No eres tú

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Las alarmas. Esas malditas alarmas ¡Apagenlas! 

Mi corazón está tan acelerado, no puedo controlarlo, quiero pero no puedo. 

Esto tiene que ser un mal sueño, uno muy malo.

—¡Jung, despierta!— El Sr. W estaba inclinado sobre mí. Pestañeé un par de veces hasta acostumbrarme ¿Qué rayos había pasado?— Mírame, estoy aquí —No había más nadie alrededor ¿Qué habrá pasado?

Con mis manos temblorosas logro levantar mi torso, puedo sentirme en cámara lenta mientras que todo a mi alrededor parece agitado.

—Está bien, ahora estás a salvo— Sus voz se oía tan lejana, la imagen cada vez borrosa.

Aún sigo dormida...      

Un fuerte ruido, como el de un tubo que golpean en seco contra otro me despierta. Me dio cuenta de que me encontraba tirada en un rincón inusualmente húmedo, casi parezco escondida, casi.

 —¿Alguien está aquí? ¿Hola?— Dirijo al aire, nadie responde.

Con sumo cuidado me levantó tras un leve trastabillar de pies, quedo aferrada contra una pared del la cual parece ser la tubería rota. Con paso tranquilo me encamino hasta la salida, abro la puerta, puedo ver a alguien al final del pasillo corriendo justo hacia mí. Me sorprendo pudiendo entrar en pánico pero no, porque es él. 

—¡Sehun!— Lo llamo, más no parece responder — ¡Sehun, soy yo! La señorita Jung...— Trato de caminar pero me detengo al ser sujeta desde atrás y arrastrada de vuelta. La puerta se cierra justo en mis narices con un código de seguridad.

Un gran golpe es impactado contra la puerta de seguridad que deja abolladura, mi cuerpo se balancea hasta caer junto al chico que sin pensarlo, me ha salvado.

 —Está loco...

—¡Ustedes son los culpables! ¡Ustedes y su soberbia!— Lo empujo, lo empujo y así es hasta el cansancio de mis brazos. Cuando ya creo que me he desahogado pero las lágrimas todavía inundan mis ojos— Solucionaré esto...— Tapo mi cara, la entierro entre mis manos— Lo solucionaré— Me abrazo, recojo las piernas. Estoy a poco de tener un ataque de pánico.

Las risa de aquel hombre hace llore más.

—Si es así, ve. Sal de aquí— Sonrió vilmente.— Todos en este edificio buscan la manera de solucionarlo o destruirlo, y tú solo estás sentada aquí, lamentando.

—Y tú escondiéndote.

—Te salvé hace rato.

—¿Quieres un premio?— Me pongo en pie, dónde puedo notar un bota marcada en mi tobillo— Podré estar sin apoyo pero no me quedaré aquí.— Abrí la puerta— Deséame suerte.

—Estás loca.

Sonreí, claro que lo estaba. Todo por culpa de él, que me volvía loca.

Todo el piso parecía haber sido desalojado, hay indicios de golpes en las paredes de forcejeos a cualquier traba en su camino, está fuera de control.  

Trago saliva.

Estoy, por lo que veo, sola y asustada. Cierro los ojos para atrapar un gran bocanada de aire, piensa _________, piensa.

Sigo caminado hasta verlo petrificado en un pasillo, tienes los brazos llenos de cables y correas especiales de fuerza. Miro cuidadosamente, temo acercarme pero necesito hacerlo, lo suficiente, lo que él me deje.

—Ha sido un día muy agitado ¿lo crees?— Digo, casi mordiendo mi lengua— No debe molestarte estar solo.— Camino, por amor a Dios, estoy acercándome— ¿Te molesta, si...— Voltea y me mira.

1.6.9 [SEHUN]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora