Capitulo 24

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C. 24: Siempre contigo

Abrí los ojos. Me dolía todo. Un ambiente diferente me rodeaba. Intenté erguir mi torso, pero no pude, pues mis costillas adoloridas me lo impidieron.

Noté que tenía yeso envuelto en la pierna izquierda, y una herida enorme que atravesaba mi estómago. Sentí algo en mi cráneo, y cuando lo toqué comenzó a sangrar.

Entonces mi pierna empezó a dolerme terriblemente, todo mi cuerpo estaba lastimado.

Una enfermera entró a la habitación en la que me situaba, y se dio cuenta de que había despertado.

-¡Señor médico! ¡El paciente Hernández ha despertado!-anunció con euforia.

Un hombre vestido con bata de médico entró y comenzó a chequearme.

-Diego, ¿me podés oír?-preguntó, mientras revisaba mis pupilas con una pequeña linterna.

-S-sí.-tartamudeé. No tenía idea de que había pasado.

Revisó la herida que tenía en el torso, y cuando retiró la gasa que la cubría, pude ver que estaba llena de sangre. Di un pequeño quejido de dolor.

-Vaya, no ha mejorado en lo absoluto.-arqueó una ceja.

Llamó a una enfermera y la dejó a cargo de mí, mientras él regresaba. Duré un tiempo sin habla, pues aún estaba muy desconcertado. Poco recordaba de lo que me había pasado, tan sólo recordaba que un auto chocó contra nosotros. Y eso era todo.

-Disculpe...-le dije finalmente a la enfermera-¿cómo está Francesca Caviglia?

-¿Quien?-frunció el ceño, hasta que pareció entender lo que dije-Ah, hablas de la chica que te acompañaba en el accidente...Ella está bien, casi no se lastimó, tan sólo tuvo algunas heridas en el cuerpo, eso es todo. Tú fuiste quien recibió lo peor.

-¿Qué le pasó a mi torso?-cuestioné confuso.

-El auto clavó una llanta sobre ti, por eso te desmayaste. Perdiste mucha sangre que debimos hacerte una cirugía. No habías despertado desde el lunes.-explicó.

-¡¿Lunes?!-me sobresalté-¿Qué día es hoy?

-Jueves.-respondió-Por eso es un gran milagro que hayas despertado, creímos que quedarías en coma. Todos estábamos muy preocupados.

Suspiré. ¿En verdad había quedado inconsciente por 65 horas? No me lo creía. Uno jamás se espera que le pase este tipo de cosas...hasta que pasan.

Volteé hacia lo que parecía ser una silla, donde vi que habían flores, globos y bolsas de regalo.

-Eh...¿qué es todo eso?-interrogué.

-Oh, sí, casi olvido decirlo...-la enfermera tomó las cosas y me las entregó-Una chica vino a visitarte todos los días y te entregó todo esto. Me pidió que te lo diera cuando despertaras.

¿Había sido Violetta quien me había dado esto?

-¿Chica? ¿Qué chica?

-Sí, una chica.-asintió-De pelo oscuro, con un acento extraño...

"Francesca..." pensé inmediatamente.

-Bueno, aquí tenés.-la enfermera me extendió las cosas y luego se excusó diciendo que debía atender a otro paciente.

Abrí la bolsa de regalo, dentro había un reproductor de música con una pequeña nota al lado que decía:

"Para que no pases tus días en silencio :)

-Francesca❤"

Sonreí. Francesca era una de las chicas más tiernas que conocía, no podía creer que se esforzara en hacer todo esto.

Novela Diego - Ser quien soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora