Hey babe

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Derek llegó a la estación de policía puntual como cada día desde que había decidido no confirmarse con estar todo el día sin hacer nada. Ya no era alfa, sus responsabilidades habían menguado y con eso le quedó demasiado tiempo libre. Volver de México fue una de las mejores decisiones que pudo haber tomado, aunque seguía sintiéndose culpable por no haber vuelto antes, la manada había estado enfrentándose a verdaderas bestias mientras él estaba manejando de una punta del país buscando a una mujer que ya había sido asesinada por su hija.

Llevaba viviendo en Beacon Hills cinco años. Se había tomado el primer año para entrar a la academia de policías, todo gracias a una gran charla que había tenido con el Sheriff Stilinski.

Scott también había vuelto al terminar su carrera junto a Malia. Lydia iba a venía, su carrera le permitía cierta libertad. Jackson y su marido se habían instalado por completo en Beacon Hills desde el primer momento. Liam estaba estudiando para ser profesor de educación física, había rumores de que empezaría a ocupar el lugar del entrenador pronto. Las cosas no habían cambiado mucho. Jordan estaba siendo preparado por el Sheriff para ocupar su puesto ya que Noah aseguraba necesitar un descanso y al tener a su hijo trabajando en el FBI ya no necesitaba estar todo el día en la estación, haciendo extras para pagar las cuentas.

Stiles. Derek trató de no pensar en el chico. El castaño estaba en San Diego por un caso pero volvería pronto, lo sabía, aunque no estaba seguro de cuando sería eso.

Ya llevaban juntos cuatro años de forma oficial. Cuatro años y dos meses según sus cuentas. Las cosas habían estado bien entre los dos. El humano conocía muy bien al lobo y los viajes que debía hacer por su trabajo era un plus para su relación, cada vez que se veían pasaban al menos toda una noche en la cama entregándose uno al otro, recuperando el tiempo perdido. Compartían departamento. El loft había sido completamente renovado y ahora parecía más un hogar. Stiles se encargaba de la comida cuando estaba en casa y de la limpieza. Seguían combatiendo lo sobrenatural todos juntos, como manada. El castaño era un experto en armas, más por Argent que por el FBI, también sabía pelear y su cuerpo tenía mucho más resistencia que cuando era un adolescente. Ya no era débil y podía protegerse y proteger al resto mucho mejor que años anteriores. 

¿Lo malo? Bueno, que Derek seguía siendo el mismo hombre asocial de siempre. "El mismo sourwolf de siempre" era lo que repetía Stiles cada día, sin embargo había una sonrisa en su rostro, haciendo que toda queja perdiera credibilidad. El carácter de Derek hacía que odiara las muestras de cariño publicas por las que Stiles vivía. Todo Beacon Hills sabía que Stiles y Derek eran pareja, aunque ninguno entendía como esa relación podía funcionar.

-Apareció otro cadáver- fue lo primero que escuchó el moreno cuando ingresó a la estación.

- ¿Dónde? - preguntó. Sabía que no se trataba de algo sobrenatural, era algo netamente humano, pero no iba a permitir que un inocente muriera por culpa de un enfermo psicópata.

-En el parque, lo encontró una mujer embarazada que había salido a hacer su caminata diaria. Cada vez los deja en lugares más públicos- Derek asintió. Sabía que Jordan tenía razón. Cada víctima aparecía en un lugar más concurrido, a la vista de más y más gente.

- ¿Qué va a hacer Noah? - era la quinta víctima, no dejaba rastros y no había una conexión entre las víctimas, no una que ellos hayan visto al menos y eso lo complicaba más.

-Llamó al FBI- respondió el chico mientras tomaba su café- estarán por llegar.

Y como si estuviese ensayado, las puertas se abrieron para dejar entrar a cuatro hombres. Uno de ellos era Stiles.

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