algunas materias a pesar de no estudiar la misma carrera. Él se mantenía callado, desde la noche anterior que su lobo se sentía raro, quería transformarse y salir a correr hasta que sus piernas ya no dieran más.

Para las diez de la mañana ya estaban llegando a la mansión Hale. Allí su madre y alfa, Talia Hale, salió a recibirlos. Como todo alfa, la mujer, sentía la necesidad de acercarse a sus tres betas y marcarlos con su olor, aún le costaba aceptar que los tres chicos habían decidido ir a una universidad que estaba a cuatro horas de Beacon Hills.

- ¡Ya llegaron! - gritó una emocionada Cora desde la puerta de la mansión. La chica corrió hasta su hermano y saltó a los brazos del moreno quien la recibió con una sonrisa.

Todos habían comenzado a hablar y contar las cosas que habían pasado desde la ultima vez que se habían visto, tres semanas antes, cuando escucharon que dos autos se acercaban.

-Isaac y los chicos llegaron- exclamó Cora emocionada- vas a ver DerDer que te va a caer bien, es muy bueno y algo tímido- Derek deseó que su hermana tuviera razón, los ojos marrones de ella brillaban y sabía que sería capaz de arrancarle la garganta a ese tal Isaac si lastimaba a su hermanita.

La pequeña loba abrió la puerta ni bien el chico tocó el timbre.

Isaac abrazó a su novia al verla. Tenía una hermosa y sincera sonrisa dibujada en su rostro. El moreno se relajó un poco al ver que el rubio miraba a su hermanita con adoración y sonrío internamente al ver que los ojos azules de Isaac brillaban tanto como los de su hermana. Cuando la pareja se separó dos chicos más ingresaron a la mansión. Uno de ellos era bastante moreno, de ojos marrones oscuros y con una mirada de cachorrito, miraba a sus amigos con simpatía y ternura. El otro era un chico de piel blanca y con varios lunares repartidos por su cara y cuello, sus ojos eran de un color miel que le parecieron perfectos y su mirada era bastante picara, astuta e inteligente.

STEREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora