C. 15: Sin pensar
Violetta y yo nos apartamos. Apenas y habíamos notado la presencia de Gery, quien estaba en estado de shock al ver aquella escena.
-Perdóname, Diego, pero tenía que hacerlo.-jadeó Violetta.
-Violetta, yo...-esbocé una leve sonrisa.
-¡¿ESTÁN LOCOS?! ¿Cómo se atreven a hacer eso? ¿Y enfrente de mí?-Gery actuaba con locura.
Jaló a Violetta de las manos, violentándola.
-¡Te odio! ¡Eres la peor!-gritaba Gery.
Violetta trataba de defenderse, pero la fuerza de Gery la retenía.
-¡Chicas! ¡Parad ya!-las detuve.
Gery soltó a Violetta, se dio la vuelta y me abofeteó.
-Te odio.-Gery tenía los ojos llenos de lágrimas-Lo único que lograste fue hacerme sufrir, por esta...chica fácil.
Violetta se alteró al oír esto.
-¡Gery! ¡No te permito que la llames así!-la tomé de la muñeca para impedir que golpeara a Violetta.
-¡No comprendo como puedes hacerme esto, Diego!-Gery se resistía con furia-¡Yo lo di todo por ti! ¡Pero aún así la prefieres a ella, me usaste sólo para acercarte a ella!
Varias lágrimas resbalaron por sus mejillas.
-No es así...-intenté explicarlo todo, pero no había manera de decirle lo que verdaderamente sentía por Violetta.
-¿Sabes qué? Los dejo vivir su hermosa historia de amor. Espero que se casen, y que tengan un montón de hijos, y que vivan su vida perfecta...-Gery lloraba y gritaba con rabia.
Estaba a punto de irse, pero antes le dio un tremendo bofetón a Violetta. Violetta se quedó muda ante esto.
-Me alegro que prefieras a las cualquieras.-Gery se fue furiosamente.
Violetta y yo nos quedamos a solas.
-V-Violetta...
-No digas nada...fue un error venir aquí.-podía escuchar la tristeza en la voz de Violetta.
-No, porque...-la tomé de los brazos, dispuesto a confesarle todo.
-Diego, esto es mi culpa. Todo esto.-señaló a su mejilla, que ahora estaba colorada debido al golpe de Gery-Lamento interrumpir su precioso y perfecto noviazgo...es sólo que no podía soportarlo más.
-¿Soportar qué?-mencioné afligido.
Violetta me miró a los ojos, abrió la boca, pero no salió ni una palabra.
-Nada...-respondió.
Tomó su bolso y salió del departamento.
Y me quedé ahí, desolado, triste. Había perdido a dos chicas por un estúpido error. Un estúpido error que posiblemente me perseguiría por el resto de mi vida.
Los siguientes días no fui al Studio. No tenía ganas de salir de la cama. Sólo quería quedarme en casa, componiendo y ahogándome en mis penas. Definitivamente no quería ver a Violetta, no sería capaz después de todo lo sucedido.
Después de todo, me ponía algo feliz que nos mudaríamos a Barcelona en algunas semanas. Así podía dejar todo atrás, mi pasado, mis tristezas, mis desamores. Al fin podía reiniciar una nueva vida. Empezar de cero.
Francesca me llamaba un montón de veces los días que estaba ausente, pero jamás atendía. Después de todo, ella era otra chica a la que lastimé. Me odiaba a mí mismo. Lo único que conseguía era destruir los sentimientos de los demás.
Un día, finalmente atendí a las llamadas de Fran.
-Hola.-dije secamente.
-¡Diego! ¡Al fin contestás! ¿Dónde te has metido? No has ido al Studio en 2 semanas.-Francesca sonaba preocupada.
-No estoy con ganas...
-¿En serio? ¿Esa es tu excusa?-Francesca suspiró-¿Cuándo vas a admitir que tu problema es Violetta? ¿Cuándo vas a admitir que lo que sentís por ella es más grande que todo lo demás, y que darías todo por ella?
Mi garganta se hizo nudo. Francesca tenía razón.
-No puedo hacer nada...-manifesté cabizbajo-Cada vez que me acerco a ella la lastimo, incluso me lastimo a mi mismo.
-Diego, tenemos que hablar en persona, voy para tu casa.
Francesca colgó. Suspiré profundamente. ¿Por qué se estaba tomando esto tan en serio? Ninguna persona común trataría de ayudarme con mi vida amorosa de ese modo.
Llegó unos 40 minutos después.
-Francesca...-dije, dejándola pasar a mi departamento-¿Me puedes explicar que haces aquí?
-Ya te lo dije, necesitamos hablar sobre Violetta.-respondió determinadamente-Así que...¿qué le vas a decir? ¿Le dijiste lo que sentías?
-Francesca, en serio, ¿qué haces aquí? ¿Por qué te tomas esto así?-pregunté nuevamente.
-Diego, no es momento de perder el tiempo, ¿qué le dirás?
Francesca sí que era terca.
-No sé. No sé que le voy a decir...-respondí agotado.
-Mira, yo te puedo ayudar, pero necesitamos un plan...-decretó firmemente.
La tomé de la muñeca para detenerla.
-Francesca, en serio. No tienes que hacer esto.
-Diego, no digas tonterías, por supuesto que sí tengo que hacerlo.-fanfarroneó-Sin mí, tu vida amorosa sería aún más desastrosa de lo que ya es...
-No, Francesca, no tienes.-expliqué con atención-Mira, me siento mal de que todo el tiempo me ayudes con esto de Violetta, no es tu responsabilidad, es mía.
-Diego, ¿no entendés que sin mí arruinarás todo con Violetta?-exclamó amargamente.
-¿Y qué pasa? ¿Qué pasa si arruino todo con Violetta?-respondí a sus gritos-Eso no es de tu incumbencia, y si...
-¡Ya sé que no es de mi incumbencia, Diego! ¡Pero estoy tan enamorada de vos que si no estás conmigo por lo menos debo ayudarte!-gritó, desahogada.
Me quedé ahí, perplejo.
-E-es decir...-titubeó nerviosamente-Mira, Diego, debo ser honesta con vos...Me pasan cosas con vos más fuertes de lo que yo creí, y siento que de algún modo debo estar ahí para vos, o me siento vacía...
No conseguía decir ni una palabra, mi corazón se aceleró ante la declaración de Francesca.
-Pero no te preocupes, yo sé que estás enamorado de Violetta, y no intentaré nada con vos, tan sólo...
Tomé a Francesca de la cintura y le di un beso. Sin pensar.
Francesca continuó el beso y me tomó de los hombros. La oprimí contra mi pecho, quería descargar todas mis energías en ese beso. Nuestras lenguas chocaban dulcemente. No era algo de lo que estuviera orgulloso, siquiera feliz, tan sólo quería distraerme un momento del mundo. De mis problemas. De Violetta.
Después de algunos minutos nos apartamos. Miré su bella cara, sus mejillas estaban más sonrojadas que de lo usual.
Ambos jadeamos, exhaustos. Apenas y me había dado cuenta del error que había cometido.
-Diego...-dijo ella después de un largo tiempo-Necesito saberlo, ¿ese beso significó algo?
La miré a los ojos. Era imposible mentirle. Era imposible responder aquella pregunta sin lastimarla.
Miré al suelo.
-No.-una lágrima recorrió mi mejilla-Lo siento mucho, no puedo hacerte esto...
Pude ver que Francesca esbozó una leve sonrisa de compasión. Me tomó de la mano.
-Está bien.-contestó ella-Espero que algún día, Violetta se dé cuenta de que un gran chico está enamorado de ella.
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Novela Diego - Ser quien soy
FanfictionTodo puede pasar en un año escolar, y la vida de Diego Hernández cambiará por siempre cuando conozca a aquella chica de los volantes. Dieletta / Diery / Diecesca Novela FanFic creada por FCODieletta.