Capitulo 18

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C. 18: Una noche

Después de que Francesca y yo acordáramos ser sólo amigos, regresé al tema de Violetta, y Fran estaba dispuesta a ayudarme.

-¿Estás segura de que quieres seguir ayudándome con esto?-le cuestioné, angustiado.

-Por supuesto.-contestó Francesca-Mira, Diego, tal vez sí sea un poco incómodo ayudarte a conquistar a otra chica... Pero lo superaré, porque soy tu amiga y debo estar ahí para vos, ¿entendiste?

-Gracias.-sonreí-Pero es que en serio no me la puedo sacar de la cabeza... Intento pensar en otra cosa, pero siempre regresa a mis pensamientos con frecuencia. ¿Qué voy a hacer?

-Tal vez lo sepas...-implicó, tomando la guitarra del suelo y entregándomela-Si cantás sobre eso.

Recibí la guitarra con gusto. Comencé a tocar los acordes de mi nueva canción, y pensé en Violetta. En un instante, estaba tocando la guitarra y cantando con euforia. Francesca me miraba y sonreía.

Cuando terminé, ella aplaudió.

-Muy bien, cada vez me gusta más esa canción.-halagó-Me encanta la pasión con la que cantás.

-Es todo gracias a ella.-reí, refiriéndome a Violetta.

Francesca me miró con compasión.

-Diego, sé que por lo que pasás es demasiado desesperante, pero te prometo que todo va a salir bien, cambiá esa cara.-me acarició el hombro.

-Estoy bien.

-Bueno, me tengo que ir, nos vemos mañana.-comentó, tomando su bolso.

Me despedí de ella y se fue de mi departamento. Me recosté y comencé a reflexionarlo todo. Faltaban sólo algunas semanas para que mi padre y yo nos fuéramos a Barcelona, y aún no le había contado a nadie, ni siquiera a Francesca. No podía hacerle eso.

Cuando estaba a punto de quedarme dormido, sonó el teléfono. Revisé para ver quien llamaba, era Violetta. Atendí sin siquiera pensarlo.

-¿Hola?-dije.

-Diego...me alegra que contestaras.-Violetta sonaba mal, no estaba como siempre.

-¿Q-qué pasa?-interrogué, preocupado.

-Nada, sólo quería escuchar tu voz...-vaciló-Eh, me refiero a que...la voz de un amigo.

-Sí, comprendo.-asentí-¿Hay algún problema?

-No, no pasa nada. Sólo que me costaba un poco conciliar el sueño...-respondió cansada.

-¿Pasa algo?-pregunté de nuevo.

-No. Lamento molestarte, seguro estabas dormido.

-No, no te preocupes, está bien.

"Por supuesto que no está bien. Estoy locamente enamorado de ti, y no puedo pensar en otra cosa que no sean tus besos..." pensaba sin parar.

-Bueno, creo que te dejaré descansar, debes estar exhausto.-replicó-Buenas noches.

-Vale...¿pero estás segura de que estás bien?-quizá sonaba obsesivo, pero en realidad me importaba como estaba-Sabes que puedes contar conmigo en lo que sea.

-Gracias. Y lamento molestarte.

Violetta colgó. En serio me angustié con su comportamiento. Para ser una chica alegre, animada y optimista, actuaba bastante extraño. Sonaba...triste.

A la mañana siguiente, aún seguía extrañado por Violetta. Si algo llegara a pasarle moriría.

-¿Y esa carita?-comentó Francesca-¿Te pasa algo?

Novela Diego - Ser quien soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora