Quítate la camisa 😏

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Derek salió de la mansión con las manos llenas de todo lo que necesitaría para poder limpiar su Camaro. Su pobre auto había pasado por tantas cosas desde el primer momento en que habían llegado a Beacon Hills, merecía que se lo tratara como la reliquia que era.
Mojó la esponja en la cubeta y comenzó a pasarlo por encima del capó cuando escuchó voces acercándose. Suspiró pesadamente al reconocer las voces de sus betas, la de Scott y la risa de Stiles. Supo de inmediato que sería un día largo. Podía contra el humor crudo de Erika pero sabía que no podría contra la rubia y el humano.
-Hola jefe- saludó con diversión la chica al ver a su alfa.
-Derek- al alfa le caía bien Boyd, el chico era como él, tranquilo, callado, sabía cuándo debía hablar y cuando simplemente hacer silencio.
-Hola Derek- Isaac era como una extraña mezcla de Erika y Boyd. A veces era un chico callado y otras veces hablaba tanto como Erika.
-Buen día Derek- Scott caminó hasta él con lentitud, como si temiera acercarse a él.
-Scott- lo saludo con un asentimiento de cabeza mientras seguía limpiando su auto.
-Lobo amargado- puso los ojos en blanco al escuchar la burla del humor.
-Stiles, dijiste que te ibas a portar bien- Derek quiso reír al escuchar como el nuevo alfa regañaba a su único beta.
-Pero si yo solo saludé, además él sabe que es mi forma de decir que somos amigos- respondió con una sonrisa sin hacer caso a su mejor amigo.
El moreno decidió ignorar a sus no invitados y concentrarse en su Camaro.
-Vamos adentro, hay unas sillas allí que podemos traer aquí afuera para sentarnos- dijo Isaac mientras que Erika y Boyd se sentaban en el piso.
A los pocos minutos Derek pudo escucharlos poner las sillas en el lugar que querían y sentarse a charlar. Comenzaron con cosas banales, como si les resultara incomodo hablar o no estuvieran muy acostumbrados, cosa que no sorprendió mucho a Derek, después de todo lo que había pasado en tan solo dos meses era raro que los cinco adolescentes estuvieran en el porche de la antigua mansión Hale hablando, mientras veían al alfa Hale limpiar un auto.
Secretamente Derek estaba satisfecho al escuchar la voz de Stiles, después de todo lo que había sucedido con Jennifer secuestrando al Sherif, el chico había comenzado a estar un poco ausente según lo que había dicho Erika una semana después de que todo terminara. Al parecer lo único que hacía el adolescente desde el momento en que recuperaron a Melissa, Noah y Chris fue cuidar de su padre, llevarle la comida a la estación de policía y pasar horas hablando con él, explicándole todo sobre el mundo sobrenatural o al menos todo lo que él conocía hasta el momento. Él podía entender porqué lo hacía. Tenía miedo. Lo pudo ver en su mirada cuando llegó junto a Scott al loft para contarle quien era el Darach y que los padres de la manada habían sido secuestrados por ella. Había visto el dolor en su mirada, las lágrimas cayendo por su rostro casi lograron hacer que perdiera el control, estuvo muy tentado a matar él mismo a Jennifer por hacer sufrir al chico de ojos miel, pero se controló y como un buen alfa hizo todo lo necesario para ayudar a su manada, aunque Scott asegurara que no era parte de ella. Sintió mucha ira cuando apareció Jennifer frente a él diciendo que Stiles mentiría al acusarla de ser el Darach, quería matarla por insinuar que el mismo humano que había salvado a Erika de Gerard a pesar de terminar con todo el cuerpo magullado por los golpes que esos cazadores se atrevieron a darle, el mismo adolescente que había logrado inmovilizar a Kali cuando planeaba hacer que Derek mate a Boyd con sus garras, ese mismo que había hecho un peligrosos ritual sin ayuda de nadie para salvar a Cora de la muerte. Stiles podía ser un simple humano sin fuerza sobrenatural, podía hablar por horas y poner a prueba la paciencia de cualquiera y podía tener ese humor sarcástico tan único pero para él, Stiles, era el miembro más importante de la manada y nunca dudaría de él, bajo ninguna circunstancia.
  -Entonces, escuché por ahí que cierto capitán del grupo de natación te pidió una cita Stiles- Erika no apartó la vista de su alfa mientras pronunciaba cada palabra y sonrió al ver la espalda del moreno tensarse por completo.
- ¿Luke? Si, lo hizo- respondió el chico sin darle importancia a la situación.
- ¿Y? ¿Qué dijiste? No sabía que te gustaban los chicos- dijo Isaac un poco sorprendido y con curiosidad.
-Nada, es decir, es atractivo, si, tiene un cuerpo de infarto, pero es como un Jackson del agua, no quiero tener nada con nadie que prefiere mirarse al espejo por horas que pasar un buen rato leyendo algún comic o que preferiría morir antes de salir de su casa sin su ropa de marca, no lo sé, prefiero a alguien que tenga otras prioridades- respondió el chico con tranquilidad y mucha seguridad, cosa extraña en él- además, bueno, si, es decir, nunca me plantee el tema de los gustos, pero no me cierro a tener algo con un chico, podría decirse que soy Bi, pero las etiquetas no es algo que me gusten mucho, solo sé que si la persona en cuestión es agradable, inteligente y puede ser capaz de reconocer que no es el ombligo del mundo y que hay mucho más allá afuera que lo que sucede en su mente, bueno, puede tener una oportunidad, además de que también tendría que comprender que mis amigos y mi padre siempre serán mi prioridad, sin importar qué, es por eso que lo rechacé, Luke jamás podría comprender eso y yo no soy como Lydia, no puedo fingir ser algo o alguien que no soy, es decir, soy un adolescente con TDAH, eso no se puede ocultar sin importar cuantos Adderall pueda tomar, si no le caigo bien no es cosa mía, hay millones de personas en el mundo y nunca obligaría a nadie a permanecer a mi lado, simple, si no te gusto puedes marcharte- explicó dejando a todos con la boca abierta y haciendo sentir orgulloso a Derek.- además sé que no le gusto, no soy su tipo- dijo después de unos segundos en los que nadie dijo nada.
- ¿No? ¿Por qué crees eso? - preguntó Scott confundido, él no invitaría  a nadie en una cita si no le gustara la otra persona.
-Antes de que él me hablara en el almuerzo fui al baño para hablar con mi papá y cuando corté me puse a responder unos mensajes de Lydia sobre uno de los libros de Deaton que está leyendo, mientras tanto él y su grupo de nadadores idiota entraron y se pusieron a hablar, allí escuché que era hora de demostrar que el club de natación era mejor que el Lacrosse y que la mejor forma de demostrarlo era que el mejor amigo del capitán fuera a apoyarlo, después de eso él me dejaría porque, bueno, demasiado flaco y feo para ser su tipo- contó lo que había el viernes a la mañana como si no importara, concentrado en la forma en que Derek se movía al limpiar el Camaro, ni siquiera registró la forma en que los dos alfas y los betas de Derek mostraban sus ojos sobrenaturales, deseando ir en busca del tal Luke y golpearlo hasta que sus neuronas hicieran acto de presencia por primera vez en su vida y comenzaran a trabajar, haciéndole entender que si se acercaba a Stiles de cualquier forma y con cualquier intención tendría que recoger sus dientes del suelo y con la boca porque sus brazos ya no estarían en su cuerpo.
-Voy a matarlo – al final fue Scott quien dijo en voz alta lo que todos los lobos estaban deseando hacer.
-Oh vamos Scotty, no seas idiota, no pasó nada y además nunca hubiese caído en su juego, no es mi tipo, aunque él tampoco será el tipo de nadie a partir del lunes luego de la ducha que toma después de terminar su entramiento -  respondió Stiles divertido.
- ¿Qué hiciste Batman? - Erika aún quería golpear la cara de Luke pero al ver la traviesa sonrisa en el humano hizo que sintiera curiosidad y un poco de lastima por lo que iba a pasarle al tipo.
-Yo solo voy a decir que ayer en el supermercado descubrí que existe una crema que usan algunas mujeres para depilarse que huele a menta, casualmente descubrí que Luke usa un shampoo con olor  a menta también, lo curioso e increíble de la crema de las chicas es que en dos minutos ya está, es bastante genial a decir verdad, incluso es más rápido que Luke al lavar su cabello, sé por las burlas de sus amigos que el tarda al menos cinco minutos, ya saben, es importante tener el pelo perfecto- dijo con diversión mientras seguía mirando al alfa quien parecía no estar al tanto de su conversación.
Mientras tanto Derek revisaba el motor del Camaro, le gustaba todo lo que tenía todo ver con la mecánica y cada vez que podía revisaba que todo anduviera bien con el auto, ese mismo que había comprado Laura al mudarse a New York. Había sido la primera vez que su hermana había sonreído de verdad por algo luego del incendio, ella había soñado por años con comprarse un auto y cuando vio el Camaro en color negro no pudo evitar amarlo, fue amor a primera vista, él había sido testigo de eso y había sido como un soplo de aire para él, para la culpa que lo mataba día a día y que se incrementaba al ver el dolor en la mirada de su hermana, de su alfa.
Dejó por el momento el motor, sabía que de todas formas no había nada que arreglar y que lo hacía para distraerse, pero más que nada lo dejó porque iba a terminar por romper todo allí dentro. No sabía quién era ese tal Luke pero definitivamente iba a averiguarlo y hacerle una visita. Pudo escuchar lo que Stiles dijo, quiso reír al escuchar lo que había planeado para el chico pero también sabía que ese tipo de cosas lastimaban al castaño. Tal vez Scott y el resto de los betas creyeran en esa actitud de superado pero a él no podía engañarle, sabía que ese tipo de cosas atentaban directamente a la poca autoestima que el chico tenía, porque, a pesar de ser increíblemente inteligente el noventa y nueve por ciento de las veces, Stiles, podía ser bastante idiota a veces al no ver las cosas increíbles en él y seguir diciendo que era débil e inútil.
Cuando por fin pudo terminar con el carro comenzó a pasarle un trapo para que secara bien y parejo y no terminara con marcas, mientras tanto los adolescentes hablaban sobre algunas series de Netflix y comenzaban a hacer planes para tener una noche de película los viernes por la noche, aunque aún debían buscar un lugar donde reunirse.
-Debo comprar un nuevo pijama si vamos a hacer eso a menos que todos ustedes quieran que duerma solo en bóxer- dijo Stiles en broma mientras Derek tomaba la manguera para limpiar las ruedas del Camaro y dar por terminada la limpieza, sin embargo eso quedó en el olvido al imaginarse aquello que el castaño había dicho, causando que Derek presionara un poco fuerte la boquilla de la manguera y que el agua saliera con más fuerza, impactando contra el capó del auto en lugar de las ruedas y terminara por salpicarse toda la ropa.
- ¿Todo bien jefe? - preguntó Erika divertida, ella no era idiota.
Derek no le dio importancia y volvió a tomar el trapo para volver a secar la parte que había mojado mientras sentía lo incomodo que era llevar puesta una remera mojada.
-Quitate la remera- gritó Stiles causando que todos lo miraran como si estuviera loco- ¿Qué? - preguntó con fingida inocencia- se ha mojado por completo, eso es incómodo, si se la quita estará más relajado- dijo como si fuera obvio.
-Claro, y de paso que se baje los pantalones ¿No? Si miras bien también se los ha mojado- respondió Erika para avergonzar a su alfa y al tierno humano.
-Bueno, sí, digo no, es decir, si él quiere, pero no es lo mismo, bueno, si, es ropa pero no, él siempre anda sin remera, está acostumbrado, pero el pantalón lo lleva siempre, bueno, al menos cuando estamos nosotros, tal vez en el loft no lo haga y para él sea más cómodo no llevarlo, la verdad es que nunca lo pensé, digo, no es que piense mucho en Derek ¡Dios! Yo no pienso en Derek en absoluto y menos en Derek sin ropa, lo prometo, Scott por favor ayudame- suplicó el chico al ver la mirada divertida de todos.
- ¡Stiles! - el castaño dejó de mirar a su mejor amigo para mirar al alfa.
- ¿Qué? – preguntó con algo de temor.
- ¡Callate! – respondió el moreno como si nada.
-Si, eso haré, me callaré y me quedaré aquí sentado, tranquilo, mirándote sin decir nada- Stiles jadeó horrorizado al notar lo mal que sonaba aquello mientras que los demás se reían sin parar- juro por Dios Derek que no lo dije de esa forma, lo sabes, sé que lo hacer, por favor no me mates- rogó al ver la cara seria del alfa.
-Vamos Batman, será mejor que me acompañes por algo de comer- dijo Erika mientras se levantaba y tomaba del brazo a Stiles quien tenía el rostro tan rojo como el color del labial que ella estaba usando.
Los betas de Derek y Scott aún reían mientras Stiles y Erika subieron al jeep para ir por las pizzas que almorzarían.
-Oye Derek, me gustaría hablar contigo- dijo Scott al ver que Derek había terminado con su auto.
-Claro ¿Qué sucede? - preguntó algo preocupado, era extraño que Scott quisiera hablar con él a solas y además quisiera hacerlo cuando Stiles no estaba cerca.
-Bueno, es sobre este tema de ser un alfa- dijo entre balbuceos el adolescente- lo estuve pensando y hablando con Deaton, yo no quería esto y lo sabes, pero he aprendido a amar al lobo dentro de mí, pero lo que no puedo aceptar es vivir con una responsabilidad tan grande como la de ser un alfa y menos uno verdadero, por eso es que llegué a la conclusión de que lo mejor sería hacer algo así como un traspaso de poder, me gustaría que tuvieras mi poder alfa y que nos permitieras a Stiles y a mi ser parte de tu manada- explicó el alfa verdadero con seguridad y sin dejar de mirar al moreno.
- ¿Estás seguro de lo que estás diciendo Scott? ¿Realmente quieres dejar de ser un alfa y ser uno mis betas? - preguntó Derek un poco sorprendido, no esperaba que ese fuera el motivo por el cual estaba allí Scott.
-Lo estoy, solo tengo dieciséis años ¿sabes? No estoy preparado para algo tan grande como eso, es decir, ni siquiera debería ser un lobo, Stiles tuvo que haber sido el mordido aquella noche, él es inteligente y fuerte, he sobrevivido gracias a él, lo sé, él podría ser un alfa increíble pero no está interesado en la mordida, desde que descubrió que como humano puede salvarnos cuando hay acónito de por medio ha dicho que él será humano para siempre- explicó con resignación el chico- yo no tengo idea sobre tradiciones, las normas o lo que sea que tengamos los hombres lobos como leyes, no sé nada de nada y me parece que no es justo que alguien como yo tenga algo tan increíble en sus manos y no sepa valorarlo como se merece, solo te pido a cambio que no nos des la espalda y nos aceptes en tu manada, por favor- pidió Scott con su tan conocida cara de cachorrito.
-Claro, es decir, si lo que quieres es ser parte de la manada estaré feliz de que sean parte de ella, solo quiero que te tomes al menos un tiempo más para pensar sobre lo del traspaso, no lo sé Scott, si eres un alfa verdadero creo que es por algo, es algo que nunca se ve, eres especial y deberías intentar ver tal te va- Derek conocía muy bien eso que el chico frente a él estaba sintiendo, saber que era un alfa lo había aterrado en su momento, un segundo después de desgarrar la garganta de su tío, aunque al menos él tenía en su memoria el entrenamiento que había recibido desde niño por parte de su madre, él sería el segundo al mando de su hermana Laura así que su deber era conocer cada una de las reglas, el código de los hombres lobos y el de los cazadores, debía saber y respetar sus tradiciones y poder apoyar a su alfa en todo lo que ella necesitara.
-Gracias Derek, de verdad, he hablado con mi mamá y le he explicado todo lo que Stiles me explicó a mi en su momento y ambos llegamos a la conclusión de que no puedo ser un omega, no cuando hay cazadores en Beacon Hills, no puedo permitir que mi madre viva con miedo por el resto de su vida- el chico tenía una sonrisa en el rostro, una sincera- y sobre lo otro, prometo que lo pensare, aunque sé que no cambiaré de idea, pero lo haré si eso es lo que quieres – acepto el chico.
- ¿Stiles lo sabe? - preguntó Derek luego de asentir, conforme con la promesa del nuevo alfa.
-Bueno, aún no se lo he contado, pensaba hacerlo esta noche, dormiré en su casa y hablaré con él, sé que al principio no le gustará mucho, él confía en mí, pero sé que al final me entenderá y apoyará cualquier decisión que tome- el moreno asintió una vez más, confiando en que hablaría con Stiles.
-Bien, creo que sería bueno que vayas a mi loft dentro de dos días, cuando salgas de clases, si estás seguro de querer ser un beta podemos aprovechar que el viernes hay luna llena, si al final decides que no quieres dejar de ser un alfa podemos llegar a un acuerdo por el territorio, trae a Stiles, sé que él podrá entender todo lo que diga, hay que hacerlo de forma formal por que el lobo podría no aceptar compartir el territorio y no queremos ningún alfa descontrolado y con ganas de matar, ya hemos tenido más que suficiente con la manada alfa- explicó Derek rápidamente al escuchar el jeep de Stiles acercándose.
-Gracias Derek, sé que no me he portado bien contigo y lo lamento, de verdad- se disculpó Scott con sinceridad antes de marcharse para poder encontrarse con el resto de la manada.
-Hey Derek, ven, traje tu pizza favorita- dijo Stiles llegando hasta donde estaba el alfa parado.
- ¿Mi pizza favorita? - preguntó sorprendido.
-Pepperoni, las pocas veces que comimos todos juntos y pedían de pepperoni, bueno, eran las únicas rebanadas que tomabas para ti- explicó el humano con algo de vergüenza por admitir que había prestado más atención a lo que hacía el alfa de lo sanamente recomendado.
-Gracias Stiles, si es mi favorita, gracias por notarlo- Stiles lo miró sorprendido a más no poder y Derek no pudo evitar compararlo con un pequeño cervatillo, parado allí con sus enormes ojos miel abiertos por la sorpresa, su boca un poco abierta, haciendo que Derek posara su mirada en esos pequeños labios rosas que lo habían distraído más de una vez.
-No es nada- respondió Stiles un poco sonrojado unos segundos después.
Los dos caminaron hasta donde estaban los demás esperándolos para comenzar a comer. Había una pila de más de diez cajas allí, cosa que hizo reír a Derek, Stiles siempre traía comida como para alimentar a un pequeño ejército.

~ ~ ~
Derek estaba terminando de tirar abajo una de las paredes del loft, esa que tenía un enorme hueco en el medio y que casualmente pertenecía a la cocina. No estaba seguro de porqué, pero el lunes a la mañana se había levantado con una sola idea en la mente: remodelar el loft.
Había pasado el primer día de la semana limpiando los enormes ventanales que tenía en todo el lugar, logrando que la luz natural fuera una de las cosas más increíbles de ver, el atardecer fue como un nuevo despertar para él, ver el sol escondiéndose, dejando detrás de él colores maravillosos, colores que daban la bienvenida a su Diosa Luna. También había limpiado cada una de las paredes, no sabía aún si las pintaría o las dejaría con su color original y le pasaría una capa de protector para mantenerlas brillantes, pero por las dudas ya estaban limpias. La cama había desaparecido una hora después de despertar ese mismo día. Era martes y sabía que Scott iría a verlo pero mientras esperaba podía ir avanzando con la demolición de esa pared rota.
Estaba mirando los planos que había hecho para el loft cuando la enorme puerta corrediza fue abierta por Scott quien venía acompañado de Stiles.
-Hola Derek- saludaron ambos adolescentes.
-Hola- sabía que no debía ser tan serio con ellos pero estaba demasiado concentrado en sus planos y además no era un hombre con mucha paciencia.
-Wooow Der, esto se ve genial- dijo Stiles al ver el increíble cambio que había sufrido el loft.
Mientras ambos adolescentes recorrían el loft viendo los cambios hechos por el lobo, Derek se quedó parado junto a la mesa, el mismo lugar donde había estado cuando llegaron ellos.
“Der” – Esa era la palabra que había usado Stiles, un pequeño diminutivo que nadie había usado con él en años. No pudo evitar mirar al humano, aprenderse cada pequeño detalle mientras el adolescente hablaba con su mejor amigo. El moreno no pudo evitar recorrer con la mirada el rostro del chico, memorizar sus gestos y adorar la risa del chico. No era idiota, sabía que Stiles era especial para él, su lobo se lo había dicho desde el primer momento en que se encontraron el bosque luego de que Peter mordiera a Scott y ellos dos fueran al bosque en busca del inhalador del nuevo alfa. También sabía que, aunque Stiles era su compañero, él no podía hacer nada, el chico no solo era humano, es decir, no era capaz de sentir la unión, sino que además era el hijo menor de edad del Sheriff de la ciudad.
Lo mejor sería olvidarse de él, no solo era menor, sino que también era heterosexual, Derek era muy consciente de que el chico llevaba años enamorado de Lydia, definitivamente no tenía oportunidad y lo mejor era ir olvidándolo antes de que fuera tarde.

~ ~ ~
El loft estaba lleno de adolescentes ebrios, bailando sin control y cantando a los gritos canciones que él jamás había escuchado y que podía jurar que jamás volvería a hacerlo.
La fiesta la había organizado Lydia, Scott había invitado a prácticamente todo el instituto y su excusa había sido que debía ser la mejor fiesta del año.
“Stiles se lo merece” – había dicho su beta y tenía razón. El humano de la manada cumplía la mayoría de edad y merecía festejarlo de la mejor forma.
Derek no estaba arrepentido de haber aceptado que la fiesta se hiciera en su loft, claro que no, solo se arrepentía de prometerle al Sheriff que él cuidaría de los humanos de la manada. Llevaba más de una hora sin ver a Mason, aunque podía apostar que estaba escondido por allí con su novio, no le preocupaba tanto, lo que si lo estaba matando era no saber dónde podía estar Stiles.
Intentó buscarlo siguiendo su olor pero se perdía fácilmente al mezclarse con el olor a sudor del resto de los invitados. Comenzó a desesperarse cuando se puso de pie frente al mueble de madera oscura que tenía al lado de uno de sus ventanales, ese que daba a la calle, y no lo encontró. Stiles no estaba en el loft. Cuando el alfa iba a sacar a todos de su loft un destello lo hizo mirar hacia la calle, más específicamente hacia el otro lado de la vereda donde todos los que tenían auto habían estacionado esa noche.
Camisa roja. Derek supo al instante de quien se trataba al ver el atuendo del chico. Su corazón volvió a latir de forma tranquila en su pecho al notar que su castaño no estaba en peligro, su lobo ya no gruñía en su interior aunque si exigía que fuera por su compañero y cuidara de él.
Hace mucho tiempo había aprendido a seguir sus instintos, se había amigado con su lobo e incluso todo se había vuelto mejor desde el día en que logró la transformación completa como su madre y su hermana mayor. Sus instintos en ese momento le gritaban que siguiera al chico y lo hizo.
Cuando salió del edificio y se acercó hasta donde estaba el jeep azul de Stiles estacionado notó que su chico estaba acostado sobre el capó, que miraba las estrellas mientras tarareaba una canción que él no podía reconocer.
-La fiesta es arriba- dijo unos minutos después de ponerse junto al chico.
-Lo sé- respondió el humano sin darle importancia a nada, con la mirada fija en el cielo.
- ¿Por qué no estás allí arriba? - volvió a intentarlo, Derek solo quería saber por qué Stiles estaba allí abajo, con lo fresco que estaba el clima, recostado sobre su coche cuando podía estar divirtiéndose con sus amigos.
-Mucha gente, no tomo porque las cosas no fueron muy bien la última vez que lo hice y todos mis amigos están bailando con sus novios, así que decidí venir aquí a disfrutar un poco de esta hermosa noche tranquila, solo es eso, puedes volver dentro Derek, si necesito algo solo gritaré- el alfa miró al humano, había algo pasando allí y sentía que era importante, solo debía adivinar de qué se trataba.
-Tampoco quiero estar allí, solo lo he soportado hasta ahora por ti- admitió mientras imitaba al menor y se recostaba sobre el capó del Jeep.
Stiles, por primera vez desde que llegó hasta él, despegó la vista del cielo para mirarlo directamente a los ojos. Derek pudo escuchar como los latidos del chico aceleraban, su aroma a felicidad y anhelo lo hipnotizaron hasta que pasó a convertirse en un olor agrio, espeso. Tristeza. Desilusión. El moreno no entendía porqué había cambiado tan repentinamente hasta que una conversación que tuvo con Erika días atrás lo hizo reaccionar.
“- ¿Cuándo lo harás jefe? - la pregunta de la rubia hizo que dejara de prestar atención al libro que tenía en sus manos.
- ¿Hacer qué? - Derek sabía que sus betas eran especiales, después de todo aún seguían siendo adolescentes, solían hacer preguntas raras y como buen alfa tenía que responderlas. A veces.
-Hablar con Stiles y declararte de una vez por todas, el pobre chico está cada vez más triste, es peor cuando está rodeado de todos nosotros, a veces hace broma sobre nuestras relaciones y esas cosas pero mi Batman no puede engañarme y sé que le lastima saber que está enamorado de un imposible, bueno, no tan imposible- respondió la rubia como si nada.
-Él no está enamorado de mi- el alfa quiso golpearse al escuchar el tono que había usado, por un momento fue capaz de recordar a Cora quejándose porque su madre quería que comiera verduras, por la sonrisa burlona de Erika pudo adivinar que no se equivocaba al pensar que había sonado bastante infantil.
-Claro que lo está, solo que tú, mi querido alfa, no haces ningún movimiento y él cree que eres tan imposible como lo fue Lydia cuando él era un niño, solo recuerda una cosa jefe, él ya no está enamorado de ella, dejó de estarlo cuando comprendió que nada sucedería entre los dos, solo quiero que no te pase lo mismo, por eso y porque un chico ayer le pidió una cita cuando estábamos en la cafetería- Derek dejó brillar sus ojos en color rojo al escuchar lo último.
-Vete de aquí Erika- gruñó u ordenó el alfa, no quería lastimar a la chica y eso es exactamente lo que terminaría haciendo si ella no se largaba de allí lo más rápido posible.
La risa de su beta fue todo lo último que escuchó de ella antes de verla desaparecer por la puerta. Incluso podría jurar que la chica aún continuaba riendo en el ascensor.”

El suspiro de Stiles lo trajo de vuelta a la realidad. Una realidad donde ambos estaban solos, mirado al cielo, donde la luna los observaba, esperando con paciencia que alguno de los dos fuera lo suficientemente valiente de dar el primer paso y admitir lo que llevaban sintiendo desde el momento en que ambos se vieron por primera vez, ella seguía esperando como cada noche que ambos chicos al fin pudieran amarse y entregarse en cuerpo y alma como merecían.
-Me gustaría ir a cenar al nuevo restaurante que abrieron- Derek se sintió realmente patético al escuchar sus palabras. Si. Ser sutil y delicado no era lo suyo.
- ¿Hablas del que está frente a la veterinaria de Deaton? - preguntó Stiles unos segundos después.
-Si, se abrió la semana pasada y me gustaría ir y probar la comida.
-Seguro que la manada aceptará acompañarte, por fuera parece un lugar bastante increíble- respondió el chico sin entender por qué Derek estaba allí, con él y hablando de un restaurante.
-Bueno, en realidad no estaba pensando en ir con ellos a decir verdad- admitió el alfa un minutos después.
-Oh, bueno, tal vez podrías invitar a la nueva enfermera, esa que ayuda a Melissa, ella le pidió a Scott que le diera tu número la otra vez- Stiles se sintió enfermo al ir pronunciando cada una de las palabras. Su corazón dolía cada vez que miraba a su alfa, él sabía que no tenía oportunidad con el hombre junto a él pero era incapaz de olvidarlo o al menos de dejar de sentir aquello que sentía.
-Tampoco quiero ir con ella, bueno, con ninguna mujer en realidad, yo estaba pensando en que tal vez tú podrías acompañarme- susurró Derek, estaba aterrado, no sabía que sería de él si su compañero lo rechazaba.
Mientras tanto Stiles estaba tratando de no ponerse como loco, no estaba seguro si había escuchado bien o no pero podría apostar a que Derek acababa de decir que quería que él o acompañara a cenar. Solos. Como en una cita.
- ¿Stiles? – el humano dejó de volverse loco en su mente cuando sintió la cálida mano de Derek posarse en su pecho- tu corazón late muy rápido ¿Estás bien? Si no quieres ir está bien, no tienes que sentirte mal por rechazarme- Stiles miró confundido a Derek quien tenía una expresión que demostraba lo destrozado que estaba en ese momento mientras creía que el humano no quería ir con él.
- ¡¿Eres idiota?! Es decir, no puedo creer que pienses que diré que no, es decir, he deseado por años que me invitaras a cenar, o a tomar un helado, o un café, lo que sea, ¡Dios, Derek! - Stiles reía divertido, aunque su mente aún estaba tratando de procesar lo que estaba sucediendo.
- ¿Eso quiere decir que si iras conmigo? - preguntó el alfa, él de verdad necesitaba escuchar al chico decir que sí.
-Claro que quiero lobo amargado- aceptó el chico con una sonrisa enorme en su rostro.
-Bien- Derek también comenzó a sonreír al verlo- Si, eso está bien, podríamos ir mañana ¿Qué dices?
-Mañana suena bien.
Ambos chicos no dejaban de sonreír mientras se miraban a los ojos, incapaces de hacer nada más. Mientras tanto, la luna, se mostraba un poco más grande, más intensa, más luminosa, demostrando la alegría que sentía al ver a esos dos eternos amantes dar un paso hacia su felicidad.

~ ~ ~
El claro situado detrás de la nueva mansión Hale estaba maravillosamente adornado. Pequeños frascos con velas blancas colgados de las ramas de algunos árboles y muchos otros en el suelo iluminaban sutilmente el lugar, aunque si todo era tan nítido aquello noche era gracias a la enorme luna llena que iluminaba por completo el bosque.
Los invitados estaban ya reunidos, no eran muchos, solo aquellas personas con las cuales habían compartido los momentos más importantes de su vida.
Derek veía como Melissa tenía a la pequeña Laura de la mano, cuidándola mientras él estaba con Deaton y Jackson, esperando a que el gran momento llegara.
Una pequeña opresión en su pecho se hizo presente al recordar a su familia. Su madre estaría tan feliz en ese momento, junto a él, si estuviera con vida. Laura estaría haciéndole burla, aprovechándose de sus nervios. Aunque podía apostar que su hermosa hermana mayor había puesto a Jackson en su vida a propósito porque en ese momento, su primer beta, era quien aprovechaba la oportunidad para molestarlo.
Todos hicieron silencio de un segundo para otro cuando Lydia apareció en el claro, vistiendo tan increíble como siempre, el vestido largo, con escote de corazón y en color hueso solo hacían resaltar la hermosura que caracterizaba a la banshee.
Todos lo invitados fueron ocupando sus lugares mientras la pelirroja caminaba con una sonrisa en el rostro por el pasillo que habían armado con muchas velas a los costados, haciendo que todo se viera más elegante e íntimo.
Derek sintió como su corazón se saltaba un latido al ver a la persona más importante de su vida caminando hacia él.  El amor de su vida, podía ver todos los sentimientos de su pareja en su mirada y en esa sonrisa tan sincera que adornaba su rostro. Cuando Lydia llegó hasta él dejó un casto beso en su mejilla.
—Ambos son realmente afortunados, hazlo feliz y no dudes nunca del amor que el siente por ti‐ susurró Lydia antes de hacerse a un lado y colocarse a la izquierda de Derek, dejando un espacio entre ellos donde iría Stiles.
—Hola sourwolf- Stiles se veía radiante, sus ojos miel tenían un brillo tan especial que, cuando Noah lo vio, logró que recordara esa mirada especial que tenía su hijo de pequeño. Su sonrisa era enorme y su aroma dulce hacía que el lobo de Derek aullara de felicidad al saber que su compañero era feliz.
Derek no respondió con palabras, simplemente se acercó a su novio, futuro marido, y dejó un casto beso en los labios del menor.
—Buenas tardes a todos- Morrell, la hermana de Deaton, estaba parada frente a ellos, al parecer la chica no solo era consejera estudiantil y emisaria, también era algo así como un juez del mundo sobrenatural con permiso para oficiar bodas, cosa que les ayudó mucho.
Derek y Stiles estaban en sus propios mundos, ninguno escuchó las palabras de la mujer, no lo necesitaban, sabían exactamente lo que ella diría durante toda la ceremonia, ellos estaban muy concentrados en la forma en sus manos estaban unidas y el amor que sentían por el otro.
Cuando llegó la hora de decir sus votos  Stiles no esperaba que Derek diera un discurso digno de una novela romántica ya que a pesar de que el alfa había cambiado mucho en esos años que llevaban juntos aún mantenía esas cosas que lo hacían ser su sourwolf, no lo necesitaba de todas formas, él no tenía dudas de cuánto lo amaba el moreno, se lo demostraba día a día con pequeños detalles y eso era todo lo que él necesitaba.
—Stiles, cuando te conocí supe que mi vida no volvería a ser la misma, llegaste a mi vida cuando no lo esperaba, estaba hundido y no tenía ánimos para levantarme, lo había perdido todo, pero llegaste y como un torbellino arrasaste  con todo eso que me hacía mal, tuve que esperar mucho tiempo para poder confesarte lo que sentía por ti, esto que aún siento, es lo malo de encontrar al amor de tu vida cuando aún es menor de edad- dijo el moreno con diversión- pero valió totalmente la pena. He pasado por cosas horribles pero he aprendido a no darme por vencido gracias a ti, volví a confiar en los humanos cuando tú apareciste en mi vida y conocí el amor verdadero aquella noche cuando me hiciste ver que no me veías como un monstruo. Has salvado mi vida de tantas formas que no creo que puedas imaginarlo, por eso es que me prometí a mi mismo que pasaré el resto de nuestras vidas haciéndote feliz, cuidando tus espaldas como sé que tu cuidarás de la mía, no soy bueno con las demostraciones publicas y tampoco con las palabras pero este es un momento especial y quiero que toda nuestra familia, esa que tengo gracias a ti, sepa que te amo más que a nadie, que aunque no te des cuenta llenas mi mundo de luz, esta noche, frente a nuestra manada, la luna y las personas que amamos pero que ya no están con nosotros te prometo Stiles Stilinski que viviré por y para ti mi amor- todos estaban realmente conmovidos al escuchar al alfa, el castaño tenía los ojos empañados por esas lágrimas que querían salir, Noah miraba desde su lugar como su hijo estaba uniéndose al hombre de su vida, ese que lo amaría y cuidaría como solo él y Claudia podrían hacerlo.
Y para demostrar que ellos dos eran almas gemelas, el discurso de Stiles estuvo lleno de anécdotas y risas, aunque el inmenso amor que sentía por su sourwolf estaba presente en cada una de sus palabras.
Después de eso Morrell pidió que los padrinos se acercaran con los anillos diseñados exclusivamente para ellos. Lydia y Scott sonreían, ambos felices por poder compartir ese momento con sus mejores amigos. Erika, Boyd e Isaac fueron los encargados de dibujar el triskel alrededor de los novios, una tradición de los Hale que esperaban poder mantener por muchos años más. 
La ceremonia terminó con ambos chicos besándose, con sus manos entrelazadas y con su familia detrás de ellos sonriendo felices, aplaudiendo y gritando eufóricos.
Derek y Stiles se agacharon felices cuando escucharon los gritos de su pequeña hija, quien se veía hermosa vestida como una pequeña princesa.
Las fotos por parte de Isaac no se hicieron esperar. El beta sonrío satisfecho al ver la imagen que acababa de capturar, la mandaría a agrandar, se vería genial en la sala de la mansión. Mientras tanto el resto de los invitados y los novios caminaron hasta el patio trasero de la mansión donde Lydia, Cora y Erika habían armado todo lo necesario para poder disfrutar de una pequeña fiesta.
Esa noche Laura se quedaría con su abuelo Noah para que sus padres pudieran disfrutar de una noche para ellos.
Todos bailaban, ni Derek ni Stiles tenían ya sus sacos, ambos estaban solamente en camisa, las corbatas habían desaparecido hacia rato.
Derek bailaba con su hermana, ignorando todo, simplemente siendo feliz, cuando sintió que su pecho se mojaba. Erika, quien tenía una copa de champagne en su mano mientras bailaba, había dejado caer la bebida sobre su alfa.
—Oye Derek ¡Quítate la camisa!- gritó Stiles al ver lo había sucedido con su marido.
Derek río al escucharlo. Su mente fue directamente a aquella mañana donde los chicos habían ido hasta la mansión cuando él lavaba su Camaro. Había pasado tanto años desde entonces y él seguía allí, tan enamorado como en ese entonces del mismo chico.
–Cuando estemos en la habitación bebé, no quiero que tu padre me dispare- respondió el lobo dejando la timidez de lado, haciendo reír a todos, sin saber que con ese simple chiste había enamorado aún más al nuevo señor Hale.
Aquella noche la luna estaba en lo alto del cielo, iluminando el bosque donde dos hombres se entregaban en cuerpo y alma, demostrando cuánto se amaban, siendo testigo del amor tan único que sus hijos sentían. La luna estuvo presente hasta que el sol apareció en el cielo e incluso después de eso ella aún se dejaba ver, aunque ya no fuera ella quien iluminara a las  almas gemelas.

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