1.- Soy Kim TaeHyung

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Taehyung miraba la inmensidad del océano con abrumadora quietud. Sus ojos avellanados recorrían con lentitud el horizonte sin fijarse en nada particular, pero registrando todo en su mente.

El color del atardecer llamó su atención. Fuertes rojos y anaranjados fundiéndose en el amarillo ocre que destilaba el sol en aquella hora, parecía envolver el paisaje haciéndolo recóndito y proporcionando a la imagen un aura mágica. Taehyung respiró profundo. Olía a sal, a algas a arena humedecida... olía a silencio. Incluso las pocas aves que sobrevolaban la zona parecía habían hecho un voto de sosiego a cambio del sobrecogedor espectáculo. Giró la cabeza lentamente llevando la mirada hacía su derecha. Cientos de kilómetros de playa contenían un calmo mar. Giró su mirada hacía el otro lado y su vista se topó con un gran macizo de rocas que ponía límite a esas arenas infinitas. Suspiró profundo una vez más y elevó su mirada permitiendo que los últimos rayos de sol bañaran su rostro. Lánguidamente recostó su cuerpo sobre la arena aun cálida. Se dejó acunar por el silencio y cerró los ojos. Había algo de perfección en esos momentos, algo que le alejaba del ser espantoso que era.

Se despertó lentamente, la oscuridad lo envolvía. Incorporándose sacudió sus ropas y se levantó. Puso atención en los sonidos del mar. Era un leve murmullo apenas perceptible. El mar era benigno y acariciaba las blancas arenas con mimo. El suave oleaje, la ínfima brisa, eran un himno sacro de la naturaleza, una armonía de dos voces en perfecta sintonía.

Giró sobre sus pies desnudos. La oscuridad invadía todo y apenas conseguía distinguir leves sombras estáticas un poco más allá. La luna nueva reflejaba una luz opaca y serena. No había fulgor en ella. El brillo máximo lo alcanzaría en unas semanas. Taehyung la observó por unos segundos Será un espectáculo maravilloso. Buscó su teléfono móvil en el bolsillo y activo la linterna Mucho mejor. Caminó lentamente rumbo a su casa. A medida que avanzaba iba distinguiendo el inicio del sendero de piedras que le llevaría de forma segura hasta su antejardín, a partir de ahí pequeñas lamparillas solares le guiaron hasta la puerta de su casa.

Olió a tierra mojada mezclada con lavanda y romero. El riego automático funcionaba a la perfección. Quitó una llave escondida en una de las macetas que flanqueaban la entrada a la casa, sacudió uno a uno sus pies descuidadamente y abrió.

Encendió luces a medida que avanzaba, no demasiadas. Le gustaba el ambiente que se creaba a media luz. Llevaba casi un año viviendo en Gyeonpo y por primera vez en su vida sentía algo que asemejaba a la palabra felicidad. No solo el entorno era maravilloso, sino que podía disfrutar por fin de sentirse medianamente seguro consigo mismo.

Se dirigió perezoso a la habitación, afortunadamente la noche era cálida y no tendría que encender la chimenea. Buscó un pijama y caminó hacia el cuarto de baño llevándolo consigo. Empezó a desnudarse y su mirada se detuvo en un par de picadas de mosquitos. Sonrió gustoso ¿Es esto un problema? Por supuesto que no. Mientras vagaban sus ojos por su cuerpo en busca de más picadas se encontró de pronto con su imagen reflejada en el espejo. Una mirada inexorable se estancó en él ¿Quién eres? Su propia voz sonó en su mente como un trueno y su cuerpo se crispó. Retrocediendo mientras tragaba saliva, respondió apenas audible ―Soy Kim Taehyung ―.

Capítulos cortos porque el tema es denso. Pronto subiré el dos.

Espero les guste.

Dejen comentarios, sugerencias y/o estrellita.

Lector/a fantasma, gracias también a ti por leer. 

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