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El amanecer se abría paso en el horizonte, dejando notar el leve resplandor de brillo que la iluminación del sol le brindaba a la mañanera ciudad de Chicago. Eran alrededor de las siete de la mañana, la hora exacta para que las personas comenzaran a circular por las calles para llegar a sus lugares de oficio. Una excelente mañana para comenzar con algo productivo e interesante, pero, en el hospital del centro de Chicago, los ánimos no eran los mejores.

La cabellera castaña cubría el bonito rostro, ya que la cabeza de la menor estaba inclinada hacia un lado a causa de estar apoyada sobre el hombro del chico a su lado. Su respiración era tranquila y calmada, sus labios encontrándose entreabiertos dejando salir casi inaudibles ronquidos de entre ellos. Sus delicados párpados hallándose cerrados, ambos siendo decorados por una espesa y rizada capa de pestañas negras. Se veía realmente adorable cuando dormía.

Harry observaba a la chica dormir con su cabeza reposada en su hombro, literalmente, dejando caer gran parte de su adecuado peso sobre el brazo del mayor, pero a él, no le molestaba para nada, simplemente, la dejó dormir. No quería despertarla, odiaba interrumpir los sueños de otra persona porque a él no le gustaba que lo interrumpieran en sus horas de sueño. Además, Scarly se veía realmente hermosa durmiendo. Y él, para sí mismo, estaba aguantando las ganas de inclinarse y besar sus labios, así como los besó en la madrugada de ese mismo día.

Su parte racional, levemente alejada de caer en la tentación, estaba alerta de cualquier actividad médica por los pasillos; quería tener noticias de Taylor. Desde hace algunas horas no sabe nada de la rubia, y eso, lo está inquietando a sobremanera. Muchas preguntas se formaban en su cabeza, al igual que escenarios dónde la rubia dejaba este mundo para marcharse hacia la otra vida, y eso, lo aterraba, porque él no quería dejarla ir; no quería que ella lo dejara cuando, a penas, estaban empezando algo.

Sus párpados pesaban, el sueño quería apoderarse de su sistema por completo, pero no podía dormir justo ahora cuando necesitaba saber sobre el estado de su "pareja", o como quieran llamarle. Se sentía realmente cansado, no había dormido desde ayer en la tarde cuando llegó del trabajo, adquirió alrededor de cuatro horas de sueño para después tener que levantarse y asistir a la discoteca a la que los citó Louis. Y ahora, estaba viendo las consecuencias de no haber dormido en la noche a causa de estar pensando una y otra vez, en lo que sucedió con Scarly en la pista de baile del local.

Observó los solitarios pasillos del área de pabellón, nada más hallándose allí, aparte de ellos, dos parejas que, de igual manera, se encontraban descansando en las sillas. Su mirada viajaba desde sus manos entrelazadas sobre sus piernas, hasta la chica que se encontraba durmiendo sobre su hombro. Suspiró profundamente al sentir la culpa arraigar todo su sistema a causa de haber recordado lo que sucedió durante la madrugada cuando asistió al departamento de la castaña. Porque, quizás, sólo quizás, si él se hubiera encontrado en su departamento durante esas horas de la noche, él hubiera podido impedir que Taylor recibiera aquella bala que la está dejando en la delgada línea de la vida y la muerte.

Divisó a un hombre de cabello castaño claro, con ojos azules y barba alrededor de su mandíbula, caminar hacia dónde se encontraban ellos y las otras dos parejas. El hombre tenía buen porte, y por la ropa que utilizaba, era obvio que era doctor y que trabajaba allí. Observó al muchacho de alrededor de veinticinco años, revisar una carpeta amarilla con algunos papeles adentro, para luego alzar su mirada y observar a todos los presentes en la sala de espera.

- ¿Familiares de Taylor Swift? – Lanzó la pregunta al aire esperando por la respuesta de alguna de las parejas presentes. Harry alzó su mano obteniendo de inmediato la atención del joven doctor.

- Aquí – Habló con voz ronca. El hombre se acercó a él y le tendió su mano, Harry la estrechó con la suya.

- Buenos días, señor... - Alargó la última palabra para que el rizado dijera su nombre.

Someone Look At You | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora