Someone Look At You | Harry Styles.

46.

La puerta de la oficina había sido abierta de manera brusca. Dos cuerpos se adentraron al amplio espacio laboral con sus labios unidos y sus manos tocando obscenamente el cuerpo del otro. La puerta fue cerrada de un portazo, ni siquiera les importaba si a las demás personas que también trabajaban allí les interesaba lo que ellos estaban apunto de hacer en aquella oficina.

Las manos de Harry acariciaron la cintura adversa por completo, para luego acariciar la espalda baja, sus manos terminando sobre el borde de la camisa de botones, bajándola por los delgados brazos, para luego agarrar el borde de la camisa de tirantes y retirarla de aquel bonito cuerpo. Sus manos recorrieron aquella hermosa figura, sin dejar ninguna zona sin acariciar, intentando volver a reconocerle después de tanto tiempo.

Buscó a tientas mientras seguía besando los labios adversos, el broche del sujetador, para luego, al encontrarlo, desabrocharlo y bajar los tirantes por los brazos. Se separó con un chasquido de los labios ajenos para observar las erectas protuberancias que se hallaban en la zona del pecho. Mordió su labio inferior sintiendo su pene comenzar a erectarse, y luego se inclinó cerrando sus labios alrededor del pequeño pezón rosado, haciendo gemir a la menor.

Scarly acarició con sus dedos los rizos de Styles, cerrando sus ojos y formando una pequeña "o" con sus labios; sintiendo su zona íntima lubricar demasiado.

Harry se apartó de los bonitos senos para luego bajar su lengua por el hinchado abdomen hasta llegar al borde del pantalón. Desabrochó la bragueta y luego bajó la prenda, sacándola de escena cuando la lanzó hacia algún lugar de la oficina. Besó las delgadas, pero torneadas piernas hasta llegar al triángulo escondido entre ellas, dejó un casto beso allí, escuchando a su chica gemir alto, para luego enroscar sus dedos en el borde de las bragas tirando de ellas hacia abajo.

Scarly se estremeció al sentir el aire frío chocando contra sus pezones al igual que contra sus nalgas y vagina. Se dejó guiar por Harry hacia su escritorio, y con ayuda del más alto, se subió a la mesa, dejando sus piernas abiertas, permitiéndole a Styles -y a casi todo Chicago- ver su vagina. Harry lamió sus labios para luego sentarse en la silla de Scarly, sostuvo ambas piernas con sus brazos y las subió a sus hombros, para luego esconder su rostro entre las piernas de la castaña y comenzar a lamer su delicioso sabor.

La castaña intentaba acallar sus gemidos, pues no quería que todo el edificio del FBI se enterara de que estaba teniendo sexo con su ex novio en su oficina; eso sería demasiado vergonzoso.

Dejó que su lengua recorriera toda la extensión de la vagina, para luego introducirla dentro del pequeño agujero, metiendo y sacando su miembro bucal; probando aquel delicioso éxtasis. Dejó que dos de sus dedos trabajaran en el interior de la castaña, preparándole para lo que se venía.

La chica mordió su labio inferior con fuerza mientras cerraba sus ojos, disfrutando del vaivén que los dedos del rizado creaban en su interior. Arqueó su espalda cuando aquellos largos dedos golpearon un punto dulce en su interior, haciéndole gemir e indicar a Harry que aquel era su punto G.

Los dedos salieron de su interior al igual que la húmeda lengua dejó de lamer su clítoris. Harry le sentó sobre la mesa para poder besarle, ya que tenía miedo de que pudiera lastimar al bebé subiéndose sobre ella. Enredó sus brazos alrededor del cuello del mayor, acercándole, mientras que Harry abrazaba su cintura; sus labios aún unidos.

Bajó sus manos hacia el borde del suéter del rizado, levantándolo y sacándolo por encima de la cabeza llena de rizos. Apreció el tonificado torso para luego atacar el cuello del mayor, sabiendo que aquel era su punto débil. Dejó diversos chupetones en toda la extensión de la zona, para luego bajar sus besos hacia los pectorales, dejando nuevas marcas rojizas allí. Sus labios se cerraron alrededor de un pezón, haciendo a Styles gruñir bajo. Lamió el botón hasta que sintió unos dedos enredarse en su larga cabellera castaña, jalando de ella para que se alejara, para luego sentir unos deliciosos labios atacar los suyos.