Teen Love

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Había un silencio sepulcral en la veterinaria de Deaton. Todos miraban atónitos al druida de la manada. Ninguno era capaz de procesar lo que acababa de decir el hombre y el chico sentado en la mesa de metal frente a ellos no ayudaba mucho. Los más afectados eran, sin duda alguna, Scott y Derek, cada uno por un motivo diferente.

- ¿Estás seguro? - la pregunta del Sheriff Stilinski era bastante absurda, todos tenían las pruebas necesarias frente a sus narices, no había forma de que Alan no hablara enserio.

- ¿Qué podemos hacer? - el alfa verdadero caminó hasta el chico y se paró a su lado.

-La verdad es que no sabría qué decir, nunca había visto algo así de cerca, he escuchado de casos similares, pero yo nunca tuve que encargarme de uno, por lo general Talia no era una alfa con este tipo de problemas- admitió y regañó a los jóvenes presentes.

-No puedo creer esto- suspiró cansado Noah- ¿Qué se supone que haré con él? Todo el pueblo lo conoce desde que nació y saben que ya tiene veinte años y ahora parece de doce, esto no se verá como algo normal.

-El Sheriff tiene razón y todos sabemos que él- apunta al jovencito que solo tenía ojos para Derek desde el momento en que lo vio- no se quedará quieto en un solo lugar.

- ¿Y qué proponen? No podemos encerrarlo en algún sótano- Scott sintió pánico ante esa idea.

-Puede quedarse conmigo en la mansión Hale, allí podrá caminar y hacer todo lo que quiera sin que nadie lo vea, ahora volvió a ser una propiedad privada y no está permitido el ingreso para cualquiera- explicó Derek ante la mirada atónita de todos los presentes.

-No sé Derek, no creo que puedas con el Stiles de trece años, soy su padre y puedo decirte que cuando empezó la adolescencia fue lo más incomodo que viví, sus preguntas eran bastante...- hace una pausa antes de suspirar de nuevo- singulares- todos los sobrenaturales sienten la vergüenza del Sheriff y de Scott, no quieren ni imaginar que tipo de preguntas eran esas.

-Puedo con eso, tuve hermanos menores y aunque eso fue hace tiempo todavía recuerdo como hacerlo, cuando los lobos tenemos esa edad es como si tuviéramos hiperactividad, estamos llenos de energía y las hormonas, créanme, no creo que el pueda ser peor que cinco lobos adolescentes juntos- el alfa verdadero y el Sheriff dudaron de que eso fuera verdad, pero no tenían otra opción.

-Está bien, solo debemos pasar por casa para buscar algo de ropa y su almohada, él no duerme sin ella.

-No creo que la ropa sirva de mucho- comentó Lydia al ver que la ropa del Stiles de veinte años le quedaba gigante al pequeño adolescente- yo me encargaré de eso, es mi oportunidad para que Stiles por fin pueda vestir... bueno, con estilo y buen gusto- dijo con una sonrisa algo macabra en su rostro.

-Bueno, yo iré con mi moto a buscar la almohada, así Derek lo lleva directamente a la mansión, hay que aprovechar que aún no amanece, así nadie lo verá- todos asintieron ante la idea de Scott.

Iban a seguir hablando hasta que escucharon que alguien lloraba silenciosamente, o al menos lo intentaba.

Derek fue el primero en darse cuenta de que el del llanto era Stiles. Tenía sus manos cubriendo su rostro, un intento fallido de ocultar las lágrimas.

- ¡Stiles! - el pulso del ex alfa se aceleró al ver al chico de esa manera- ¿Te sientes mal? - Stiles negó y siguió llorando- ¿Qué pasa? ¿Tienes hambre? ¿Frio? - todos se sorprendieron ante la obvia preocupación de Derek, eso no era algo que veían todos los días.

-Ustedes no son mis amigos- respondió el menor entre llantos- no quiero verlos, quiero irme a casa y no verlos nunca más.

-Stiles eso no es verdad, somos tus amigos, tus mejores amigos y te amamos- Scott comenzó a acercarse para poder abrazarlo, pero el castaño se alejó al verlo caminar.

STEREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora