Capitulo 12

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C. 12: Sentimientos encontrados

-¿C-como que la amas?-Gery sonaba atónita.

-Mira, Gery, yo quiero estar contigo... Pero no puedo si me pones estas condiciones que no puedo cumplir.-dije yo.

-No, Diego, por favor no terminemos, te lo ruego...-me suplicó tristemente.

-Yo no puedo seguir así.-mencioné una vez más.

-Por favor...-rogaba una y otra vez-Yo te quiero de verdad, y no me parece justo que esta chica venga de repente a arruinarnos lo que tenemos.

-¡Violetta no arruina nada!-exclamé alterado-Esto...es mi culpa, no suya.

-¿Entonces lo harás? ¿Vas a cortar conmigo porque aún sientes cosas por tu ex?

-No. Es sólo que, no me siento bien haciéndote esto, tu mereces a alguien mejor.-le expliqué afligido.

-Diego, quiero estar contigo. ¿No puedes entender eso? No me importa Violetta, ni la moral, ni nada. Yo te quiero. Por encima de todo, yo estoy enamorada de ti...-Gery sonaba cada vez más desanimada-Que lástima que no sientas lo mismo por mí.

-No, sí lo siento. En serio. Pero no voy a sacar a Violetta de mi vida sólo por eso, debes comprenderlo.

-Sí, tienes razón. Estuve mal.-admitió con culpa-Ahora, ¿podemos dejar todo esto atrás y seguir como estábamos antes?

-Eso supongo.-sonreí.

-Me alegro.-contestó Gery después de una larga pausa-Ahora me tengo que ir, ¿pero hablamos a la noche?

-Sí.

Colgué el teléfono. Me di la vuelta y me encontré a Violetta ahí.

-Violetta, no sabía que...-traté de decir, disimulando la conversación que había tenido.

-¿Esa era tu novia?-me preguntó seriamente.

-Sí, era Gery.-asentí.

"Cuanto me gustaría decir que TÚ eres mi novia, Violetta." pensé.

-Lamento que tengan problemas...-se disculpó-Y por mi culpa, es terrible.

-Descuida.

-Pero, no entiendo...¿por qué Gery creería que sientes cosas por mí?-se intrigó-¿T-tú le dijiste eso?

Me sobresalté al escuchar esto.

-No. Es sólo que nos vio cuando nos abrazamos...-conté algo nervioso.

Pude notar que Violetta jugaba con su cabello nerviosamente.

-Ah, bueno...-respondió-Me tengo que ir a casa.

-Vale, hasta mañana.

Habría ofrecido llevarla a casa, pero sabía que si seguía cerca de ella iba a querer besarla.

-Pero antes...-comentó, abrazándome con fuerza-Perdóname por lo que intenté hacer en la sala de baile. Estuvo mal, y...

-Perdóname tu a mí, actúe como un maniático.-reímos los dos.

-Bueno, ahora si no quiero quitarte tu tiempo. Me voy.-se despidió de mí mirándome a los ojos.

No sabía que ocurría que Violetta estaba muy tensa cuando hablaba conmigo...¿podría ser que estaba enamorada de mí?

Fui a mi casa, donde encontré a Francesca, sentada en el suelo, afuera de mi departamento. Tenía una caja de pizza a su lado, y un par de refrescos.

-¿Francesca? ¿Qué haces aquí?-pregunté extrañado.

-Bueno, supe que últimamente te sientes muy solo en casa, así que...-implicó, levantando la caja de pizza.

Sonreí.

Francesca y yo subimos a mi departamento y salimos a un pequeño balcón que había.

-¿Entonces? ¿Algo nuevo con Gery?-cuestionó, tomando un trozo de pizza.

-No, aún está en México.

-¿Y por qué esa cara? ¿Algo pasó con Violetta?-insinuó ella.

-Digamos...-tomé una lata de refresco y la abrí.

-¡Contáme!

Francesca escuchó detenidamente cada detalle que le conté acerca del ensayo de antes. Parecía bastante sorprendida mediante le contaba la historia.

-Oh, por dios.-replicó Francesca con atención-¿Y qué vas a hacer?

-Nada. No puedo hacer nada. Estoy de novio con Gery y no voy a dejarla por un amor claramente perdido.-miré perdidamente hacia el bello paisaje del atardecer.

-Pero no te podés rendir. Diego, vos y Violetta tienen que estar juntos.-afirmó con seguridad, mirándome a los ojos.

-Me sorprende que digas eso. ¿Acaso no sentías algo por mí?-reí burlonamente.

Francesca se sonrojó.

-Bueno, pero eso no importa, porque se que amás a Violetta.-continuó, aún muy sonrojada-Tengo que ahogar mis sentimientos y ayudarte con ella, es lo correcto.

Admiré la nobleza de Francesca. No cualquier chica haría eso.

-Gracias, eres la mejor.-dije tomándola de la mano-Me alegra tenerte como amiga.

-Y a mí me alegra tenerte de amigo.-sonrío tiernamente.

Francesca era hermosa. No tenía idea como era que estaba soltera. Si no estuviera enamorado de Violetta, y si no fuera mi mejor amiga, estoy seguro de que me gustaría Francesca.

Colocó su cabeza en m hombro y miró al cielo.

-Gracias por siempre estar.-comentó después de un rato.

-No hay de qué.-respondí yo, y miré al cielo también-Te quiero, amiga.

Pude sentir la calidez de su mano, la apreté amistosamente. Francesca sonrió y susurró:

-Yo también te quiero...amigo.

Novela Diego - Ser quien soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora