C. 23: Enamoramiento crónico
Francesca me soltó. Sonaba agitada. Me quedé perplejo, mirándola de pies a cabeza.
-Ay, no, Diego, no, no puede ser.-se alteró-No puedo creer que haya hecho eso. Perdonáme, en serio, es que...entré en pánico.
-Francesca...-tartamudeé.
Al volver a la normalidad me di la vuelta para ver donde estaba Violetta, quien iba ya bastante lejos.
Me levanté e intenté seguirla, pero era inútil, era obvio que no quería saber nada más de mí. Después de todo, lo único que la hacía era sufrir.
Fui a casa. Tomé una ducha y me senté en el sillón. Encendí la televisión, y mientras buscaba una película para distraerme, no pude evitar sacar de mi cabeza a Violetta. A su reacción ante lo que había visto, y todo por lo que le hice pasar. También a Francesca, cada vez se volvía más complicada y difusa, y todo por mi culpa.
Un mensaje de texto llegó a mi celular.
"¿Estás? :(" leí, era de Francesca.
Apagué el móvil y tomé mi guitarra. Comencé a tocar Ser quien soy, la canción que había escrito para Violetta. También para Francesca, pero principalmente a Violetta. Descargué toda mi energía cantando, y por alguna razón me sentí mucho mejor, aliviado.
Al día siguiente, después de una noche de insomnio, volví al Studio. No me atrevía a ver la cara de Francesca, pues en realidad me desconcertó lo que había hecho. Estaba completamente fuera de lugar.
-Eh, Diego, ¿podemos hablar?-preguntó acercándose hacia a mí después de clases.
-Lo siento, no puedo, debo ir a ensayar con Violetta.-respondí fríamente.
Sé que no estaba bien que tratara a Francesca de ese modo, pero aún no estaba listo para hablar acerca de eso.
Fui a la sala de baile, donde me encontré con Violetta, quien ensayaba por su cuenta. Cuando entré, pude ver que una pequeña sonrisa se asomó entre sus labios.
-Hola, Diego.
-Hola.-sonreí de vuelta.
La miré a los ojos. Resplandecientes, hermosos. Pero a pesar de que quería a Violetta con todo mi ser, Francesca inundaba mis pensamientos todo el tiempo. Y yo no lo podía evitar.
-¿Estás bien? Te noto raro.-Violetta frunció el ceño.
-Sí, estoy bien, no te preocupes...
-¿Seguro?
Asentí.
Violetta encendió el estéreo y comenzamos a practicar la coreografía. Tropecé muchas veces, pero ella siempre lograba mantenerme de pie.
Cuando terminamos de bailar, Violetta se acercó hacia mí provocativamente. Mi corazón se agitó y mi respiración se aceleró.
-Diego, tengo algo que decirte...es muy importante.-jadeó.
Pude sentir la puerta abrirse detrás de nosotros, y quien más sería, sino Francesca.
-Hola.-dijo seriamente.
Violetta y yo nos apartamos.
Francesca se acercó a mí y me tomó de la mano.
-¿Qué estaban haciendo?-interrogó sospechosamente.
Violetta vaciló nerviosamente.
-Nada, nada Fran. ¿Qué estaría haciendo yo con tu novio? Es absurdo...-tartamudeó.
-Debo decir que no estoy del todo de acuerdo con que ustedes ensayen solos.-arqueó una ceja y volteó hacia mí.
-Francesca, ¿puedes parar?-repliqué.
-Yo no soy la que está en una sala de baile con una chica como Violetta.-si la mirada matara, Violetta y yo ya estuviéramos muertos.
-Francesca, en serio nada pasó, tranquilízate...-exhaló Violetta.
-¡Calláte!-exclamó Francesca molesta.
-¡Francesca, suficiente!-la tomé de la muñeca y la llevé fuera del Studio.
-¡¿Qué hacés?!-me gritó.
-¡¿Qué haces tú?! ¡No puedo creer que le hagas una escena así a Violetta! ¡Es una locura!
-¡Yo no soy la que inicié esta gran mentira del noviazgo!-bufó.
Me quedé en silencio. Era cierto. Toda esta mentira la había iniciado yo, y no me estaba haciendo cargo.
-Vale, tal vez tengas razón, pero no podemos seguir de esta manera.-miré hacia el suelo.
Francesca hizo silencio.
-Ya lo sé, sabés que no puedo más con todo esto, Diego...me duele mucho.-comenzó a llorar.
-Ey, todo estará bien.-La tomé del rostro-Le explicaré todo a Violetta y podremos salir de esta mentira.
-¿Y nosotros?-miró hacia mí.
Tragué saliva.
-Lo siento.-fue lo único que pude decir.
Francesca meneó la cabeza.
-No, no te preocupes, no es tu culpa que no sientas lo mismo por mí.-dijo calladamente.
-Francesca, sí te quiero.-admití-Tal vez no de la misma manera, pero sí te quiero. ¿Acaso eso no es algo?
Le limpié las lágrimas. Me sonrió.
-Obvio que sí.-asintió-Perdonáme por hacerte pasar por todo esto...
-Tú perdóname a mí.
La abracé con fuerzas, acariciando su cabello.
-Gracias.-susurró.
Nos apartamos lentamente.
-Bien, creo que es hora de regresar al Studio, aún debo ensayar con Violetta.-recordé.
-Sí, claro, vamos.
Todo estaba en calma en ese momento. El aire delicadamente soplaba, el ambiente era muy pacífico.
Parecía que todo estaba en orden, y que nada podía arruinar ese momento. Comencé a pensar en el momento en el que Violetta y yo nos dimos nuestro primer beso, en el que paseamos por todo Madrid, en el que pasamos nuestra primer noche juntos. Una nube de pensamientos me absorbió tanto, que no me di cuenta del auto que rápidamente se acercaba hacia nosotros.
Fuertemente nos derribó y nos desplomamos al suelo. El auto frenó con un chirrido estruendoso y se detuvo. Pero fue inútil.
Todo se desvaneció, no podía sentir nada. Era como si la oscuridad se apoderara de mi vista, y solamente podía ver el cielo azul densamente cambiando. Tan sólo oía los gritos de algunas personas, los quejidos dolorosos de Francesca, y mi propio corazón que cada vez latía más y más lento.
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Novela Diego - Ser quien soy
FanfictionTodo puede pasar en un año escolar, y la vida de Diego Hernández cambiará por siempre cuando conozca a aquella chica de los volantes. Dieletta / Diery / Diecesca Novela FanFic creada por FCODieletta.