27.- ¿Me quieres?

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* Nota autora: No sabéis cuanto me ha costado escribir este cap. Primero porque estoy con una jodida contractura cervical que me mantiene alejada del ordenador y segundo porque ha sido muy difícil recrear a V derritiéndose poco a poco, pero siendo él. No sé si lo he conseguido. 


V estaba al lado de la chimenea, soltando un poco el frío que a ratos le entumecía. Era una mañana curiosamente fría para un día lluvioso.

Habían desayunado y el ambiente había sido bastante cálido para lo acostumbrado en él ¿Qué le estaba pasando?

Tal vez, el hecho de que Jungkook supiese su secreto, al igual que Jimin, le daba una confianza que no tenía con nadie más. Hasta ahora, mirar un poco hacia dentro y rebuscar entre sus sentimientos como en un cofre antiguo y maltrecho había sido impensable. Era consciente de sus dificultades, o al menos así era como prefería llamar a su enfermedad.

Vivía en una casa pequeña con compañeros con los cuales no se llevaba nada bien. En el fondo era eso. Cada uno con sus personalidades, con sus preferencias, sus matices, su propia interpretación de la vida ¿Cuál era el problema? Nunca estaban juntos. Para habitar esa pequeña casa, debían simplemente turnarse.

Pensó en Taehyung y su egoísmo por ser el que más tiempo la ocupase. No le gustaba Taehyung y su sentido estricto de la vida, su debilidad desproporcionada, su falta de amor propio. También estaba TaeTae y curiosamente le divertía el chico. Era lindo, autentico, dulce, honesto como solo un crio podría ser, pero también era débil.

Sonrió cuando vino a su mente la imagen del Sr. Kim. Puto cabrón, pensó. Era un genio empresarial, pero era un mal bicho. El más egocéntrico y prepotente de todos.

Él los conocía a todos. Él les había visto y escuchado actuar a cada uno de ellos y había tenido que salvar el culo de Taehyung y TaeTae en incontables ocasiones. Kim, bueno, Kim era otra cosa. Tal vez la parte realmente perfecta para sus padres. Una mierdilla casi como ellos... y además hetero.

V simpre estuvo ahí para todos. Él era la parte más honesta y fiel a la naturaleza intrínseca, el único que luchaba por mantener algo de esa esencia, y ahora se sentía tan confuso con los movimientos que se daban en su mente. Cosas que antes se hubiese planteado como imposibles.

Taehyung se había acostado con Jungkook.

 Jungkook había conseguido que Taehyung bebiera de esa esencia y por tanto se acercase un poco más a su propia naturaleza.

Jungkook era clave en la vida de la mayoría de las personalidades.

Le sintió abrazarle por la espalda y dejar suaves besos en su cuello — ¿Tienes frío?  —

 — Un poco. Supongo que aún estoy resentido — Jungkook asintió — Fue una gran paliza — Un resoplido escapó de la boca de V — He recibido peores — Dijo V serio — Te metes en tantos líos — Murmuró Jungkook en su oído — Mis padres... Las peores palizas las recibí de ellos —

El cuerpo de Jungkook se puso rígido. No había esperado una confesión así. Rápidamente se plantó frente a V y acunó su rostro entre sus manos, mirándole con adoración, los ojos lagrimosos. Sin decir nada, acarició sus mechones de cabello desordenados y dejó un suave beso en sus labios — Has sido tan fuerte amor. Deja ahora que te cuide. Déjame quererte hasta que olvides todo ese dolor —

Los ojos de V se empañaron al ver honestidad en los ojos de Jungkook. Le atrajo en un apretado abrazo que le llenó de calor — ¿Qué quieres exactamente de mí? —

Jungkook tragó saliva, separando sus cuerpos consiguió que ambos terminaran sentados frente a la chimenea. Pensó cuidadosamente qué responder. V podía ser sumamente susceptible.

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