18.- Este hombre es un castigo

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Jungkook regresó a casa silencioso. Yoongi permitió ese silencio porque no quería importunar a Jungkook. Pensaba que su amigo estaba en el cruce de dos aguas, una muy calma, la que acababa de conocer aquella tarde y una muy turbulenta, la que había conocido la noche anterior.

Se imaginó que los vecinos de Jungkook eran familia, tal vez primos. No quería ni pensar en que fuesen hermanos. Eso pondría en una situación muy complicada a su amigo, porque aunque sabía que había algo claramente entre V y Jungkook, no se escapó a sus ojos las miradas intensas que se daban mutuamente con Taehyung.

Los pensamientos de Yoongi no iban mal encaminados, aunque si hubiese sabido lo complicada que era la situación, habría aconsejado a su amigo que se retirase inmediatamente. Por no decir que lo habría arrastrado él mismo y lo habría llevado de regreso a la ciudad.

Todos los amigos querían el bien de Jungkook, porque todos sabían los motivos que lo habían llevado a enterrarse en esa soledad y solo tenían la esperanza de que recapacitase y regresará a su vida normal.

Horas después cuando ya se habían marchado todos de su casa, Jungkook se asomó a la ladera del macizo. Un silencio casi sepulcral se sentía en el ambiente. Incluso el bullicioso canto de las olas no era más que un murmullo lejano.

Solo la temperatura había bajado. Al menos eso pensó Jungkook al sentir un escalofrío cuando pensamientos negativos volvieron a inundarle.

Volvió a Japón en su mente, a la época en que Riki y él eran inseparables. Aquella época que no auguraba tristeza ni dolor.

Nunca pudo decir que todo fue malo, porque no fue así. Tampoco podía decir que todo había sido bueno, porque todo fue mentira ¿Era necesario? ¿Por qué los seres humanos siguen insistiendo en mentir sobre aquellas cosas que consideran manejables? ¿No sería más fácil decir las verdades completas y no las medias mentiras que hieren y cercenan?

Si él hubiese sabido que todo acabaría así, aun así habría continuado, porque simplemente no podía negar que era bueno mientras lo vivía. De la misma forma que todo le indicaba ahora mismo que se apartara de sus vecinos. Como si la vida le estuviese contando el final de la historia por adelantado, para que tuviese claro que no saldría de ella sin cicatrices y aun así, él consintiese en mantenerse en esa historia de triste final.

Tal vez porque aquel niño de mirada pura y sonrisa amplia vivía dentro de un niño aún más triste y desolado, cuya única conexión con la vida, era otro niño, uno mucho más vital e irascible, que le había encandilado con su mirada.

Entonces, Jungkook estaba simplemente ahí. Quieto. Expectante. Esperando a que llegase el anochecer por completo, esperando a que apareciera ese niño atrevido y dominante, con su mirada desquiciante y le susurrase con esa voz que le desarmaba "Lo mejor está por venir". Jungkook sonrió ante el recuerdo. Sus ojos se iluminaron y sintió el rubor recorrer sus mejillas. Pateó un pedrusco cercano a su pie hacia el vacío y suspiró profundo nuevamente, mirando con más ahínco el horizonte Tal vez tengas razón, tal vez sea verdad y lo mejor esté en el futuro... La palabra juntos se estancó en sus pensamientos. Él mismo había dicho de ir despacio y se encontraba de pronto queriendo un futuro juntos. Se mordió el labio ¿Había algo malo con soñar?

Jimin le vio salir y supo inmediatamente a dónde iba.

Suspiró con desánimo. V no era un niño. Además ¿Qué más podría agregar él, que ya no le hubiese dicho?

Parece que también te estas encariñando con Taehyung ― Había sentenciado su amigo en un arranque de incomprensión ― No es así y lo sabes. Yo... Solo estoy tratando de que entiendas que esto debes hacerlo por tu bien. Hablo de tu vida, no de tu personalidad. Estas en peligro y eso no puede seguir así

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