Capitulo 2

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C. 2: Besarla una vez más

Mientras andaba a casa después del largo y cansado día de clases, no podía parar de pensar en..bueno, Violetta. Ni en aquella chica de los volantes, ni siquiera había tenido tiempo para preguntarle su nombre, pero había algo en especial en ella.

Sonó mi teléfono.

-¿Hola?-atendí.

-Hola, Diego, soy Francesca. ¿De casualidad no viste a Marco?-preguntó Francesca algo acelerada.

-Mmm, no. La última vez que lo vi fue en clase de baile.-contesté. No me sorprendía que Marco estuviera desaparecido, ya era bastante usual.

-Ughhhh.-se quejó Francesca-¡No lo puedo creer! ¡Es la tercera vez que me deja plantada esta semana! En serio me pone de los nervios...

-No te preocupes, Frances...

-¡No me digas que no me preocupe! ¡Esto es grave!-se alteró la italiana-¡¿Qué le está pasando a Marco?!

-No lo sé...-reflexioné-Ya sé, si quieres ven al parque y lo buscamos juntos, ¿vale?

-Bueno, ya que...-dijo Francesca y colgó el teléfono.

Una hora después, Francesca llegó al parque donde me encontraba. Ambos fuimos por unos helados y nos sentamos en una banca.

-¿Y? ¿Marco se comunicó?-interrogué, mientras degustaba mi helado de fresa.

-Sí, me dijo que estaba muy cansado y que mañana nos veríamos...-dijo Francesca sin ninguna gana-No lo puedo creer. En realidad cambió.

-Sí. No es el mismo de antes, me pregunto adónde se fue el divertido y animado Marco que conocía.

-Y...hablando de cambios, vos también cambiaste mucho desde el año pasado.-Francesca me dio un golpe amistoso-Ya no irritás a la gente, no la perseguís, no sos rebelde...¿adónde se fue ese Diego?

-Violetta lo cambió.-bajé la mirada.

-Diego, te voy a ser lo más sincera y suave posible, pero no vale la pena sufrir por alguien que te olvidó, y que está con otra persona.-me miró a los ojos-En cambio podes buscar a otra persona que te haga feliz de verdad.

Sonreí.

-Supongo...-asentí-Aún así, daría todo lo que fuera por besarla una vez más, sólo una vez más.

Francesca se me quedó viendo y sonrió tiernamente.

-Sos muy dulce, Diego.-me tocó el hombro-En mi opinión, Violetta está loca al no perdonarte.

Después de eso, Francesca y yo nos fuimos del parque y la acompañé a casa.

-Ey, ¿qué te pasa? Te veo raro, muy pensativo.-dijo Francesca después de un rato.

-Eh, ah, no es nada...-pensé un poco lo que respondería-En realidad estaba pensando en una chica que conocí por la mañana.

Francesca abrió los ojos como platos y dio una sonrisa pícara.

-¿Ah, sí? ¿Y qué tal?

-No es nada. Ni siquiera sé su nombre, es sólo que, había algo en ella...algo especial.-dije mirando al vacío.

-¿Especial? ¿Cómo para ayudarte a superar a Violetta?-intuyó Francesca.

Sonreí ante la conducta de Francesca.

-No, sólo me refiero a que había algo en ella.

-Bueno, pues me alegro a que puedas ver a más chicas de ese modo.-sonrió Francesca muy animada.

En eso llegamos a la casa de Francesca, me despedí de ella y caminé a mi casa.

En el camino, vi que una chica del parque se tropezó y cayó al suelo. Corrí a ayudarla.

-¿Estás bien?-le pregunté mientras extendía la mano para que se levantara.

-Sí, gracias.-dijo la chica de acento mexicano. Era idéntico al de la chica que había visto antes.

-¿Tú?-dije algo sorprendido al ver su cara. En realidad era ella.

Novela Diego - Ser quien soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora